El “TPS”

Rafael Jerez Moreno
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El huracán Mitch es el responsable de que, desde el 5 de enero de 1995, Estados Unidos concedió a Honduras el “TPS” (conocido por sus siglas en inglés), -Estatus de Protección Temporal- beneficiando a ciertos ciudadanos hondureños en razón de un desastre natural u otra condición extraordinaria imperante en dicho país que impide a los hondureños regresar a su tierra natal en condiciones de seguridad.

El Estatus de Protección Temporal se ha convertido en un un tanque de oxígeno para el Estado de Honduras, y por otro lado en una mano salvadora para nuestros compatriotas que emigran hacia Norteamérica, arriesgando su vida en busca de oportunidades para vivir dignamente.

A pesar de que este beneficio es temporal, los gobiernos que han ejercido el poder desde 1995 han soslayado ese carácter y han restado importancia a sus obligaciones estatales. El deber del gobierno fue, es y será crear las condiciones para que estas personas puedan volver a su país y desarrollen óptimamente su proyecto de vida. 86,000 hondureños se encuentran en territorio estadounidense en razón de este beneficio, muchos de ellos se han desarrollado como emprendedores, empleados y colaboradores en distintas ramas industriales y comerciales, ellos y sus familias se han establecido haciendo de Estados Unidos su nuevo hogar. Es realmente irónico que estos hondureños que abandonaron el país producto de la precaria situación que viven las clases más desprotegidas, partieron en un viaje con un sinnúmero de dificulades, son ahora actores principales en el sostenimiento de la economía del país, fortalecen el sistema financiero, así como cooperan en la reducción de la pobreza enviando remesas para los familiares que residen en suelo hondureño quienes pueden comprar alimentos y víveres, que de no ser por las remesas no tendrían ingreso alguno.

Actualmente, el Estatus de Protección Temporal está vigente hasta el 5 de enero de 2018, el Secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos John Kelly expresó recientemente que al haber finalizado el desastre natural que procovó la consesión del “TPS”, este último debe ser revocado, y tomando en cuenta la situación política que prevalece en Estados Unidos, el gobierno de Honduras debe prepararse para cualquier escenario.

Desde esta trinchera hacemos un llamado al gobierno de la República (incluyendo diputados de la oposición, especialmente a los que optarán por la reelección), se reconocen los esfuerzos encaminados a la renovación del “TPS”, pero es necesario que dejen a un lado la politiquería electoral y formulen propuestas viables para reinsertar a los 86 mil hondureños que, si así lo desea el gobierno estadounidense, regresarán a Honduras sin otra alternativa que luchar por sobrevivir en el país que los vio nacer y lastimosamente, partir.

La inmigración se ha convertido en una enfermad crónica para nuestro país, es hora que la institucionalidad cumpla con su cometido y que las oportunidades de triunfar en territorio nacional se distribuyan con base a la meritocracia y no el parentesco.
El fin supremo del Estado es la persona humana, todo hondureño que emigra hacia el extranjero es hermano y hermana nuestro, este es su país, por lo tanto debe tener las puertas abiertas a su regreso para que puedan desenvolverse, trabajar y gozar de una vida digna. Bien dijo una vez John Dos Passos: “Podrás arrancar al hombre de su tierra, pero nunca podrás arrancar el país del corazón de un hombre”. Inmigrantes si leen mis palabras, nunca olviden, nosotros somos sus hermanos, y Honduras es su casa.