G20 y comercio

Por Álvaro Sarmiento

Especialista Internacional
en Comercio y Aduanas

El sábado pasado (8 de julio) finalizó en Hamburgo (Alemania) la Cumbre del G20 que reúne anualmente a los líderes de los 20 países más industrializados del mundo.

En esta ocasión, fenómenos geopolíticos importantísmimos, como la reunión privada entre los presidentes Trump y Putin venía a distraer la atención de los temas ordinarios de estas cumbres. La situación altamente sensible a la interna de los Estados Unidos, con acusaciones de posibles intromisiones rusas en las pasadas elecciones “contamina” en buena medida las pláticas de los grandes actores.

Hasta el último momento, todo parecía indicar que seríamos testigos de un enfrentamiento cara a cara del G19 contra los EUA, específicamente en dos temas sensibles: Implementación del Acuerdo de París sobre Cambio Climático, donde la presidencia de Trump ha mostrado oposición a ciertas posturas ideologizantes y el creciente proteccionismo frente al libre comercio.

Al final del día, los líderes del G19 (G20-USA) reafirmaron que el cumplimento del Acuerdo de París es irreversible y tomaron nota de la decisión de la economía más poderosa del mundo de retirarse del acuerdo. Los EUA afirmaron su compromiso de disminuir en la medida de lo posible las emisiones de combustibles fósiles pero en el contexto del crecimiento económico y asegurar el suministro energético para la seguridad nacional.

El otro tema complejo, pero donde sí se dio consenso fue el del comercio. La declaración afirma la importación del comercio e inversión como motores del crecimiento, productividad, innovación, creación de empleo y desarrollo. Se reafirman principios de reciprocidad y de no discriminación, que al final del día son los principios fundamentales de la Organización Mundial del Comercio o de cualquier tratado de libre comercio moderno.

Asimismo, la lucha contra el proteccionismo, lo que incluye prácticas desleales de comercio y se reconoce el instrumental legal de legítima defensa comercial, incluidos en los acuerdos. Se reconoce también que algunos beneficios del comercio y la inversión no han sido distribuidos en toda la población y que se requiere intercambio de experiencias exitosas en la mitigación de los costos de la liberación comercial y de inversión así como del cambio tecnológico.

Se remarca el papel central del sistema multilateral de comercio basado en reglas y compromisos transparentes y previsibles. Se mencionó el reciente Acuerdo de Facilitación Comercial de la OMC y se hace un llamado por su implementación y asistencia técnica a los países en desarrollo para su cumplimiento.

Vale la pena mencionar en el caso local, la asistencia técnica de instituciones como el Grupo del Banco Mundial en Honduras y la región centroamericana que se encuentra desarrollando un proyecto con este fin.

También la declaración trata de evitar la inminente guerra comercial que se avecina, ya que todo parecía indicar que el presidente Trump cumpliría sus promesas de campaña relacionadas al acero. Si se imponen gravámenes a las importaciones de acero, sencillamente la respuesta a las exportaciones norteamericanas no se harían esperar. Lo cual sería un juego donde todos perderían.

Previo a la Cumbre, la Unión Europea y el Japón anunciaron un acuerdo comercial bastante ambicioso que incluye liberación comercial sobre sectores sensibles tales como el automotriz y el alimenticio. Todo indica que frente al proteccionismo la respuesta de los grandes jugadores del comercio serán más tratados de libre comercio.

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