Fieles musulmanes detuvieron al terrorista de Londres frente a la mezquita (Video)

El hombre de 48 años que embistió contra un grupo de musulmanes en Londres estuvo a punto de perder la vida a manos de los presentes. El sujeto, cuya identidad no fue revelada, continuó con su discurso de odio antiislámico, pero el imán de la mezquita intervino y lo salvó de la muerte.

«Mátenme. Voy a matar a todos los musulmanes», profirió el atacante, rodeado de personas que lo redujeron tras el atentado. Varios de ellos reaccionaron con furia y golpes.

Sin embargo, Mohammed Mahmoud, imán de la mezquita en la que se celebraba otra noche de Ramadán, emergió entre los presentes y les ordenó: «No le peguen, no lo toquen. Entréguenlo a la policía». Los fieles, todavía furibundos, lograron recuperar la compostura y prestaron mayor atención a los heridos que yacían en la pista.

En el incidente, 10 víctimas resultaron heridas y un hombre murió, aunque las autoridades deben aún establecer si ese fallecimiento está directamente vinculado con el atentado, ya que la persona habría estado recibiendo primeros auxilios cuando el vehículo empezó a atropellar a los peatones.

«Se nos vino encima esta furgoneta grande. Creo que al menos diez personas resultaron heridas y afortunadamente yo me las apañé para escapar. Entonces, el tipo salió del furgón y lo agarré. Estaba gritando: ‘Voy a matar a todos los musulmanes, voy a matar a todos los musulmanes’. Al tiempo que iba dando puñetazos», relató Abdulrahman Saleh Alamoudi, quien se encontraba junto con un grupo de fieles que acababan de terminar de rezar. Cuando lograron reducirlo, según esta versión, el hombre pidió que lo «mataran».

Otro testigo presencial, Abdikadar Warfa, contó cómo él ayudó a detener al sospechoso mientras sus amigos socorrían a otras víctimas que resultaron heridas. «Vi a un hombre bajo la furgoneta, que estaba sangrando y mi amigo me dijo que había que levantar el vehículo. Yo estaba ocupado con el tipo que había intentado escapar», dijo.

Por su parte, Salah Alamoudi apuntó que las personas que contribuyeron a retener al agresor esperaron «una media hora» hasta la llegada de los agentes y que el terrorista «era un tipo fuerte, un hombre grande».