Los planos de búsqueda

Por PG. Nieto
Asesor y Profesor C.I.S.I.

Los seres humanos actuamos según tres pilares: las necesidades, las motivaciones y las vulnerabilidades. El sociólogo Abraham Maslow organizó las necesidades como una escalera jerárquica que subimos a medida que las satisfacemos. Comenzamos por las orgánicas: alimentación, abrigo, cobijo…; seguimos por la seguridad: primero física, incluida la salud; después social donde encontramos el trabajo, la propiedad y los recursos; para terminar con la seguridad moral, incluyendo la familia y el entorno afectivo. El siguiente escalón es la necesidad de integrarse en estructuras supra familiares.

Antes de la era digital para relacionarnos conformábamos asociaciones religiosas, deportivas y culturales, hoy nos damos de alta en facebook, whatsapp, twitter… El último peldaño afecta a nuestra autoestima y ego, el reconocimiento que buscamos en esa estructura global. Explicaba en el artículo anterior que “somos lo que hacemos para serlo”, por lo que nuestra integridad y principios se irán modificando a medida que tomamos decisiones para ascender por la escalera.

El segundo pilar son las motivaciones. Nos movemos en base a creencias e incentivos. El mundo tiene sentido y se hace predecible cuando se confirma nuestra forma de interpretarlo. La creencia es una convicción personal que marca un modelo de vida a seguir. Por otra parte los incentivos son estímulos externos tendentes a provocar una reacción dirigida. En el evangelio de Mateo 6:21, Jesús nos dice: “Donde esté tu tesoro allí estará también tu corazón”. No hay nada de mayor satisfacción que ayudar desinteresadamente a una persona con necesidades reales. Con solo mirar el brillo de sus ojos y la sonrisa en su cara estamos pagados.

El tercer pilar son las vulnerabilidades. Las limitaciones, debilidades, y lastres que impiden avanzar. Una limitación es una carencia, física o intelectual, que nos coloca por debajo del promedio, lo cual no impide a la persona alcanzar sus objetivos con voluntad y mayor esfuerzo. Las debilidades forman parte de la naturaleza humana, todos las tenemos y la forma de controlarlas y superarlas se llama voluntad. Es significativo que la voluntad junto a la disciplina sean la base de la autorrealización y el éxito personal. Son dos “conceptos milagrosos” para el desarrollo de las sociedades. Un lastre es un peso muerto que perjudica y hay que erradicar. En Honduras proliferan las personas-lastre, inútiles sin actitud y peores aptitudes. Parásitos y sanguijuelas que utilizan el marco legal permisivo para beneficio propio, pasando por encima de los derechos comunitarios para exigir los individuales, pero nunca asumen responsabilidades sobre sus obligaciones. Estos tres pilares establecen un marco de referencia a tener en cuenta para cada persona.

El futuro de Honduras no podemos dejarlo en manos de guiñoles, resentidos e incompetentes. Estamos en campaña electoral y es necesario fijarnos en el perfil del candidato para determinar quién merece nuestro voto. Diseccionemos al político en tres planos de búsqueda: intelectual, emocional y material. Seguidamente verifiquemos si el contenido de los tres pilares referidos: necesidades, motivaciones y vulnerabilidades, se desarrolla sobre un plano u otro…, nos llevaremos sorpresas.

El plano intelectual define al político con creencias consolidadas. No es posible que hoy enarbole la bandera de la integridad y anticorrupción para mañana asociarse con sujetos cuestionados, inestables, o anormales. El político con principios éticos presenta proyectos coherentes para el desarrollo integral del pueblo sobre la base de la educación, los valores morales y la seguridad. Sabe generar las condiciones para que el pobre adquiera las capacidades que mejoren sus oportunidades, con trabajo y sacrificio. Ningún recurso puede ser regalado porque nada es gratis, y el receptor perdería la perspectiva de su valor. Decir lo contrario se llama manipulación y populismo.

En el plano emocional los políticos son imprevisibles. Aquí encontramos a los resentidos que supuran hostilidad, incapaces de reconocer sus errores. Consideran que el país está en deuda con ellos, y se pasan el día conspirando estrategias para recuperar lo que dicen les pertenece. No les importa llevarse de encuentro a medio país y confrontarlo con el otro medio, y de paso “refundar Honduras”. La Asamblea Constituyente es por lo tanto una herramienta eficaz para llegar al poder y “ajustar cuentas después”…. En ese futuro posible, no probable, visualizo un agujero negro.

El plano material muestra las vulnerabilidades del político que busca la riqueza y el poder inherente. Se olvida que solicita un puesto como servidor público. La administración del Estado está sobredimensionada y sus autoridades acostumbran a gastar por encima de los recursos que el país genera.

En ocho años la deuda ha pasado de 5.000 M$ a sobrepasar los 11.000 M$. El ministro de Finanzas dice que “la deuda todavía es manejable”, sería bueno que nos explicara a partir de qué cantidad dejará de serlo y cuáles serán las consecuencias para todos. Evidentemente la élite, la “casta”, queda excluida porque ellos controlan la riqueza y los recursos mientras hipotecan Honduras.