Por: Jonathan Roussel
Cuando charlamos tenemos la mala costumbre de hablar dudando de todo. No sé si es generalizada esa costumbre o de solo una parte de los hondureñitos. Comento, vas para el DC (Distrito de Columbia). Respuesta inmediata. En la costa oeste al norte de Oregón hay un estado llamado Washington. Allí está la sede del gobierno. Puede ser que se llame DC. Casi rompo el teléfono.
Estos casos abundan. Pregunto: Leíste el periódico. Me contestan de inmediato. En inglés? Allá en China y en Rusia existen y se sigue con la mala leche. Otra bronca.
Otra costumbre decir “haiga” o “plesbicito”. Es tan común que bien se les contesta con otro dicho que cae al pelo. Esto ocurre en algunas radioemisoras. Bien se les podría responder con otro dicho.
Algunos otros ejemplos. Lo que es y darle seguimiento.
Los medios, primarias, secundarias y los centros de educación superior no pueden olvidar su responsabilidad.
Solo nos quedará decir: me culpan de todo.
Grave, muy grave todos, estamos influenciados.
Y será un verdadero relajo.
No buscamos que esto se convierta en mal general. No puedo imaginar a los maestros de antaño viendo cómo olvidamos la ortografía, síntaxis y prosodia. Lean este horror: Honduras sin hache, con eme y con zeta.
Llegaremos a dudar de lo que digamos o escribamos y contestarles con chascarrillos. No metas las manos en un saco dentro del cual hay una cascabel. Déjame como estaba o le cuento a mi mamá. Llegará una nueva lengua parecida al esperanto. O un código nuevo.
Palabra que esto ya me está gustando. Pasaremos a la historia como una tribu diferente. Somos diferentes. Ni don Quijote se nos escapa al decirle a Sancho: “Si los canes ladran señal de caminar” o “No tembles terra que no te fago nada”.
Interminables dudas y los dichos.
Y en deportes decir casi gol.
Y parece que a todos gusta. No hay líder que se oponga.
Sonrían que no cuesta nada.
Amén