TRES MUJERES; TRES VISIONES EN EL ARTE CONTEMPORÁNEO

En la compleja y dinámica esfera del arte, las mujeres artistas pasan desapercibidas. O son un elemento decorativo en las exposiciones colectivas para rellenar espacios o no se les toma en cuenta a la hora de exponer sus ideas. Se les encasilla de mil maneras; las cuales no nombraremos aquí, pues es tema de debate para otra ocasión.

Dicho lo anterior, a pesar de este pequeño inconveniente, en este caso, tenemos ante nosotros a tres connotadas artistas de la plástica, Celsa Flores, Regina Aguilar y Xenia Mejía; que por su trayectoria artística y su visión contemporánea en las artes visuales, no pasan inadvertidas. Sin ellas, faltaría un elemento crucial; pues se destacan –desde la perspectiva de la mujer– irrumpiendo en una propuesta plástica que busca extractar el discurso modernista; a pesar de la controversia antes mencionada.

Amerita decirlo, la exposición colectiva, “TRÁNSITOS. ENTRE LA TRADICIÓN Y LO CONTEMPORÁNEO”, que nos presenta el Centro de Arte y Cultura (CAC/UNAH) en su más reciente edición de este año en curso, es –en nuestra humilde apreciación– la más comprometida y conceptualmente sólida de la temporada.

Aunque existen fallas substanciales de contexto, contenido y forma en las instituciones nacionales que se dedican a velar, preservar y dinamizar el panorama cultural en Honduras; en honor a la verdad, el trabajo realizado por el CAC/UNAH es apreciable a nivel de compromiso en materia formativa y de vinculación con la sociedad. Aun así, insistimos en que la problemática se plantea de manera más evidente y con mayores contradicciones en el caso de las mujeres.

Con “Tránsitos”, bajo la curaduría del crítico de arte, Profesor Carlos Lanza, se hacen ensayos que fortalecen la oferta del arte para un público más exigente; en términos de prácticas contemporáneas y nuevos paradigmas artísticos. Aunque, para dar a conocer estas expresiones más afianzadas en el arte hondureño fuera del país –y constituyen un precedente– faltaría la pieza clave; know-how de la institucionalidad. Es decir, la finalidad, causa o razón de ser. De dichas experiencias, imaginar posicionarse en un mercado próspero y activo; un mundo del arte que no cesa de extenderse.

Aun así, siendo una de las mejores muestras colectivas de los últimos años, el logro no se debe solamente a una respuesta del trabajo profesional que realiza este centro cultural (ubicado en Comayagüela); sino –primordialmente– la dedicación y entrega de los artistas participantes, que han sabido dar lo mejor de sí. En cuanto a la responsabilidad que existe por mejorar el contexto actual y la percepción creativa vigente en el país; dicho propósito magnifica la plataforma de un estudiado planteamiento para entender el arte contemporáneo. Nos confronta a extender nuestros procesos de legitimación, especialmente cuando se trata de mujeres artistas.

En este punto de encuentro entre artistas nacionales, tres destacadas artistas hondureñas, Celsa, Regina y Xenia, exigen nuestra atención; pues es conceptualmente amplía su presencia en “Tránsitos”. Y a pesar de que entre bastidores se habla de ello, en voz baja, no se manifiesta el impacto en toda su dimensión. Marcan huella estas mujeres profesionales en el oficio del arte. Tienen algo que decir y, es por ello, que valoramos la trascendencia de su función exponencial en el mundo del arte.

Este espacio escrito, por consiguiente, que sirva para visibilizar las configuraciones simbólicas y/o materiales que aplican en su trabajo, en el contexto de nuestras sociedades; en el cual se evidencia la síntesis y la praxis artística a la que recurren. Repercute en el mundo de la creatividad, no solo –en sí– por la calidad y fuerza de la obra de estas valiosas ejecutoras de arte contemporáneo; sino por lo esencial de sus palabras y la versatilidad de expresión que ejemplifican en sus procesos de creación.

