Con ventas bajas se fueron ambulantes

Miles de hondureños salieron ayer a las calles en distintas ciudades del país en busca de ingresos extras ofreciendo una variedad de productos entre la multitud que acompañó los desfiles patrios del 15 de septiembre.

Durante un recorrido realizado por este rotativo en la capital hondureña, en las inmediaciones por donde pasó el desfile de institutos educativos, se pudo constatar que de diez comerciantes entrevistados, por lo menos seis salieron por primera vez.

Para algunos el debut fue gratificante, no obstante, para la pareja conformada por Stephanie Méndez y Rigoberto Aguilera, esta primera experiencia fue agridulce, porque invirtieron cerca de 5,800 lempiras y al filo del mediodía, apenas habían vendido alrededor de 800 lempiras.

PASO EN FALSO

Desde el amanecer, los emprendedores se apostaron en una acera de la calle del barrio La Pagoda, a pocos metros del tramo para el Trans-450, por donde pasaron las bandas, marchistas, palillonas y pomponeras de 73 colegios de segunda enseñanza, rindiéndole honores a la patria.

“Vivimos en la aldea de Las Casitas, allá por los batallones y llegamos aquí a las 3:00 de la mañana, pero no pudimos ubicarnos en un sitio estratégico”, contó la muchacha, para agregar que se vieron obligados a meterse al comercio ambulante o informal, porque a pesar de estar jóvenes no han podido encontrar un empleo permanente.

Los comerciantes indicaron que las restricciones que aplicaron las autoridades municipales, les terminaron pasando factura con ventas bajas.

Junto a la pareja se ubicó doña Norma Moncada con su puesto de golosinas, que coincidió con los debutantes, al señalar que ahora son miles de personas que se han “tirado a las calles” a vender, agobiadas por la falta de fuentes de empleo.

La señora y cuatro hermosas muchachas ofrecían papas fritas, tacos, carne asada y refresco natural condensado con pedazos de hielo en cuatro botellones de vidrio, pero los posiblescomensales pasaban de largo.

“El año pasado me quedaron más de 3,000 lempiras de ganancia, esta vez creo que ni para

pagarle a las trabajadoras me va a quedar”, lamentaba la fogueada vendedora ambulante.

CON L200 A CASA

Más adelante, casi rozando con su “carrito hogdoguero” a la multitud que observaba el paso de las bandas de guerra y guapas palillonas, se agarraba las quijadas don WilfredoBanegas, quien se conformó con llevar a casa, por lo menos, 200 lempiras de ganancia.

“Ahorita solo he vendido 15 unidades a 20 lempiras cada uno y saque la cuenta. Si solo gano ocholempiras por hot-dog, con esto alimento a seis personas que viven en mi casa en Comayagüela”, contó el emprendedor.

Las frutas entre lo más demandado, los vendedores recorrieron un promedio de diez kilómetros de un extremo al otro del desfile en busca de clientes.

Cuando el sol empezaba a quemar la piel de los miles de espectadores, el agua fluyó con mayor facilidad. Pero solo bolsitas de lempira compran, dijo Walter López, un vendedor ambulante con más de 20 años de ganarse la vida en las calles.

“La verdad que estuvieron mejor los desfiles de las escuelas primarias, me acabé toda la mercadería, pero hoy está bajo esto. Creo que ahora somos más los vendedores que los compradores”, consideró el entrevistado, esbozando una carcajada.

En ese momento, se acercó un joven que metió la mano en una carreta de supermercado y le preguntó el precio de una bebida refrescante, en instantes don Walter contestó: “ese (refresco energizante) vale 25 lempiras”. Seguidamente, el comprador se marchó sin el refresco. (JB)