Kelly, el “amigo” que se fue

Por Juan Ramón Martínez

Honduras, tiene muy pocos amigos en el gobierno de los Estados Unidos. Los que le quedan, son demócratas o republicanos que, no gozan de la confianza de Trump, que por consideraciones primarias, califica a las personas, no por sus méritos, sino que por su lealtad. De tal manera que, Honduras, país microscópico para Trump, tiene muy pocas posibilidades de lograr algunos beneficios en una administración aislacionista que, menosprecia el comercio, descuida la democracia, y exige de nuestros gobernantes, más que coherencia con los intereses de los pueblos, lealtad y apoyo a las peores posturas de quien, lucha a brazo partido, por ser el peor presidente de los Estados Unidos. En toda su historia.

En los últimos cambios, el jefe de gabinete de Trump –una suerte del Primer Ministro, Priebus, miembro del Partido Republicano que, desde el principio fue leal a Trump. Y lo apoyó, desoyendo las voces del sentido común, hasta que ha sido obligado a renunciar al cargo. Bajo la acusación de ser el filtrador de todas las cosas negativas de la Casa Blanca que, los medios de comunicación, usan para atacar un gobierno que no requiere mucho de lo externo, porque por medio de Trump se desprestigia a sí mismo, en la táctica de mantener la atención del público sobre la gestión del gobernante que, solo por momentos, parece republicano. Pues bien, para sustituirlo, se ha nombrado –en un ascenso que pone en evidencia sus méritos– al general John Kelly, hasta la semana pasada, Secretario de Seguridad del gobierno de los Estados Unidos. Que entre las principales tareas confiadas, tenía la responsabilidad de construir el muro entre Estados Unidos y México –según dicen, para seguridad de todos y bienestar de los inmigrantes que viajan ilegales a los Estados Unidos– y de ejecutar la política más dura que se tiene memoria, en contra de los inmigrantes hondureños, tanto los legales –por el TPS– y los ilegales que, andan a salto de mata, huyendo de la “migra”.

Como todos lo sabemos, esta decisión de Trump, afecta a Honduras. Porque resulta que Kelly, pese a su probada dureza, su animadversión en contra de los pobres inmigrantes, es con todos sus antecedentes, gran “amigo” de Honduras y “protector” de los hondureños. Con lo que ha aumentado nuestras preocupaciones, con la excepción del presidente del Banco Central, Manuel Bautista que, desde una perspectiva anticipadora de las cosas, es el único que “entiende” que la amistad de Kelly, se traduce en un aumento de las remesas. Y que él, como católico, hasta donde luce, atribuye a una suerte de la multiplicación de los panes, porque entre más amenazan a los ilegales, más dinero envían a sus familiares en Honduras, que según dice el padre Melo, –que ha perdido la amistad y el cariño que, durante muchos años, le dispensó Julieta Castellanos–, sirve para que los pobres financien los caprichos de las élites, en su vocación de vivir como ricos, en un país de pobres y miserables.

Según los actuales gobernantes, Kelly es el gran “amigo” de Honduras y de los hondureños. Por ello es que, estábamos esperanzados de que no se construiría el “muro de las tortillas”, que los inmigrantes no serían maltratados y que la intranquilidad no entraría a los humildes hogares de los que viven irregularmente en USA. Pero ahora, que le han confiado tan altas responsabilidades, no se “preocupará” por Honduras y dejará de defender la seguridad de los hondureños que, además, de la bondad de la Virgen Suyapa, confiaban en este hombre duro por profesión; pero de un “gran corazón” porque sin que le diéramos nada, ha dado pruebas de desproporcionado “cariño” hacia los hondureños.

Después de oír a Trump en Nueva York el viernes, amenazándonos que, si por alguna razón, no aceptáramos a los que sean expulsados por haber cometido delitos en USA, Honduras sería penalizada comercialmente por los Estados Unidos, hemos vuelto a temblar. Inmediatamente, comprendimos que solo pasaron unas horas, en que Kelly dejó de “protegernos”, cuando nos llegaron las amenazas. Nostálgicos como somos, pensando en Cabral, descubrimos ahora que “cuando un “amigo” se va”, no hay forma de sustituirlo. Y que el retiro de Kelly, por su probado “cariño”, no tiene quien, ocupe su vacío lugar. Lágrimas y lágrimas.