DE LO ABSTRACTO EN EL PAISAJE

ESTADOS REFLEXIVOS: ENTERRAMIENTO 1, CELSA FLORES
DIMENSIONES: 159CM X 177CM
DISCIPLINA/TÉCNICA: INSTALACIÓN. MIXTA Y COLLAGE
SOBRE LONA (EXPLORACIONES VISUALES Y DE TEXTURA
CON ACRÍLICO, ESMALTE EN SPRAY, PIGMENTOS NATURALES,
GAZA, PLÁSTICO, CUERDAS NATURALES)
AÑO: 2017

La propuesta plástica de “ESTADOS REFLEXIVOS. ENTERRAMIENTO 1”es una composición que se adentra en los vericuetos mágicos del espacio-tiempo.

Veamos si me explico mejor. Como artista, empeño mis esfuerzos en lo irresuelto. Lo que no sé y cuestiono, dirige –casi siempre– mi curiosidad por la necesidad de comprender; lo cual condiciona mi trabajo creativo y la obra. Así que la pregunta para determinar el estilo y la expresión artística es invariablemente, ¿cómo transitar en la experiencia?

El reverso de la intuición es el razonamiento y, en todo caso, mi primer impulso es ser instintiva y poco pragmática. Cabe decir que la gama del color en mi trabajo es circunstancial; mejor dicho, no es forzado ni del todo deliberado. El objetivo principal está por encima del elemento visual de la superficie del lienzo y va más allá de lo tangible.

Se encuentra en el espíritu, la atmósfera sublime de mi paisaje interior. Extraer lo mejor para abstraer del subconsciente, mi propia visión de la abstracción. La nobleza que desprende un respiro o un suspiro; un jadeo involuntario, se aproxima a lo más puro de los sentidos.

Quiero recoger lo inmaterial que, por definición, inventa la forma en las fluctuaciones y volteretas del trazo de mi mano, al rasgar lo material.

Planteo el “paisaje interior” cómo ser, el objeto material a modificar. Con la intervención de determinado espacio, es posible urdir elementos plásticos que enlazan pasajes de reflexión; que pueden suscitar una especie de “urdimbre” primigenia; en el seno de contextos de un lenguaje propio y de transmisión.

El contexto sensorial, traducido en tradición o culto popular, a través de las texturas entrelazadas en los telares, alimenta la memoria; que confiere signos extrapolables y de cambio constante. Por ejemplo  Sujetos al uso de diversos materiales y procesos.

El paisaje también puede ser el objeto material a crear o modificar, por el arte mismo. La intervención de determinado conjunto en un espacio concreto, con el fin de volverlo estéticamente más bello. El vocabulario dirigido a la contemplación subjetiva, presupone un observador y algo a observar.

No todo es síntesis poética en el mensaje. Hay una formalidad de contenido que se afirma en un paisaje ficticio, que no trata de ser naturalista. Más bien, es una respuesta de reflexión ante un fenómeno del dominio de la introspección; en la relación directa y poderosa que el paisaje interno conjuga con el ser humano.

AZOROS

AZOROS REALES, REGINA AGUILAR
DIMENSIONES: 4 MTS. DIAMETRO X 3 MTS. ALTO
TÉCNICA: INSTALACIÓN MIXTA
MATERIALES: RAMAS DE ARBOL, VIDRIO, METAL, PASTE,
HIERRO, HULE Y PINTURA
FECHA: SEPT. 2017

Los azoros han sido parte intrínseca del folklore popular hondureño de siempre. Todos los departamentos de la república cuentan con sus azoros propios locales y los hay también generalizados nacionalmente como la sucia, el duende, el sisimite, y el cadejo.

No es raro encontrar parientes o amigos o conocidos que hayan tenido encuentros cercanos ellos o sus hijos o sus hijas (sobretodo ellas), con alguno de estos personajes reales a tal grado que les han robado a sus niñas o les han embrujado a los hijos volviéndolos locos o mudos o sencillamente quitándoles la vida a mordiscos.

