Cuatro presidentes liberales

Por: Patricia D´Arcy Lardizábal

Que de una u otra manera han tenido influencia en nuestras vidas.

Esta tragedia por la que está atravesando nuestra querida Honduras, me recuerda cuando el  huracán  Mitch azota con furia nuestro país.  Pareciera un  “déjà vu”, una visión  cuyas imágenes  las tengo en mi mente como una película de horror.

El ingeniero Carlos Flores, en esa época, presidente de Honduras, le pidió a Ortez Colindres,   ante esa gran tragedia y  a través de su canciller J. Fernando Martínez, que le ayudara en Francia,  nombrándolo a su vez Embajador  Extraordinario y Plenipotenciario ante ese país,   del que  era jefe de Estado, Jacques Chirac y  a su vez, también presidente del Consejo de la Unión Europea,  pieza clave para obtener ayuda financiera de los países europeos  y obtener la condonación de la deuda externa, la cual también se logró en gran parte.

Llegamos a París faltando 222 para entrar al nuevo siglo.  La Embajada de Honduras se encontraba en la 8 rue Creveaux, a dos cuadras de la gran avenida Víctor Hugo, y a la distancia se podía ver a la “gran dama”: la torre de  Eiffel,  iluminada, bailando al ritmo de canciones de Charles Aznavour.

Estaban también en Europa como embajadores: en Bélgica, Alejandro Ulloa de Thuin, y en Alemania, Max Velásquez Díaz.  Nos reuníamos algunas veces para cambiar impresiones con el objetivo de “ayudar a Honduras”,  los tres embajadores llegaron a una conclusión:  que lo primero que había que hacer, era denunciar la corrupción en el Servicio Exterior de Europa, informando, a su vez, ante la Cancillería de Honduras, con pruebas escritas en un dictamen firmado por los tres embajadores,  y que fue enviado a Relaciones Exteriores de Honduras, con nombres y apellidos, de personas que desde hacía años estaban enquistados en Europa haciendo “movidas” y mal uso de los recursos que a través de  esa Secretaría,  les hacían llegar.

Este reporte, según fuentes fidedignas nos informaron,  lo tiraron a la basura, y “dice nana que juguemos”.  Todavía están “los del informe” haciendo de las suyas en Europa, y dicen personas con credibilidad,  que ahora es peor que antes, pues me informan que algunos de aquellos siguen con la fiesta.

Recuerdo también en este tiempo cercano a la Navidad, al ingeniero José Azcona del Hoyo, gran liberal, honrado y gran amigo. Fue Enrique su Ministro del Interior.  Me cuentan que una vez le quisieron hacer un gran “clavo” a Ortez con un problema que tenían en la PC, (huy!  nada que ver con el Poder Ciudadano), Penitenciaría Central, y es que dejaban salir a los reos por las noches a pasear al bulevar Morazán; en esa época estaba un compadre, amigo del presidente, como director de esa institución y Ortez tomó cartas en el asunto,  y lo despidió porque al funcionario, le pagaban “biyuyo” por  cada “roleada”.

Un ‘melcochero” de esos que se le pegan a los presidentes para dar chismes y quedar bien, llamó a Ortez para decirle que pusiera la renuncia,  y como a los olanchanos no hay que puyarlos con vara corta, le respondió: “que me llame el presidente, quiero escuchar su voz,  tú eres su mandadero”. Al final les dijo Azcona a sus melcocheros: “Dejen tranquilo a ese olanchano ya por favor, que se va a revolver y lo necesito”.

No podría dejar de mencionar al presidente Carlos Roberto Reina, amigo de años de Enrique, desde que ambos pasaron el examen de oposición de la Cancillería para optar por un cargo diplomático en el exterior.  Ambos pasaron el examen, “sin chepear”,  Reina se fue para Londres y Enrique a París, donde nació Kikito, su hijo mayor.

Regresaron ambos a Honduras, con un solo objetivo: luchar por rescatar el gran Partido Liberal.  El presidente Reina  llega al poder con “su machete” y con las mejores intenciones le ofreció “una chamba” a Enrique, ya como presidente.  Lo recibimos un día en esta su casa con sus dos hermanos Mario (Q.D.D.G.) y Jorge Arturo;  Enrique le dijo que sí, pero ad-honorem, y como asesor, porque como una vez le aconsejó mi suegro, Enrique Ortez Pinel: “no aceptes un cargo hijo, donde un decreto te ponga y otro te quite”.  Fue su asesor político y amigo hasta su muerte, y nosotros lo hemos sido  también hasta la fecha, con esa bella y culta dama que es Bessy Watson de Reina.

Cómo se me iba a olvidar nuestro polifacético presidente liberal, Roberto Suazo Córdova.  Luchador incansable de nuestro partido.  Fue este inolvidable presidente, que cuando Nicaragua, (Ortega) acusó de agresión a nuestro país, Honduras, nombró a Enrique como embajador ante las Naciones Unidas en New York.  Viajó Ortez a los diítas de esta acusación en el avioncito “West Wind” piloteado por nuestro amigo,  General ® Walter López Reyes.

Fueron debates interminables con el “cura”  Escoto Brockman, y Ortez en el Consejo de Seguridad.  Escoto, (Ministro de RR.EE. de Nicaragua), expresando improperios en contra de nuestro querido país,  ganó Honduras esta batalla; con sus aliados a su lado: Jeanne Kirkpatrick y John D. Negroponte.

Termino estos retazos de historia,  no sin antes decirle a mis queridos lectores que estos personajes que menciono en nuestro artículo fueron amigos   nuestros antes de ser presidentes,  y que las oportunidades que le dieron a Ortez de servir a Honduras fue por su trayectoria de hombre limpio, sin cola que pisarle.

Y como decía Lord George: “El hombre es una conducta permanente”. Todo lo anterior lo relato porque lo he vivido y son  historia, que nos  tocó la suerte de participar en  ella, no por casualidad porque la casualidad no existe.