LAS QUEJAS Y LAS VISITAS

ESTUVO de visita una misión exploratoria de la Unión Europea. “Aún hay tiempo –dijo el italiano jefe de la misión– para las reformas electorales que sugirió la misión al término de su observación electoral en el 2013, ante el poco avance en esos aspectos”. “Es importante crear un clima de mayor confianza y creo que todavía hay tiempo para tomar algunas medidas para fortalecer la confianza en el proceso electoral”. “Una misión de observación electoral de la UE –prosiguió aleccionando– siguió los comicios generales de Honduras de noviembre del 2013 y en ese entonces recomendó al país la despolitización del TSE y la depuración del RNP”. Pues bien. Eso de la depuración en el Registro Nacional es una necesidad que –sin necesidad que se exija de afuera– se ha venido planteando por mucho tiempo. Por supuesto que el emprendimiento requiere invertir sumas elevadas de dinero.

Como no solo es de tener voluntad sino de recursos para hacerlo, sería interesante saber, ¿si la UE se comprometió, además, a proporcionar ese financiamiento que requiere semejante desafío? No sabríamos si aprovechando esta última visita, la misión exploratoria vino a entregar el monto de la asistencia a los organismos electorales. Lo que sí se supo fue que distintos dirigentes políticos se disputaron turno por entrevistarse con los europeos, para imponerlos sobre el rosario de quejas que tienen del proceso electoral que, en realidad, debiese ser discusión privativa de los hondureños. Ni en sueños en otros países van a permitir que de afuera les cuestionen sus instituciones internas o que pretendan convertirlas en emulo de lo que son en otras partes del planeta. (Hasta considerarían necedad que les exijan recetas –digamos, para que el país se asemeje al sistema político italiano donde cambian gobierno como de calcetines– cuando cada pueblo tiene sus propias características, idiosincrasia, historia y desarrollo distinto de su democracia). Pero si aquí son poco escrupulosos a la no injerencia en los asuntos soberanos del país, los invitados han de tener la sensación que perfectamente pueden exigir reformas electorales para “despolitizar” el Tribunal Electoral. Digamos, meter en la recta final del proceso –cambiando a medio camino las reglas del juego– “apolíticos” que van a salir quién sabe de dónde. Si esto que hay ahora lo consideran “politizado” tengan la bondad de explicar ¿metiendo a quiénes o cambiando a cuáles es que lo piensan despolitizar?

¿O tal vez nombrando representantes de otros partidos, que sería regresar al esquema que fue reformado anteriormente precisamente por el desprestigio y la falta de confianza atribuida por tener delegados de los partidos –y no un tribunal autónomo e independiente– como jueces en el proceso electoral? Otro asunto que no aclararon los europeos. Si la idea es retroceder a eso que ya tuvimos, que fue reformado debido a que el partido de gobierno controlaba la institución ya que representantes en minoría de las otras fuerzas políticas no garantizaba la equidad deseada, otra pregunta: ¿Pretenden meter representantes de todos los partidos o solo de algunos? ¿Y en qué proporción –de cada uno de ellos– que pueda garantizar el equilibrio, la imparcialidad y la transparencia? Por cuestión de dignidad, hay muchos hondureños a quienes lastima que utilicen estos pintorescos lugares como tubos de ensayo o equiparen a su gente con ratones de laboratorio. “Si bien es época de globalización –se quejaba el otro día la rectora de la UNAH– el concepto no debe confundirse con colonización”.