El azoro nunca falta en las conversaciones de las zonas rurales y ahora de las urbanas.

El azoro moderno es un híbrido nacido de estos tradicionales personajes apareados en el aire con las maras 18, salvatrucha, o con las bandas de ladrones y descuartizadores carniceros tan populares en las principales ciudades de Honduras.

Ahora el duende, el cadejo y el sisimite viajan juntos en una camioneta pick-up que aparece de la nada para secuestrar a los colegiales que van con sus libros y uniformes hacia sus centros de estudio. Y que sin saber ni de dónde vienen ni a donde van se los llevan y los ultrajan, torturan y descuartizan con el mayor salvajismo visto en la historia de la nación. Y…, Nadie los vio venir…, nadie los vio partir…, y nadie los encuentra por ningún lado. Aparecen y desaparecen como por arte de magia negra.

En el presente, prevalecen como tema de conversación los asesinatos misteriosos de miles y miles de jóvenes a quienes nadie sabe quién mato pero sí se encuentran en las cunetas, solares baldíos y dentro de autos abandonados metidos en costales y hechos pedazos literalmente. Ese es el tema central de ruedas de amigos, colegas y familias enteras violentadas con uno o más de estos grotescos crímenes. Y la gente teme por sus hijos hasta para mandarlos a la escuela.

Este conjunto de azoros antiguos y modernos es un homenaje no a los azoros  en sí, sino a los miles de jóvenes asesinados misteriosamente en los últimos 15 años en los barrios, pueblos y colonias de todo el país.

ESTRUCTURA DE LA MARGINALIDAD EN LA ASIMETRÍA DEL DOLOR

MARGINALIA 2, XENIA MEJÍA
DIMENSIONES: CONJUNTO SECUENCIAL
DE 1.53 X 3.68 Y CADA MODULO; DE 24 PANELES
TÉCNICA: IMPRESIÓN PINTURA, DIBUJO Y
COLLAGE SOBRE PAPEL CARTONCILLO,
LÁPIZ GRAFITO, MARCADOR
AÑO: 2017

Partiendo siempre del caos;  metrópoli,  arte, violencia y materia corporal, el dolor es evidente en la perturbada expresión que se queda, implícita, en el sufrimiento y, puede ser visceral, agudo crónico, punzante, angustioso. En el tablero humano del dolor, se puede manifestar su impacto por medio del  color y sus diferentes manifestaciones.

Lo que tratamos de ver es la universalidad del dolor; en sus diversas manifestaciones, la historia inherente, detrás de su propia expresión.

Los colores rojo marrón, negro, rojo choco-latoso que retratan una ciudad y el negro, que define las incontestables estructuras marginales  y violentas de los orbes capitalinos.

La desfiguración del cuerpo mutilado, las manos, los pies y el cráneo nos remite a preguntarnos a quienes pertenecen esas manos, esos pies, esos cuerpos esparcidos.  Cabezas que se encuentran en los basureros, forrados en negro, cabezas que hablan, suplican, ¿a quién pertenecen?  A un número de identidad que no reconocemos.

Nuestra necesidad es buscar en la forma lo que une este cuerpo, anatómicamente; completar el cuerpo tal cual es.

Aparte, en la expresividad hinchada de todas las partes del cuerpo –que articulan gráficamente muchos sentimientos representables– estos cuerpos mutilados, cercenados, piden clemencia y gritan por otra oportunidad de circunstancias a esta ciudad tan violenta.

¿Y que necesitamos para mutilar un cuerpo? Cuchillos punzones, machetes, sierras eléctricas, elementos conocidos, instrumentos manuales y herramientas de uso doméstico  que en ese momento se vuelven  extraños,  terroríficos. Con el miedo latente a lo que no acabamos de comprender; pero, que sabemos que existe.

Redundante en esas casas locas, habitadas de manchas color carmín, escarlata  choco- latoso; imaginablemente perversas. ¡Allí el sadismo, la sangre y la crueldad no tienen límites!