La política limpia y JOH

JOH anda en campaña electoral. Se moviliza por todo el país en su doble función de Presidente y candidato a la Presidencia. Esto es imposible en el marco de la Constitución de la República, que pese a todo lo que podamos decir de ella, es la ley fundamental vigente y a la que todos debemos respeto. Pero JOH pudo alinear varias instituciones a sus ambiciones claramente antidemocráticas. Lo hizo conjuntamente con su partido, introduciendo en el año 2015 un recurso de inaplicabilidad de la prohibición de reelección que fue aceptado por la Corte Suprema de Justicia.

La rapidez con que se actuó era algo esperado ya que se trataba de una Corte recompuesta años atrás mediante la destitución de varios magistrados y su sustitución por otros claramente al servicio de los planes oscuros. Le siguió la neutralización de sus opositores dentro de su partido para poder convertirse como candidato único. Finalmente, logró la aceptación de su candidatura por parte de un Tribunal Electoral igualmente controlado.
Ahora la campaña nacionalista se alimenta del presupuesto del gobierno. La situación de nuestras instituciones no permite otra conclusión más que esa. Así lo es a pesar de cualquier otra cosa que puedan decir desde el gobierno. Y es que seguimos viviendo en un país donde los señalamientos a los abusos de los recursos públicos es la nota diaria. Es un clamor generalizado que no hay avances en el combate a la corrupción.

En ese ambiente de instituciones débiles, JOH se engaña solo y pretende engañar a los demás. Pero la tradición en las instituciones públicas es la de los contratos adjudicados al margen de las leyes y a empresas fantasmas controladas por el narcotráfico, las compras de bienes y servicios sobrevaloradas, despilfarro en el gasto corriente. Por si eso no fuera suficiente, viene la candidatura ilegal del Partido Nacional para la cual no hay diferencia entre lo que es un gasto de gobierno y un gasto de campaña electoral.

La candidatura de JOH es un acto muy dañino para el país. El camino a codazos que escogió para viabilizar su candidatura, además de revelar sus valores, debilitó las instituciones del país y sienta un precedente por el que querrán pasar otros en situaciones iguales o parecidas. Algunos dirán si JOH pudo controlar las instituciones y violar la Constitución para lograr su candidatura, ¿por qué no puedo yo también pisotear las leyes para lograr mis fines? En resumidas cuentas, un mal ejemplo en el camino para hacer más decente la política del país.

El ambiente electoral se calienta. Rápidamente salen a relucir las estrategias y los recursos que cada partido utilizará en estos últimos meses. En el caso del Partido Nacional, la maquinaria partidista con el apoyo de los recursos públicos cínicamente hace alarde que está preparada para movilizar a su base y a defender el voto el día de las elecciones. Se acomodan a esa suposición. Pero olvidan algo: la gente siente que las cosas en el país no marchan bien y el día de las elecciones el votante estará solo frente a su voto.

Rafael Delgado
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San Pedro Sula