Derrumbe casi provoca tragedia en la Villanueva (Video)

La saturación de agua en el suelo, ocasionada por las constantes lluvias en la capital y sus alrededores, estuvo a punto de provocar el domingo una auténtica tragedia, al derrumbarse un paredón, cuyas rocas, de varias toneladas, cayeron sobre una vivienda, en la colonia Villanueva, en Tegucigalpa.

Las enormes piedras también aplastaron dos automotores que estaban estacionados en una calle de esa colonia, ubicada al oriental de la capital.

Por dicho alud de tierra se inhabilitó por varias horas el acceso que de Tegucigalpa conduce al departamento de El Paraíso, en la zona oriental de Honduras.

De acuerdo a vecinos y bomberos, el derrumbe se reportó ayer, a eso de las 6:40 de la mañana, producto de las tormentas que azotaron al Distrito Central la noche del sábado.

Varios peñascos de grandes proporciones se desprendieron de un cerro ubicado en el sector 7-B de la populosa colonia.

Las grandes rocas cayeron sobre dos carros que estaban estacionados a la orilla de la carretera que de la capital comunica con el oriente del país.

APLASTADOS DOS VEHÍCULOS

Tras zafarse por la humedad, desde lo alto, las “turuncas” rodaron varios metros abajo, hasta que una de las más grandes cayó sobre dos automóviles que estaban estacionados a la orilla de dicha carretera.

Asimismo, la tierra desprendida y las piedras desbarataron una especie de corral, donde los propietarios tenían enjauladas varias aves. Afortunadamente, los ovíparos ya habían sido sacados, antes de producirse el derrumbe.

Otras de las rocas cayeron sobre parte de una casa que está contiguo a la arteria vial, lo que provocó daños menores al inmueble, habitado por varios integrantes de una humilde familia.

A pesar de la magnitud del derrumbe, solo se registró una niña con lesiones, quien se encuentra fuera de peligro, tras haber sido trasladada a un centro asistencial.

Entre los daños materiales ocasionados por el alud, se mencionó el desprendimiento del cableado eléctrico, que dejó sin energía toda esa zona oriental de Tegucigalpa.

Tras darse el percance, a la zona se desplazaron varios socorristas del Cuerpo de Bomberos y de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), para sacar cerciorarse de las secuelas que produjo el alud.

Debido a que varias de las rocas, postes y el cableado eléctrico cayeron en la transitada ruta, las autoridades del gobierno ordenaron el cierre temporal de dicha arteria vial, armándose una gran fila de automóviles que pretendían ingresar a la capital y viceversa.

Por tal razón, los agentes de tránsito procedieron a habilitar calles alternas, siendo la de la colonia Los Pinos la más transitada para llegar a la zona oriental.

Afortunadamente, durante la caída de las piedras, no había personas o niños a la orilla de la calle, o de lo contrario habrían muerto aplastados.

POBLADORES EN RIESGO

Posteriormente, personal de la alcaldía encargado del equipo pesado realizó trabajos de evacuación de las personas que habitan en cinco viviendas que están en peligro.

Pero lo peor que ocasionó el derrumbe no fue el congestionamiento vial, sino convencer a varios pobladores de la zona alta donde se produjo el hecho, de abandonar las viviendas que con gran sacrificio lograron construir en esos terrenos de alto riesgo.

Debido a que el paredón seguía derrumbándose poco a poco, poniendo peligro a los demás pobladores, numerosas personas llegaron a observar lo ocurrido.

Para la labor de convencimiento social, al sector se desplazó el subcomisionado de Copeco, Julio Quiñones, quien les manifestó a los afectados que lamentablemente como la zona se convirtió en un lugar de riesgo, debían abandonar sus casas, mientras se realizaban las labores de mitigación y aseguramiento de suelos.

Tal fue el caso de la familia de Victoria Pineda, una de las mayores afectadas, quien no se encontraba al interior de su casa cuando se dio el deslizamiento, debido a que andaba haciendo un mandado personal. En su casa solo se encontraban sus hijos.

Después de varias pláticas, la fémina aceptó que tenía que desalojar su querida vivienda, pese a que ayer no tenía dónde irse a quedar con su familia y dónde guardar los enseres domésticos que tanto le costó adquirir.

En horas de la tarde fue habilitado nuevamente el paso vehicular en esa transitada zona de la capital.

