Originario de San Lorenzo, Valle y con 80 años de edad, don Óscar Antonio Ortez es un octogenario que vive en condiciones infrahumanas en una esquina del puente Soberanía Nacional, entre Comayagüela y Tegucigalpa, donde el dueño de un puesto de ventas de estufas de resistencia le ha dado que pueda dormir allí.
Su voz se quiebra al recordar las necesidades y las peripecias que debe afrontar para poder sobrevivir en una sociedad indiferente al dolor humano, al igual que muchas otras personas que viven en una similar situación y desean que alguien les tienda la mano amiga para vivir con dignidad sus últimos días. “Normalmente solo como una vez al día y cuando la gente bondadosa me regala dinero, compro frutas que luego vendo en una carretilla para agenciarme algún dinerito para comprar comida”, contó.
Con su bastón al lado y enjugándose las lágrimas que le ruedan por las mejillas con un pedazo de trapo azul, don Óscar evocó que estuvo casado una vez y procreó dos hijos que no volvió a ver después de su divorcio, porque su exesposa se los llevó para la costa norte y no supo más de ellos.
No cesa de llorar, como al momento de reafirmar que está solo en el mundo, porque el único hermano del que tiene memoria se fue a vivir a Teupasenti, El Paraíso y se fue a trabajar a un aserradero, pero no volvió a saber de él y no sabe si está vivo o ya falleció.
Relató que la Alcaldía Municipal del Distrito Central (AMDC) le donó un terreno en la colonia, Berlín, ubicada arriba de la “Arturo Quezada”, en la periferia de Comayagüela, por lo que solicitó la ayuda a varias instituciones para tener una “casita”, pero hasta ahora nadie le ha respondido.
La aspiración de este humilde compatriota es tener un techo digno donde pasar sus noches sin frío y aprovechó la oportunidad de este medio de comunicación para solicitar ayuda al gobierno del Presidente Juan Orlando Hernández.
