Con escenarios complicados “tepecianos” aguardan “Día D”

En uno de sus tantos corridos promigrantes, Los Tigres del Norte traen a colación justamente la súplica en este momento al presidente Donald Trump de miles de hondureños en los Estados Unidos a la espera de la renovación del Estatutos de Protección Temporal (TPS por sus siglas en inglés).

El anuncio está previsto para el 5 de noviembre y los expertos manejan varios escenarios sobre los cuales podría darse la decisión del magnate de la Casa Blanca. La peor de todas sería la cancelación del permiso lo que colocaría al menos a 56 mil hondureños en la mira de la deportación inmediata.

En igual situación se encuentran tres mil nicaragüenses, a quienes el permiso se les vence el 5 de enero del 2018, y unos 200 mil salvadoreños, cuyo turno será el 8 de marzo. Por ley, el presidente Trump debe pronunciarse dos meses antes del vencimiento. En total, serían al menos 300 mil migrantes afectados incluyendo a los connacionales de Haití, Somilia, Siria y Sudán.

Frente a esto, muchos migrantes, gobiernos y organizaciones civiles, justifican la renovación en el aporte de este grupo minoritario a la economía estadounidense tal como lo señala el popular grupo mexicano en su canción “De paisano a paisano”.

“De paisano a paisano/ antes de seguir cantando/ yo le pregunto al patrón/ quién recoge la cosecha/ quién trabaja en la limpieza/ hoteles y restaurants/y quien se mata trabajando en construcción/mientras el patrón regaña/ tejiendo la telaraña/ en su lujosa mansión”, suena la canción.

Sigue el canto: “Muchas veces ni nos pagan/ para que sale la llaga/ como sal envenenada/ nos echan la inmigración/ si con mi canto pudiera/ derrumbaría las fronteras/ para que el mundo viviera/con una sola bandera/ en una misma nación”.

¿QUIÉN PIERDE?

Coincidentemente, un reporte publicado en marzo de 2017 por el Immigrant Legal Resource Center (ILRC) concluye que eliminar el TPS para estos tres países resultaría en una reducción de casi 7,000 millones de dólares en contribuciones al Seguro Social y al programa de salud Medicare a lo largo de una década. Además, conduciría a una disminución de 45,000 millones de dólares en el Producto Interno Bruto (PIB).

El estudio señala que deportar a más de 300,000 personas le costaría al gobierno federal unos $3,100 millones y afectaría directamente a sus empleadores: el gasto por la ausencia de estos trabajadores sería de $967,000.

«Terminar el TPS para El Salvador, Honduras y Haití tendrá impactos económicos significativos y de largo alcance en la economía de nuestra nación», alerta el informe. «Estados Unidos se beneficia inmensamente cuando los inmigrantes pueden trabajar», agrega.

UNA “GRINGUITA”

Como se trata de evitar la deportación, Los Tigres del Norte tienen otro consejo, pero esta vez a los migrantes. El problema de nosotros/fácil se puede arreglar/que nos den a una “gringuita”/para podernos casar/y ya que nos den la mica (papeles)/volvernos a divorciar.

Esta es una historia popular y conocida de la que se han valido muchos migrantes para legalizar su estatus a lo largo de décadas. En la actualidad, están recurriendo a sus hijos, que nacieron en los Estados Unidos y que ya cumplieron los 21 años para que les tramiten la residencia.

El problema lo tienen aquellos que todavía sus hijos no alcanzan la mayoría de edad y en caso de una deportación deberán despedirse de ellos ya que la ley protege a los menores porque son americanos.

El próximo 5 de noviembre se conocerá si los Estados Unidos da la renovación o cancelación del TPS.

El TPS es un programa temporal que protege de la deportación y da permisos de trabajo a personas de países designados. Generalmente, se trata de lugares que han sufrido desastres naturales o una guerra o conflicto civil.

El programa se dio por primera vez en 1990, y actualmente, ocho países tienen un TPS activo, pero luego que el gobierno de Donald Trump canceló DACA para los jóvenes Dreamers, y anunciara una extensión de solo 6 meses para Haití en mayo, el temor es que hagan lo mismo con el resto.

Un cuarto escenario para los hondureños sería precisamente que Trump recorte el TPS como a los haitianos y remitir el caso al Congreso una vez que expire, bajo el entendido que él no es amigable con los permisos temporales ni la inmigración ilegal.

Como quinto escenario para los hondureños los especialistas están señalando el camino abierto para todos “tepecianos” por la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito, que determinó que el beneficio del TPS implica una aceptación legal en el país.

