La calificación de Standard & Poors

La agencia calificadora Standard & Poors revisó en días pasados la calificación de riesgo de Honduras. Esto fue aprovechado por el gobierno nacionalista para presentarla como un rotundo éxito en el desempeño de la política económica del país. JOH llegó a calificar como trascendental esta decisión ya que traería profundas repercusiones, entre ellas generación de más empleo, más inversiones y más oportunidades para los hondureños.

Importantes representantes de los gremios de la empresa privada repitieron el libreto, recalcando en los supuestos beneficios directos a la economía nacional.

Nuevamente nos encontramos con una de las usuales reacciones del gobierno que solamente dejan claro lo siguiente: el afán de confundir a la opinión pública, de mentir y presentar la nueva calificación de riesgo como algo sumamente definitorio para solucionar los problemas del país. De esta manera, se pone en evidencia el interés desesperado de cubrir un panorama realmente sombrío que se está dando finalizando el período presidencial y en medio de un ambiente electoral en ciernes.

Realmente no existe un vínculo directo entre esa evaluación del riesgo de la deuda y el mejoramiento de los principales problemas del país.Tampoco se trata de un mejoramiento sustancial de la calificación. La misma Standard & Poors en su comunicado oficial lo detalla y expresa que “la debilidad de la mayoría de sus instituciones, la delincuencia, y los elevados niveles de pobreza siguen siendo los principales desafíos” de nuestro país. La calificadora de riesgo continúa diciendo que “las instituciones de Honduras, incluyendo el sistema de pesos y contrapesos entre las ramas de gobierno, siguen siendo generalmente débiles y volátiles”. Es decir, seguimos en la misma situación de siempre, con enormes problemas estructurales y un estado con instituciones públicas y privadas incapaces de generar condiciones para el desarrollo.

La revisión de la calificación de estable a positiva y el mantenimiento de las calificaciones de la deuda externa de largo plazo y corto plazo en B+ y B respectivamente, hay que interpretarla correctamente, está lejos de ser de las mejores y sigue ubicando la inversión en deuda hondureña como especulativa ya que encierra grandes incertidumbres.

En resumidas cuentas la calificación evalúa el riesgo que enfrenta el inversor extranjero de comprar deuda hondureña. Standard & Poors estima que el riesgo se ha reducido. Identifica “el compromiso del gobierno para mantener la disciplina en las finanzas públicas” como el factor clave. En efecto, este gobierno ha logrado reducir el déficit fiscal y aquí en el país sabemos lo doloroso que ha sido esto. Esto ha implicado el incremento fuerte de los impuestos, mejorando la recaudación, pero sin cambios sustanciales por el lado del gasto y la inversión. Pero para los inversionistas extranjeros que compran deuda lo importante es que el gobierno manifieste con acciones ese interés y capacidad de poderles pagar, cueste lo que cueste.

Las opiniones de diferentes sectores respecto a esta nueva calificación parecen apresuradas y comprometidas. Parecen motivadas por la intención de presentar éxitos que no existen en el combate a los verdaderos problemas del país.

Rafael Delgado
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