Mujeres halladas en cementerio habrían sido raptadas de Hábitat

Una de las jóvenes encontradas muertas en el cementerio de la aldea El Lolo, en el extremo norte del Distrito Central, fue identificada como Angélica Sarahí Hernández (19), residente en la colonia San Juan del Norte colindante con la Villafranca y Villa Cristina en Comayagüela.

Las otras dos eran menores de edad y sus nombres aún no han sido establecidos. Hernández era madre de dos niños, de uno y dos años respectivamente, según la Policía Nacional.

Estas tres mujeres fueron exhumadas del cementerio clandestino de la pandilla 18 en la aldea El Lolo, descubierto el pasado jueves.

Agentes de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) trasladaron los tres cuerpos hasta Centro de Medicina Legal y Ciencias Forenses, en un intento de identificarlas y fue allí donde se informó que se trataba de tres mujeres en estado de descomposición.

Las tres fueron víctimas de torturas, previo a sus muertes. Angélica Sarahí Hernández fue identificada también por uno de sus tatuajes decorativos en una de sus manos, pero su cuerpo será entregado a sus familiares tras exámenes de ADN.

Según información policial, al menos dos de las víctimas habrían sido raptadas en el complejo habitacional Hábitat, colindante con la Penitenciaría Nacional Marco Aurelio Soto en Támara, luego de haber permanecido de visita en esa cárcel de varones.

UNA SEMANA DE MUERTE

La próxima semana serán reanudadas las exhumaciones, mientras tanto el área permanece acordonada por la DPI.

Sobre el tiempo que llevaban muertas, según esa información forense, fue de aproximadamente una semana. Se informó que todavía se realizan cotejos comparativos de identificación humana mediante métodos especializados de radiología, odontología y serología forense (ADN).

El hallazgo de las fosas clandestinas fue resultado de una serie de investigaciones de agentes de la DPI, realizadas desde hace varios días a través de la Unidad Especial de Perfilación Criminal y el Departamento de Delitos Comunes.

Los detectives ubicaron el predio situado en las faldas de un cerro, utilizado por la pandilla 18 para enterrar a algunas de sus víctimas y rivales, según el expediente del caso.

Cuando llegaron al lugar, los agentes observaron que al pie de un árbol de roble estaba la tierra floja y cuando excavaron se encontró un primer cuerpo envuelto en sacos blancos.

Las primeras indagaciones indicaron que los tres cadáveres podrían ser de las mujeres que fueron raptadas en vida y luego llevadas a una “casa loca” o guarida de pandilleros, donde las habrían torturado, golpeado salvajemente, entre otros vejámenes.

La zona sigue resguardada por la DPI, ante sospechas de que podrían haber más cadáveres en fosas clandestinas, aunque los trabajos de exhumación serán reanudados la próxima semana, concluye el informe de la DPI.