“Definitivamente es una gran decisión para mucha gente que cae en ese segmento de beneficiarios del TPS que no han arreglado su residencia anteriormente”, dijo a LA TRIBUNA, Marta Arévalo, directora ejecutiva del Centro de Recursos Centroamericanos (CARECEN), con sede en Washington.

Una reforma en 1996 de la ley de inmigración estableció que aquellos que hayan vivido sin permiso legal en el país, como es el caso de muchos beneficiarios del TPS que no renovaron, no pueden aspirar a un permiso de residencia permanente sin antes haber estado fuera de EE UU entre 3 y 10 años. El problema de esta resolución es que solo aplica a quienes residan en Arizona, California y Hawái, aclaró Arévalo, quien sugiere que “como cada caso es particular” los beneficiarios deben buscar orientación legal en centros comunitarios.

VIVIENDAS E HIPOTECAS

Las marchas frente la Casa Blanca están a la orden del día por parte de grupos de hondureños, salvadoreños, nicaragüenses y haitianos.

Según reportes de grupos especializados en Washington, cerca de uno de cada cuatro de los 206,000 beneficiarios de TPS de estos tres países llegó a este país cuando tenía menos de 16 años y más de la mitad de los salvadoreños y hondureños llevan más de 20 años en este país.

Al menos la mitad de los salvadoreños, haitianos y hondureños con Estatus Temporal de Protección (TPS), que viven en los Estados Unidos son dueños de vivienda y casi 100,000 hipotecas quedarían en el aire si el gobierno de Donald Trump decide no renovarles su situación legal.

Su participación en el mercado laboral es más elevada que la del estadounidense promedio y también que la del extranjero promedio. Entre el 81 al 88% están trabajando y están inmersos en varias de las industrias más importantes del país, agregó el reporte publicado este jueves. Unos 27,000 son dueños de negocios y creadores de empleos.

Se calcula que al menos 50,000 trabaja en la construcción, 32,000 en la industria de alimentos, 16,000 en jardinería, 10,000 en cuidado infantil y 9,000 en tiendas de alimentos.

Los salvadoreños, hondureños y haitianos también se han convertido en los padres de 273,200 hijos nacidos en los Estados Unidos.

Los estados del país con poblaciones más grandes de TPS son California: 55,000, Texas, 45,000, Florida, 45,000, Nueva York, 26,000, Virginia, 24,000 y Maryland, 23,000.

Presidente Hernández: “No los vamos a dejar solos”

El Presidente Juan Orlando Hernández expresó ayer lunes en conferencia de prensa que “seguimos en la ofensiva, ahora buscando que se pueda aprobar para todos los hondureños la extensión del TPS”.

El gobernante indicó que para agilizar las gestiones ya se encuentra en Estados Unidos una misión hondureña de alto nivel, que integran la canciller María Dolores Agüero; la vicecanciller María Andrea Matamoros y el embajador de Honduras en Estados Unidos, Marlon Tábora.

Asimismo, una delegación de diputados de todas las bancadas del Congreso Nacional. El titular del Ejecutivo destacó que se “sigue trabajando de manera ardua, porque buscamos que se extienda el TPS o se regularice su estatus. No los vamos a dejar a solos».

Reuniones de alto nivel

Juan Orlando Hernández

Hernández enfatizó que la delegación hondureña sostendrá reuniones con congresistas, senadores y funcionarios del gobierno del presidente Donald Trump, entre ellos el subsecretario de Compromiso Internacional de la Oficina de Estrategia, Política y Planes del Departamento de Seguridad Nacional, James Nealon, exembajador en Honduras.

El gobernante dijo que espera que Nealon sea “receptivo con nuestras preocupaciones”, ya que es un conocedor de la situación de Honduras.

Hernández apuntó que lo que se busca es la ampliación del TPS o regularizar la estadía de los hondureños en Estados Unidos.

“Nuestro embajador Marlon Tábora ha estado haciendo una incidencia bastante importante; cada vez tenemos más senadores y congresistas que suscriben cartas o hacen llamados públicos al Departamento de Estado o Homeland Security”, dijo Hernández.

“Esperamos que este esfuerzo, que va también acompañado junto a El Salvador, nos permita ser exitosos; esperamos que al final de esta semana tengamos una noticia positiva”, remarcó Hernández.

Plan B

El titular del Ejecutivo mandó un mensaje claro a los hondureños que residen en Estados Unidos en caso de que no se apruebe la ampliación del TPS:

“Es importante que sepan nuestros compatriotas que aquí los vamos a recibir con los brazos abiertos y con esquemas especiales que les permitan poder reinsertarse a la sociedad en condiciones especiales para traer sus bienes y lo que consideren”.