La contienda política de 1954 y un reporte delator

(A Rolando Valerio Hernández, en memoria)

Por: Óscar Armando Valladares

En 1982, la Editorial Universitaria (UNAH) divulgó el folleto “La lucha política de 1954 y la ruptura del orden constitucional”, escrito por Ramón Ernesto Cruz, abogado y político adscrito al decantado cariísmo del Partido Nacional (PN).  Trátase de un documento revelador, acerca del pretendido continuismo -iniciado en 1952- del presidente Juan Manuel Gálvez, intentona que dio lugar a la apertura del Movimiento Nacional Reformista (MNR) en la matriz del partido.  Cariístas y galviztas se adversaban por intereses logreros, de cara a las elecciones previstas para 1954, aunque algunas plumas de ala reformista buscaban postular al ingeniero Abraham Williams Calderón. Afluía por el liberalismo el carisma del médico Ramón Villeda Morales.

Como pasa generalmente, en ese intríngulis político campeaba la injerencia de Estados Unidos, representada entonces por el embajador y abogado Whitting Willawer, quien sostenía conciliábulos constantes con las dirigencias partidarias, en particular con el general Carías Andino, uno de los cuales había tenido lugar a las 11 de la mañana del 14 de septiembre de 1954.  De esa reunión, el abogado Cruz sumariza lo siguiente:
a) El embajador Willawer manifestó a Carías los temores del Departamento de Estado de que la paz de Honduras pudiera ser alterada por la falta de avenimiento de los tres grupos políticos en lucha y la inconformidad de los candidatos y sus partidarios que fuesen derrotados en los comicios de octubre.

b) El Departamento de Estado tenía datos que en el Partido Liberal (PL) se habían infiltrado elementos izquierdistas y se habían organizado varias células comunistas en los organismos de dicha agrupación política y, además, con la caída del gobierno de Arbenz Guzmán se había comprobado que el Partido Liberal había recibido ayuda financiera del exterior otorgada principalmente por parte de dicho régimen caído…

d) Para evitar las consecuencias indicadas, el embajador propuso: 1) La continuación del doctor Juan Manuel Gálvez en la Presidencia de la República, por un período de uno o dos años… 2) Que dentro de las 24 horas siguientes, el General Carías podía proponer a la Embajada una solución que garantizara la tranquilidad y el orden en el país…

“El General Carías -adiciona el abogado Cruz- expresó al embajador Willawer que la legislatura anterior por una mayoría de 27 votos contra 22 había rechazado la reforma constitucional propugnada por los diputados reformistas… Que en relación con la infiltración comunista en Honduras, esta (según Carías) había ocurrido en la administración del doctor Juan Manuel Gálvez…”.

Como el continuismo del gobernante no era factible, por impedírselo el artículo 108 de la Constitución vigente -la de 1936-, el MNR inscribió la candidatura de Williams Calderón, el P.N. a Carías y el P.L. a Villeda Morales.  El 10 de octubre se practicaron los comicios, y aunque los liberales obtuvieron más sufragios, las dos facciones azules conspiraron de tal suerte que, al no reunirse el Congreso, caducó el “orden constitucional”.  El 16 de noviembre Gálvez se ausentó del país “por motivo de enfermedad” y, el 6 de diciembre, el vicepresidente, Julio Lozano Díaz, asumió la dictadura.

En breve y reciente encuentro, Jubal Valerio Hernández me dio a leer un reporte en inglés de aquel entonces, remitido por Juan Manuel Gálvez al embajador de EEUU, sobre implicaciones “comunistas” del recordado maestro Octasiano Valerio, a quien el régimen del “demócrata mandatario” habíale colocado la sombra de un “oreja” simplicísimo a inmediaciones de la Academia Alpha.

Cumple, caro Jubal, dar a luz a esa nota delatora, delatora por igual de la mala levadura con que se ha venido fermentando la política nacional, hoy por hoy inficionada de otro hongo indigerible: la reelección arbitraria.