Por Álvaro Sarmiento
Especialista Internacional
en Comercio y Aduanas
La semana pasada se realizó una nueva ronda de negociaciones comerciales entre los EUA, Canadá y México como parte del proceso de rediseño del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica TLCAN-NAFTA , iniciativa originada por el presidente Trump en la pasada campaña electoral, donde definió al Tratado como el peor acuerdo comercial negociado por los Estados Unidos.
Esta misma semana, los principales socios comerciales de los EUA, concretamente los negociadores mexicanos afirmaron que no pretendían negociar a través de las redes sociales, refiriéndose a los mensajes que usualmente el presidente norteamericano utiliza a través de su cuenta de twitter. Ya esta semana afirmó en entrevista de la revista Forbes “Si lo vamos a hacer bien, yo creo que el NAFTA debe terminar. De otra manera, no creo que se pueda negociar un buen acuerdo”.
Esto también se refleja en comentarios a la prensa del representante comercial de los EUA al término de la última ronda, al criticar la posición inamovible de sus contrapartes mexicana y canadiense.
Si bien es cierto, normalmente en la diplomacia comercial no se estila negociar a través de la prensa y menos aún del Facebook, es claro que los criterios de negociación hoy día han cambiado.
Lo que es claro es que si las amenazas y afirmaciones de la campaña electoral, fueran ciertas, los EUA no se hubieran tomado la molestia de iniciar un largo proceso de negociaciones, un nuevo frente abierto para ese gobierno (Corea, Venezuela, Rusia, Irán, etc.), es decir a la interna, se debe tener claro lo obvio, que la cancelación del NAFTA será un juego con resultado “perder-perder”.
Si bien es cierto, las principales productoras de vehículos de los EUA perderían miles de millones de dólares en el proceso de relocalización de sus fábricas que hoy día están en México y en Canadá, el sector posiblemente más dañado sería uno bastante sensible en ese país, el sector agropecuario.
Uno de los principales importadores de granos estadounidenses es México. Si el NAFTA desaparece, lo mismo ocurrirá con los beneficios comerciales y por arte de magia los aranceles a la importación de maíz, trigo, partes de pollo vuelen a imponerse y los importadores mexicanos seguramente buscarán esos bienes a menores precios, al menos sin pagar aranceles en otro lugar. Ya esta semana se concretó una importación de varias miles de toneladas de trigo argentino. Comercialmente algo pequeño, pero el mensaje es claro, México saldrá a comprar esos productos a otro lugar. Y los productores de Ohio van a quedarse sin compradores del otro lado de la frontera.
La cosa tampoco pinta muy bien en el frene norte con Canadá. La guerra comercial en el sector aeronáutico donde los EUA han impuesto aranceles elevadísimos a la empresa Bombardier por sus aviones, supuestamente por subsidios del gobierno canadiense ha provocado que el contrato militar del gobierno canadiense para comprar el caza bombardero F-18 a Boeing por 5 mil millones de dólares se ha puesto en entredicho.
¿Cuáles son los escenarios para el comercio exterior hondureño? Estamos lejos del NAFTA pero cerca de sus consecuencias. Tendremos un sector agropecuario norteamericano con un exceso de partes de pollo y granos sin compradores. Seguramente Centroamérica será el mercado potencial para exportadores mexicanos y estadounidenses. Lo que implicará productos más baratos, pero déficit comerciales más abultados, con sus efectos en el tipo de cambio y claro está en la industria local, compitiendo con nuevos jugadores.
<sarmientomalvaro@gmail.com
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