ZONA DE ALTO PELIGRO

Posteriormente, el comisionado general de Copeco, Lisandro Rosales, mencionó que la zona de la colonia Villanueva, Villa Vieja y Los Pinos es uno de los sectores donde más se dio saturación de suelos con agua, por las constantes lluvias.

Mientras el funcionario daba indicaciones de tener mayor cuidado en esas colonias, varios curiosos temerariamente se subieron a la zona donde se dio el derrumbe, para observar lo que dejó a su paso el alud de tierra, sin importarles poner en riesgo sus propias vidas.

“Queremos recomendarle a toda la ciudadanía de esta zona que no estén de curiosos porque todavía se puede venir desde lo alto una roca adicional a las ya caídas en la carretera”, sugirió.

El comisionado resumió que la zona es “muy inestable y la maquinaria debe trabajar con mucho cuidado en este sector, para no tener víctimas que lamentar”.

El titular de Copeco, además anunció que en las últimas horas hubo derrumbes en las colonias Canaán y Villa Unión de la capital.

A las labores de prevención se sumaron policías preventivos, militares y bomberos, quienes empezaron a evacuar a familias de algunas casas que quedaron en riesgo, además de los curiosos que no paraban de llegar, sin saber el inminente peligro en ese territorio de la capital.

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PREVENCIÓN
EEH quitó energía para evitar daños
Personal de la Empresa Energía Honduras (EEH), llego rápido a la zona de los derrumbes y procedieron a quitar el fluido eléctrico, para prevenir que alguien se electrocutara.

Además de los derrumbes, la colonia Villanueva quedó afectada por la caída de varios postes del tendido eléctrico y cables sueltos que hacían chispas. Gracias a la rápida acción de personal de la Empresa Energía Honduras (EEH), se suspendió la energía en la zona, con la intención de que ningún curioso quedara electrocutado o sufriera quemaduras.

Posteriormente, y cuando ya estaba todo controlado por personal de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), la energía eléctrica fue reactiva en dicha zona.

VECINA AFECTADA
“Estábamos adentro y oímos el estruendo”
La joven Magda Pineda, junto con sus hermanos, ayer sacaban de la casa alguna de sus pertenencias.

Momentos de angustia vivieron los vecinos de la colonia Villanueva, al escuchar la caída de piedras de gran tamaño, que dejaron a una familia sin casa.

A eso de las 7:00 de la mañana del domingo, vecinos de esa zona se asustaron al oír cómo rodaban las rocas, desde lo alto de un cerro, hasta la carretera que conduce de Tegucigalpa hacia el oriente del país.

Los peñascos obstruyeron ambos carriles de la calle y además derribaron cinco postes del tendido eléctrico, dejando sin energía a unas 20 colonias aledañas.

Una de las afectadas, Magda Pineda, comentó que estaba en su vivienda, junto con sus hermanos, cuando de repente oyeron un ruido de “algo” que se derrumbaba, por lo que decidieron salir del inmueble para buscar un lugar seguro.

Los vecinos ayudaron a Victoria Pineda y a sus hijos a sacar sus cosas del inmueble en riesgo.

“Todo estábamos adentro, de repente escuchamos el estruendo y era que todo se había ido, entonces nos salimos de ahí y el señor (un vecino) nos dijo que nos fuéramos a su casa”, relató Pineda, mientras sacaba sus pertenencias de su pequeña casa de bloque.

La joven lamentó que el derrumbe también se llevó unos materiales de construcción que hace unos días había comprado su madre Victoria Pineda, con el sueño de ampliar la casa.

Mientras cargaba una maleta con algo de ropa, añadió que “un señor que vive en la casa de abajo se ponía hacer hoyos en el muro, sabiendo que estaba aflojando las piedras y varias veces se le dijo, pero no hizo caso”.

LAMENTA HABITANTE
“El muro era fuerte ni el Mitch lo botó”
Otro de los vecinos perjudicados, Héctor Manuel Canales, dijo que no imaginaron que el muro se podía desplomar, pues han vivido ahí por más de 18 años.

“No escuché nada, como en este tiempo ha estado lloviendo… Yo me levanté a las 5:00 de la mañana, salí a la pila, y luego me metí a la casa, me puse la ropa para trabajar, pero cuando estaba adentro es cuando oí el gran estruendo”, recordó Canales.

Relató que el año pasado, en el invierno, una piedra se desprendió y cayó sobre la casa de su vecina, quien lamentablemente perdió la vida.

Don Héctor afirmó que el muro era fuerte y seguro, pues ni el potente huracán Mitch lo derribó.