Evocan recuerdos…

* Edificaciones que ayer arroparon negocios o instituciones, hoy cobijan a otros. Sus viejos inquilinos ya se retiraron. El tiempo pasa… pero estos inmuebles se quedaron para siempre. Y también en nuestras mentes…

Hola amigos. La capital con sus estrechas calles y callejuelas que evocan tiempos idos. Angostos callejones que transitaste cuando ibas para tu colegio o a la universidad.

Como la antañona cuesta empedrada que te conduce hacia La Leona, El Edén, El Bosque, La Cabaña. Siempre está ahí. Como fiel testigo de tantas cosas que le ha permitido “ver” el vaivén del tiempo.

En avenida Cervantes. Edificio que primero albergó a la Tipografía Nacional. Hoy, Biblioteca Nacional Juan Ramón Molina.

RECUERDOS

Viejas casas, unas reconstruidas, con otro vecindario que dio paso a nuevas generaciones. Antiguos edificios de adobe y techo entejado que ayer arroparon negocios o instituciones, hoy cobijan a otros.

Sus viejos inquilinos ya se retiraron. El tiempo pasa… pero estos inmuebles se quedaron para siempre. Y también en nuestras mentes. Y de ahí los recuerdos.

Como cuando estudiaste en un colegio que quedaba en la cuesta camino a La Leona y que formó en sus tiempos de oro a muchos profesionales que hoy sirven a su país y a sus familias; se llamó Instituto Minerva.

Pronto te acuerdas del uniforme que usabas, de tus excompañeras, las risas, anécdotas, ratos amargos cuando llegaban calificaciones. Rememoras las actividades estudiantiles, la banda del colegio que con entusiasmo y orgullo portaba su uniforme de gala destacándose en los desfiles patrios.

De la profesora Nohemy, del profesor “Foncho” (QEPD) y de tantos de tus maestros que te hicieron vivir una juventud más sana, en un clima relativamente más tranquilo en la apacible Tegucigalpa del ayer.

Hoy, todo ello lo guarda el pasado, pero el viejo inmueble que mimó a aquel estudiantado todavía está ahí. De pie. Y creo que te recuerda aunque no lo exprese. Hoy, son otros inquilinos. Otros tiempos. Mas los recuerdos quedaron.

Legendaria empedrada. Te conduce a los barrios altos de la capital. La Leona, El Edén, La Cabaña, Viera, El Bosque.

OTROS

La vieja edificación que abrazó a tanto alumno salesiano, hoy la recordamos. Instituto San Miguel. Tenía de vecino al mercado Las Américas y la plaza Colón en la gemela Comayagüela.

El paso del huracán Mitch en 1998 destruyó parte de sus instalaciones, pero con el tiempo surgió una nueva edificación.

Contaba, allá por los años sesentas, con un poderoso y aguerrido equipo de básquetbol que sostenía reñidas y emocionantes contiendas deportivas con el Instituto Central, su más enconado rival.

Su banda marcial era y aún lo es, de las más destacadas en los desfiles del 15 de Septiembre. Hoy, nuevas generaciones reciben el pan del saber en otras modernas instalaciones. Están en otro lugar… mas los recuerdos quedaron.

Otra de las viejas edificaciones que continúa ahí, es una esquina del barrio Los Dolores. La casona de la familia Watson-Reina, que supo de las reuniones de los liberales en el pasado.

Su longevidad le sirve para que los parroquianos den direcciones cuando les preguntan por algún sitio en esta zona. A falta de una nomenclatura moderna de la que adolece la capital.

A unos cuantos pasos, camino a la cuesta de Buenos Aires se encontraba la temida y ya desaparecida DIN.

Barrio Los Dolores. Antigua casona de la familia Watson-Reina.

MÁS

La vieja edificación sobre la avenida Cervantes que tuvo en su seno a la Tipografía Nacional, hoy aquí funciona la Biblioteca Nacional Juan Ramón Molina. Cambió de inquilinos pero el inmueble sigue ahí, desafiando el tiempo.

Estrechas callejuelas nos recuerdan la Tegucigalpa colonial. Como la que te lleva al parque Valle en el centro capitalino. Por aquí existieron negocios que en su tiempo fueron muy visitados por las viejas generaciones.

Te recordamos algunos: Tiendas Caché, Tempo Kids y uno de los restaurantes de “Don Pepe”. Incluso en esta calle se ubicaba su vivienda. También se instaló por aquí aquel desaparecido banco “Futuro”.

Vámonos a Comayagüela. Muchos recuerdan a aquella cafetería Lux de la familia Pon. Con mucho empeño lograron que fuera la favorita del estudiantado de décadas atrás, cuyos colegios quedaban en la periferia.

Principalmente los que estudiamos en el Instituto Central de la época sesentera. Aquí vivimos ricas anécdotas con mis compañeros. Cómo olvidar aquel rico y voluminoso Chap Suey ( sin “pelo”). Valía un lempira ¡y comíamos hasta seis!

Antiguo. Este era el local que albergó a aquella famosa Cafetería Lux en Comayagüela.

Y…

El especial de camarones a L1.50 (un lempira con cincuenta centavos). Otros platos como1/4 de pollo, bistec, chuleta o pescado, servidos con ensalada y puré de papas, también a L1.50. Ahí sí se nos iban los ahorritos.

En relación a pasteles rellenos, de piña o coco, así como las «corbatas» o “corbatines” (harina de trigo y dulce con estas formas) costaban 10 centavos. Los pasteles para el Día de la Madre a 10 y 15 lempiras.

Para la época navideña, las gallinas rellenas. Su precio “dependía del tamaño”. Sus propietarios ya partieron hacia lo ignoto pero dejaron un legado de trabajo y buen servicio en aquellos tranquilos años.

Y con el tapete extendido de tantos recuerdos, nos despedimos. Por hoy hasta aquí, mis queridos lectores.

FELIZ SABADITO. QUE DIOS NOS CUIDE A TODOS.
SI TIENES FOTOS ANTIGUAS, ENVÍALAS PARA COMPARTIRLAS.

Comentarios y más a mi correo: [email protected].)

Hacia el parque Valle. En esta vía se ubicaron varios negocios… que el tiempo se los llevó.
Instituto Minerva. Comenzando la cuesta hacia La Leona, funcionó en este local décadas atrás. Hoy solo evoca recuerdos.