¡Presta mucha atención! Llamarte José o María podría asegurarte el éxito en la vida

Además de la educación y el estilo de vida que reciba un niño, debes saber que el nombre marcará profundamente su futuro. Expertos en el tema y psicólogos afirman que el nombre de una persona alberga una serie de expectativas por parte de sus padres, lo que define de cierto modo el rumbo que tomará su vida.

Presta atención a lo que se descubrió en numerosos estudios científicos acerca del impacto de nuestros nombres:

Nombres comunes y nombres excéntricos

Los nombres fáciles de pronunciar, comunes y que resultan familiares, causan una mejor impresión a lo largo de la vida, y en el futuro profesional suelen ser más contratados. Caso contrario a los nombres raros o excéntricos, que incluso se relacionan con la delincuencia.

Nombres fuertes

Se cree que un nombre fuerte aportará energía a la persona y la moldeará con un carácter sólido, ejemplos como el de Alejandro, Valeria… El experto en psicología, García Soriano, dice al respecto: “La etimología de nuestro nombre nos impregna de ciertas características. El sonido presta alguna característica a la personalidad de quien lo tiene”. José Elías Fernández coincide: “La sonoridad del nombre, su rotundidad, conlleva una vibración que aporta una energía que acompaña toda la vida”.

Nombres anticuados

Llamarse Fructuoso o Aniceta podría afectar la autoestima de la persona, especialmente durante su adolescencia. En muchos casos, se le da ese nombre a los hijos como una forma de honrar a un familiar, sin embargo, inconscientemente estaremos exigiendo que el niño desarrolle las mismas características que la persona añorada, lo que de un modo u otro lo llevará a una profunda frustración. Por otro lado, en una época en la que todo lo moderno es bien visto, un nombre con tintes del pasado podría no ser muy bien manejado.

Mujeres con nombres masculinos

A lo largo del tiempo, se ha visto que las niñas con nombres masculinos, como el caso de Fernanda por ejemplo, tienden a ser más exitosas en su vida como adultas, debido a la presión social que el nombre ejerce sobre ellas de manera inconsciente.