Reflexiones sobre la política criolla

Por Adán Hilario Suazo Molina
Coronel de Aviación (Retirado)

Estamos que explotamos socialmente, desde que despertamos hasta que nos vamos a la cama es escuchar sobre, conflictos, alegatos, lamentos, exabruptos etc. Ese es el reflejo cotidiano de lo que pasa en nuestro país, no podemos evitarlo aunque quisiéramos, esa es la realidad. Quizá esto no sucede solamente en nuestra patria, con el advenimiento de las redes sociales y la proliferación de medios de comunicación, el asunto se disemina masiva y efectivamente. En los Estados Unidos por ejemplo, a alguien se le ocurrió explotar económicamente esta energía y creó un negocio denominado “Cuarto de la Ira” (Anger Room) en donde se paga por ir a dar golpes a muñecos que simulaban figuras de candidatos a la presidencia y políticos, los cuales destruían a golpes, terapia antiestrés según dicen, hoy en día esta idea se ha convertido en un boom de franquicias internacionales.

Pero la realidad en nuestra patria es otra, el fomento del odio, el pánico lindando al terror, la ignorancia combinada con memoria muy corta, entre otras características de nuestra idiosincrasia, genera un laberinto social, que nos acerca peligrosamente a la autodestrucción.

Es preciso y mandatorio recordar, el 2009, quizá esta sea la clave para relajar un poco la fricción social en que vivimos; preguntas: ¿Quiénes quisieron permanecer en el poder para establecer un régimen dictatorial estilo socialismo XXI?, ¿qué gobernante obvió la presentación de presupuestos nacionales como lo dicta la ley?, ¿qué gobernante permitió que se nos viniera a ofender en nuestra propia patria en un mitin público estilo ALBA?, ¿quién fue responsable de la carretilla? ¿Qué gobernante encabezó una turba que invadió una base aérea para sustraer material electoral?, estas solo son unas pocas interrogantes fáciles de contestarnos, remembranzas del pasado cercano, por supuesto que hay mucho más que esto; pero ahora vuelven con el mismo cuento, dizque disfrazado y maquillado de otra forma, pero al final lo mismo. ¡Planteamientos antisistema nada mas!
A la sombra de las famosas propuestas y promesas de campaña, se habla tanto, sobre arreglar las cosas a corto plazo, promesas huecas, simples pero que suenan e ilusionan al pueblo, aunque la realidad será la de siempre, palabras y más palabras, al fin y al cabo se debe comprender algo; este grupo ya gobernó y solo provocaron la situación de tensión social en que vivimos.

Partiendo del hecho, de que a pesar de contar con una nómina de diez candidatos a la presidencia, se vislumbra que la lucha se concentrará, en dos tendencias, una es Libre quienes hábilmente ha formado una coalición de apalancamiento; y los partidos tradicionales Nacional con la carta de garantía que le da los inobjetables logros obtenidos, sobre todo en la gestión de seguridad (reconocidos internacionalmente) y el candidato Liberal, el cual es un neófito en política, por lo tanto sin contaminación alguna que lo adverse.

El planteamiento está dado, el proceso electoral de una u otra forma a sido aceptado, no podemos abstraernos y permitir que otros decidan por nosotros, no queremos una patria incendiada y convulsa, vivir la misma historia del 2009 o tratar de emular situaciones ya vividas por otros pueblos, y que los sufridos y heroicos venezolanos viven en la actualidad, es falso y equivocado pensar que una constituyente estilo XXI y que la famosa refundación lo puede arreglar todo.

Es solo un mito que los gobiernos proveen y resuelven todo, entendamos, los gobiernos son solo administradores del Estado y facilitadores; es el pueblo quien trabaja y produce y es la libre empresa e iniciativa privada, quien invierte y arriesga sus capitales.

Recordemos un concepto filosófico expresado por Aristóteles: “El hombre es un animal político”, lo cual se basa en la necesidad humana de vivir y relacionarse entre sí, por lo tanto aclara: los individuos que renuncian a esta característica política y gregaria, es porque son bestias, o son dioses; de tal forma que declararnos en algún momento apolíticos, dista mucho de la realidad; por lo cual nuestra participación en la política es natural, ineludible y hasta obligatoria.

“Más vale que la campaña aún no comienza”.