La llamada del cuento

El cuento, como bien sabemos, es una narración breve y concisa. Aunque hay muchas definiciones de cuento, para Seymour Menton, crítico y académico literario, autor de “El cuento hispanoamericano: antología crítico-histórico” publicado por Fondo de Cultura Económica (México-2013):  “el cuento es una narración fingida, en todo o en parte, creada por un autor, que se puede leer en menos de una hora…”.En estos tiempos el  cuento breve o micro relato, se puede cubrir en cuestión de minutos y está orientado a producir en quien lo lee, un efecto inmediato, debido a sus elementos extraordinarios. En América Latina, podemos mencionar entre los pioneros de este género a escritores que van desde Quiroga, Borges o Cortázar, hasta nombres menos reconocidos como Rosario Castellanos, Elena Garro o Dulce María Loynaz. Entre todos estos nombres destaca Augusto Monterrosode raíces hondureñas (el mismo nació en Tegucigalpa, un 21 de diciembre de 1921) y cuya madre era la hondureña Amelia Bonilla, posteriormente nacionalizado gu
atemalteco es considerado como el máximo representante del micro relato con su obra El Dinosaurio: “Cuando despertó el dinosaurio, todavía estaba allí ”

En Honduras, uno de los primeros representantes de los micro cuentos, fue el renombrado escritor Oscar Acosta, con los cuentos “El Regresivo” o “El Vengador”, seguido por otras voces contemporáneas como KaltonBruhl, Gustavo Campos, Alejandra Paredes o Amada Ponce, entre otros. En esta línea,“Habitaciones Propias” se complace en presentar a Antony Varela, con el texto que aparece a continuación


Vocación
Antony Jan Carlo Varela*

Los diez falangeos seres se dividieron en parejas, por especie. Ambos pulgares, harto incomodados por desempeñar el papel de árbitros de lo aceptable y lo inadmisible, decidieron dedicarse de lleno a lo que siempre fue su pasión: los videojuegos. Los delicados primos anulares, vanidosos hasta la cutícula, emprendieron en los negocios de la joyería y el maquillaje. Los refinadísimos meñiques, no tardaron en emplearse como instructores de etiqueta para señoritas de tez aburguesada. Los dizque líderes índices se dieron cuenta que no servían para nada, salvo culpar y hurgar narices, por lo que uno decidió entregarse de lleno al ocio y el otro ejerció como abogado acusador, que es como lo mismo, porque esos no hacen gran cosa. El paradero de los mayores, aunque más fastidiosos y obscenos, falanges medios quedó sin aclararse. Sus hermanos no tienen duda de que se les encontrará fácilmente donde sea que haya riña, provocación y gente que aún utilice el vocativo maje.

Al despertar, el promisorio escritor Franco Gáleas se vio sin ningún dedo en sus manos. Al costado de su lecho, se encontraba su laptop. Abierto estaba el documento que contenía el borrador de lo que vendría a ser su obra más prolija.

—Mierda, —se lamentó. —Ya sabía.

Leyó la última línea del texto. En letras mayúsculas:

NOS HEMOS CANSADO DE TECLEAR, ENALTECER TU EGO, LIMPIARTE EL CULO, ETC. NO REGRESAMOS.

(Ilustración por Saul Steinberg)

*Estudiante de la Carrera de Letras, UNAH