Uber: transporte eficiente, amigable y seguro

Por Óscar Lanza Rosales
[email protected]

En estos últimos días he estado visitando a mis hijas, una en Filadelfia y la otra en la ciudad de Aalst, contiguo a Bruselas, Bélgica. Yo creía que iba a descansar, pero sin querer queriendo me salieron muchas cosas interesantes sin programarlas, además de conocer a mucha gente de diferentes países. Estuve en tres bodas, una belga, una estadounidense y una indu-Angola, ¡ya se pueden imaginar que contrastes de celebración! Estuve de paso en la fiesta anual de la ciudad de Gante. Visité la ciudad de Dinant, la cuna del inventor del saxofón, Adolfo Saxy del museo de una de las cervezas más famosas de Bélgica, Leffe, elaborada desde el siglo XII, nada menos que en un monasterio, cuyos monjes se inclinaron por esta bebida fermentada, que era más saludable que el agua no potable que tomaban.

En todos estos eventos he tenido la oportunidad de escuchar conciertos musicales como de jazz, violonchelo, ver demostraciones del baile brasileño capoeira y les cuento que estuve de cerca del cuatro veces ganador del tour de ciclismo de París, el británico Chris Froome. Aparentemente, la municipalidad de Aalst le pagó al campeón Froome 60 mil euros para que, al día siguiente en que ganó el tour de Francia 2017, hiciera una demostración en un circuito de aproximadamente dos kilómetros. Así que me sumé a los espectadores de Aalst para ver a este extraordinario ciclista.

Sobre el titular de este artículo, quiero manifestarles que he quedado muy satisfecho con el servicio de transporte que esta compañía presta en la ciudad de Filadelfia. Mi hija aprovecha todas las facilidades de transporte que ofrece la ciudad. La mayor parte de las veces utiliza los buses o el metro para trasladarse de su apartamento a la Universidad, cuando dispone de tiempo, pero cuando está en aprietos con el mismo, no le queda otra alternativa, aunque más cara, que recurrir a los servicios de Uber, al que por la frecuencia con que lo usé en mi permanencia en esa ciudad, lo puedo calificar de más bajo precio que los taxis tradicionales; de servicio inmediato, en 1 a 5 minutos uno los tiene en la puerta de su apartamento. Los conductores son muy amables, conversadores e inspiran confianza; los vehículos son casi nuevos, confortables y nítidos.

¿De dónde viene la excelencia de este servicio? Haciendo historia, los señores Garrett Camp y Travis Kalanick en el 2008, hicieron realidad una idea genial de crear una plataforma informática en el que se conectan mediante una aplicación móvil a conductores independientes, que poseen vehículo propio, que disponen de tiempo libre para proporcionar servicio de transporte de pasajeros, que no han tenido problemas con la justicia y tampoco con el gobierno en el pago de sus impuestos; y por otra parte los usuarios del servicio de transporte, que para obtenerlo tienen que disponer de un celular, tarjeta de crédito y una identificación.

Ambos, conductores y usuarios tienen que afiliarse a Uber. En el caso de los conductores el proceso es más riguroso para ser aceptados. Tienen que llenar una solicitud, indicar el estado de su vehículo, su seguro, la licencia de conducir y otra información que Uber se toma un mes para investigar, aprobar o desaprobar.

Por lo general, los conductores son personas que tienen una ocupación principal, y que entran a Uber para aumentar sus ingresos. En Filadelfia me encontré con dos conductores, uno español y otro peruano, ejerciendo profesiones universitarias en sus respectivos países, pero en esta ciudad tienen sus propios negocios. El español me decía: “somos cuatro miembros en la familia, con mi negocio obtengo 5 mil dólares mensuales, pero mi presupuesto es de 7 mil, lo cual lo complemento con 2 mil que obtengo con Uber”.

Los usuarios ganamos también, porque si somos pasajeros frecuentes obtenemos puntos y bonificaciones, además que, en cada viaje se hace una evaluación del conductor de 1 a 5 estrellas, por la calidad del servicio.

Uber supera en todo al taxi tradicional, pero en Honduras tiene barreras para su entrada. Hay poca señalización de vías; muchas calles y avenidas no tienen nombres; en muchos casos ni las viviendas tienen numeración; y además los carros particulares legalmente no pueden brindar servicios de alquiler.

Este sistema y otros similares como Lyft, ya funcionan en 77 países y en más de 500 ciudades del planeta. Pregunto: Si con este sistema que es competitivo y ofrece mucha seguridad, ¿vamos a ser también los últimos en adoptarlo en el mundo?