Un estudio sugiere que los juegos de habilidad mental no funcionan

El primer gran estudio para examinar rigurosamente los juegos de habilidad mental utilizando pruebas e imágenes cognitivas se suma a la evidencia de que no son particularmente buenos para entrenar cerebros. Este estudio supone otro golpe para empresas como Lumosity que han sido acusadas de anunciar falsamente que sus programas pueden mejorar el rendimiento mental.

En una investigación publicada en el Journal of Neuroscience, 128 adultos jóvenes fueron sometidos a pruebas de rendimiento mental después de estar con varios juegos de entrenamiento cerebral de Lumosity durante 10 semanas. Los investigadores no encontraron ninguna prueba de que el entrenamiento comercial del cerebro conduzca a mejoras en la memoria, en la toma de decisiones, en la atención sostenida o en la capacidad de cambiar las tareas mentales.

 

A principios de 2016, Lumosity pagó una multa de USD 2 millones para resolver sus problemas legales sobre publicidad engañosa. Mientras que sus comerciales se jactaban de que sus juegos se basaban en la ciencia de la neuroplasticidad, la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos y una carta abierta de 69 científicos insistieron en que la investigación descarta que los juegos cerebrales hagan a la gente más inteligente o eviten el declive mental. Aunque un estudio realizado por Lumosity en 2015 señaló que los juegos de habilidad mental mejoraban el desempeño en algunas tareas mejor que los crucigramas, lo cierto es que algunos estudios no ha podido demostrar ningún efecto.

Caryn Lerman y Joseph Kable de la Universidad de Pensilvania estaban interesados en si los juegos de entrenamiento cerebral podrían ayudar a las personas a controlar comportamientos arriesgados o impulsivos. «Se puede predecir, con datos de imágenes cerebrales, quiénes tendrán éxito y quiénes fallarán en el intento de dejar de fumar», comenta Lerman. La «red de control ejecutivo» (ECN por sus siglas en inglés) es más activa en aquellos que probablemente vayan a dejar de fumar. La ECN es importante para el autocontrol, la planificación y la fijación de metas. Cuando estamos enfocados en una tarea y formamos recuerdos, la ECN se activa. Cuando empezamos a soñar despiertos, nuestra «red de modo predeterminado» se hace cargo de ello.

 

Otros estudios han señalado que los ejercicios cognitivos, como los juegos cerebrales, aumentan la actividad del ECN, pero pocos han podido demostrar la traducción de ese aumento en las actividades cotidianas.

«Las personas que eligen recompensas inmediatas sobre los beneficios a largo plazo tienen más probabilidades de participar en conductas de riesgo», comenta Lerman. Para medir las inclinaciones hacia las decisiones impulsivas en el estudio, los investigadores contaban con unos voluntarios que realizaron opciones hipotéticas de forma rápida. Por ejemplo, ¿preferían recibir USD 20 ahora o USD 40 en un mes? La respuesta parece una obviedad, pero imagínese si la pregunta era: ¿debo comer un pastel ahora o perder una libra esta semana? Tomamos este tipo de decisiones todo el tiempo y nuestra ECN está involucrada.

Los científicos predijeron que jugar a este tipo de actividades mentales que requieren de la memoria y enfoque podría activar la ECN de adultos jóvenes sanos más que los videojuegos convencionales. Eso ayudaría a una mejor toma de decisiones. Los participantes en el grupo de entrenamiento cerebral jugaron con actividades de Lumosity diseñadas para mejorar las habilidades mentales, como por ejemplo la memoria: Tendrían que hacer clic en los peces para alimentarlos con tal de asegurarse de no dar de comer el mismo pescado dos veces.

Mientras tanto, el grupo de control eligió los juegos coloridos, pero más sencillos.

Los voluntarios jugaron cinco veces por semana durante media hora. Fueron analizados periódicamente para medir el rendimiento en varias tareas mentales. Además de las opciones de recompensa inmediata versus las opciones de beneficios a largo plazo, los participantes fueron monitoreados para medir los niveles de elusión del riesgo, la memoria, la capacidad de mantenerse concentrados en medio de las distracciones y la flexibilidad cognitiva.

Los investigadores encontraron que ambos grupos de jugadores obtuvieron una puntuación más alta en las pruebas cognitivas relacionadas con el tiempo y la actividad cerebral. Para determinar si esto fue resultado de un juego o un simple caso de mejora con la práctica, también probaron a un grupo de adultos jóvenes que no jugaron a ningún juego. Los tres grupos mejoraron con el tiempo al mismo ritmo, lo que sugiere que los voluntarios mejoraban en las pruebas cognitivas al hacerlo repetidamente. Esto significa que ni los juegos de entrenamiento cerebral ni los videojuegos regulares tuvieron algún impacto en las habilidades cognitivas probadas en estos jóvenes adultos sanos.