UNAH propone arbitraje para buscarle salida a crisis

Las autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), propusieron ayer martes la integración de un arbitraje o mediación, para buscarle una salida negociada a la crisis institucional, donde hay dos extremos radicales que no quieren ceder para acercarse a un diálogo.

La propuesta fue redactada por el director de Vinculación Universidad Sociedad, Ramón Romero, quien además pide a la rectora Julieta Castellanos y a estudiantes que renuncien a sus luchas por vencer al oponente y someterlo, porque eso solo conduce a profundizar el conflicto y dificultar las soluciones. En el documento expone ocho características que debe tener esta vía de solución a la problemática universitaria.

En el escrito el también expresidente de la Junta de Dirección Universitaria (JDU), señala que la propia naturaleza de cada uno, estudiantes y autoridades no son opuestos sino complementarios que se necesitan para que la universidad exista; son partes de una misma comunidad universitaria, que necesitan convivir con plena tolerancia a sus diferencias recíprocas.

Por ello debe pasarse a otro nivel de la solución pacífica de los conflictos y este puede ser a través de un arbitraje. Este es parte de la presente propuesta. Otras partes incluyen acciones del Consejo Universitario, de la Junta de Dirección Universitaria, de la señora Rectora y de los grupos estudiantiles en conflicto.

El compromiso debe establecerse en respeto a las mayorías estudiantiles -víctimas inocentes del conflicto- y en beneficio de la vida académica y de la estabilidad social de la nación.

Solución es interna sin intervención

-1.- La solución del conflicto debe ser interna, sin ninguna intervención de afuera. Ni los grupos estudiantiles en protesta ni las autoridades universitarias deben propiciar la intervención del Congreso Nacional ni de ningún otro órgano estatal o no estatal, que viole  la autonomía universitaria. Debe evitarse que mediante decretos o a través de presiones u otros mecanismos de fuerza se altere la institucionalidad universitaria.

-2.- La solución debe ser urgente. Entre más demore, el conflicto se complica más. En su etapa actual, este conflicto está próximo a degenerar en una crisis que dañará mucho a toda la comunidad universitaria, a su institucionalidad, a la nación y al proceso de transición democrática de Honduras. La paz en el país es precaria; hay mucha crispación pre-electoral y cosas como las que están sucediendo en la Universidad pudieran detonar conflictos mayores en la nación, que debemos evitar.

-3.- Los asuntos o temas en conflicto deben ser sometidos, para su solución, a una terna arbitral. Dicha terna se constituirá así: un miembro designado por los grupos estudiantiles en conflicto; un miembro designado por las autoridades universitarias y un miembro designado por el Consejo Superior de Universidades de Centroamérica (CSUCA). Las decisiones de la terna arbitral serán obligación entre las partes y se tomarán por acuerdo unánime de los tres árbitros. Los miembros de la terna arbitral serán universitarios de amplia trayectoria, reconocidos por su profesionalismo, independencia de criterio, objetividad en el análisis, actitud conciliatoria y habilidad en la negociación.

-4). Los temas a ser sometidos a arbitraje son:

4.1. Representación estudiantil en los órganos de gobierno universitario.

4.2. Tratamiento de conflictos entre autoridades y estudiantes.

4.3. Procedimiento y calendario de discusión de las normas académicas.

Mientras estos temas estén en proceso de arbitraje se avanzará en las otras acciones de solución al conflicto, abajo enunciadas.

-5). Los grupos estudiantiles en protesta y toda la comunidad universitaria deben aceptar el compromiso expresado de manera pública por la señora Rectora de la Universidad, de vacar en su cargo en la fecha en que expira su período. El ejercicio del actual rectorado durante el tiempo que legalmente le corresponde no debe ser objeto de conflicto.

-6). El Consejo Universitario en su próxima reunión debe elegir y poner en posesión de sus cargos a los miembros de la nueva Junta de Dirección Universitaria. Los miembros de la actual Junta que aspiran a ser reelectos no podrán ser aceptados por el Consejo Universitario como postulantes a dichos cargos, en razón de que ellos han violado la Ley Orgánica de la UNAH, y han faltado a su juramento de ley, al no haber convocado en tiempo y forma a los concursos públicos para cargos que vacarán en menos de tres meses, entre los que se incluyen algunas decanaturas y la Rectoría. La Ley Orgánica de la UNAH ordena que la Junta de Dirección Universitaria debe convocar a concurso público tres meses antes de que se produzcan las vacancias, y la actual Junta de Dirección Universitaria incumplió tal mandato de ley.

La nueva Junta de Dirección Universitaria debe ser electa por el Consejo Universitario teniendo como candidatos a los aspirantes que ya se presentaron al concurso y que habiendo satisfecho todos los requisitos establecidos, fueron eliminados bajo el criterio de ser más académicos que administradores. Deben considerarse también los nuevos candidatos que se presenten hasta el día fijado para el cierre de presentación de postulaciones. El criterio relevante a ser considerado por el Consejo Universitario y los filtros previos, en la elección de la nueva Junta de Dirección Universitaria es que la misma esté integrada por reales académicos, con perfil intelectual más que de administradores académicos. Eso garantiza un futuro de preeminencia académico-científica en la conducción superior de la Universidad.

-7). Al ser electa, la nueva Junta de Dirección Universitaria debe convocar de inmediato a los concursos para elegir rector, decanos y directores regionales, que por mandato de la ley ya debían haber sido convocados.

-8). La Rectoría y el Consejo Universitario deben lograr que se reponga el tiempo dejado de enseñar/aprender, evitando que se pierda el actual período académico en toda la UNAH, incluyendo el Centro Universitario Regional del Litoral Pacífico (CURLP). Deben además tomar todas las disposiciones necesarias para superar la polarización y lograr la pronta restauración de la normalidad en la vida universitaria.