Alrededor de cinco hoteles cerraron el año pasado, agobiados por la crisis económica reportó ayer miércoles la Asociación de Pequeños Hoteles de Honduras, durante la socialización de un nuevo paquete de incentivos a la industria “sin chimeneas”.
Esta semana el Gran Hotel Ceiba cerró operaciones asfixiado por compromisos atrasados con la banca, luego de funcionar con déficit en los últimos años indicaron sus administradores al momento de anunciar la clausura.
Al mismo tiempo, cerró el Hotel Pinares que venía atendiendo a su clientela desde décadas pasadas en la sexta avenida de Comayagüela en la capital hondureña, asediado por el cobro del “impuesto de guerra”.
Bajo este panorama, el presidente de la Asociación de Pequeños Hoteles, Roberto Oseguera comentó que “el año pasado cerraron aproximadamente cinco hoteles a consecuencia de dificultades económicas que presentaban”.
Los cierres se dieron en “varios destinos, como en Atlántida, que es un destino que ha presentado algunas situaciones particulares…”. En relación al paquete de incentivos fiscales al sector que se socializa en este momento, Oseguera reveló que entre los estímulos va un fondo para préstamos a los inversionistas.
“Se llama Fitur. Va a apoyar a estos inversionistas con tasas de intereses blandas y plazos largos para poder aliviar la crisis actual”. Amplió a la vez, que piden una amnistía para la presentación de permisos ambientales porque la Secretaría de Ambiente y Minas (MiAmbiente) aplica multas hasta por 100 mil lempiras.
“Para un pequeño hotel eso es demasiado alto, porque fueron puestas para proyectos hidroeléctricos o cementeras, para pequeños hoteles. La ley ya contempla esto”, puntualizó.