¿Cómo frenar el socialismo del siglo XXI?

Por Boris Zelaya Rubí

“En el caso de Rusia se avalaron las relaciones con ciertos empresarios privados que querían sacarle beneficios al Estado y es como el empresariado florece de la mano de negocios con Putin. Puedes ver un negocio similar en Nicaragua con el Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP), donde a los empresarios no les importan las bases democráticas mientras tengan el favoritismo del régimen. Son felices sin importar el deterioro del país”.

Algunos inversionistas de la empresa privada están equivocando el camino, al tomar venganza financiando al enemigo de la democracia para que dirija la nación, como protesta por el impuesto que pide el gobernante para fomentar la vivienda social, anunciándoles con la verdad “banqueros de Honduras ya se les acabó el tiempo en que van a seguir con los préstamos con altas tasas de interés; tienen que cambiar, porque este país les ha dado bastante”.

Un buen amigo escuchó a exitosos empresarios manifestar en sus exclusivos círculos con sus copas rebosantes de champán y sus sonrisas de oreja a oreja, que ellos siempre le apuestan a los dos “caballos” que pueden ser ganadores (refiriéndose a los candidatos a la Presidencia de la República), sin importar el color político, pues con sus contribuciones, tienen aseguradas las pingües ganancias al momento de hacer negocios con el Estado, que siempre son más lucrativos y rápidos que sacrificar varios años para ganar lo mismo.

Ahora los empresarios tienen que pensar que su futuro maravilloso y el de sus hijos está en peligro, pues la negativa por pagar algún nuevo impuesto no los quebrará, pero correrán el riesgo de que llegue “uno de sus caballos” que desee cambiar el sistema de gobierno e inicie las bases del socialismo del siglo XXI ¡quitándoles todo a los ricos para darle a los pobres!

La mayoría son de origen extranjero, sus antepasados trabajaron hasta de vendedores ambulantes, para heredarles un capital. Los beneficiarios lo han multiplicado con infinidad de “mañas”, aprovechándose de funcionarios corruptos.

Los ejemplos abundan y si ellos insisten en apostar a sus “equinos” favoritos sin importar sus ideologías, quedarán en la calle, porque los políticos a quienes ellos financien no les darán el mismo trato.

Para amarrar y tener seguros sus negocios, colocan a sus hijos y a sus protegidos en cargos estratégicos, y a los que no pudieron conseguir una beca en el exterior o el padrinazgo de alguno de ellos, que obtienen licenciaturas y maestrías en nuestras universidades, les ofrecen sueldos humillantes con la advertencia que tienen que trapear, barrer y acomodar cajas como parte de sus deberes.

Un buen amigo abogado nos contaba, que muchos de los grandes empresarios, de vez en cuando llegaban a su casa para compartir algunas exquisiteces, confiándonos: “no creas que vienen porque son mis amigos, se sientan alrededor de mi mesa porque me necesitan”. El profesional siempre estuvo consciente cuál era su lugar entre los señores considerados parte del grupo de los más ricos de Centroamérica. Siendo así nos preguntamos, ¿cómo lo han logrado, si se quejan de tantos impuestos? ¿Será que encontraron la fórmula para convertir las piedras en oro?

De nuevo le pedimos al gran Arquitecto del Universo que no permita que se equivoquen ayudándoles económicamente a algún candidato que los pueda mandar de vacaciones permanentes, y nosotros los “hondureñitos” (como nos califica a los ingenuos nuestro admirado Jonathan Roussel) perdamos nuestra libertad.

De rodillas solo para orar a Dios.