Ingreso histórico por remesas familiares

MC
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30 de noviembre de 2017
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07:02 pm
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Honduras registraba al pasado 23 de noviembre un ingreso histórico de divisas por un monto de 3 mil 994.6 millones de dólares, superior 35.9 millones a lo enviado en los 12 meses de 2016 ($3,958.7 millones) según del Banco Central de Honduras (BCH).

La cantidad es equivalente a 12.21 millones de dólares diarios, de mantenerse ese comportamiento, Honduras percibiría cerca de 4 mil 400 millones de dólares al cierre de 2017. Hasta el 23 de noviembre la cantidad enviada por migrantes en el extranjero, en especial Estados Unidos, equivalía a un18 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de Honduras, estimado en 22 mil millones de dólares.

Las remesas familiares también están por encima de la exportación de bienes y de servicios juntos. Un informe de compra y venta de divisas de los agentes cambiarios (sistema bancario y casas de cambio) establecen que la exportación de bienes suman 2 mil 165.3 millones de dólares y de servicios 1,481.2 millones, siempre al pasado 21 de noviembre.

Por su parte, el procesamiento y maquilado ha generado 1,065.9 millones de dólares y movimientos de capital por 546.9 millones. Entre tanto, las divisas compradas a los agentes cambiarios por concepto de exportaciones de bienes se originaron especialmente del café ($829.2 millones).

Le siguen en su orden el banano ($224.6 millones), minerales ($174.0 millones), camarón ($154.5 millones), aceites vegetales ($106.4 millones), azúcar ($78.9 millones) y melón y sandía ($62.2 millones).

Los movimientos de capital se derivaron fundamentalmente de la venta de divisas del sector privado no financiero a los agentes cambiarios por 447.3 millones de dólares. (WH)

DATOS
Se denominan remesas al dinero que envían los emigrantes a sus países de origen, normalmente del sueldo y salarios que cobran por su trabajo en el país de destino. Las principales personas beneficiarias de los envíos en 2017 son los progenitores, especialmente la madre. Le siguen los hermanos, los hijos y por último otros parientes como tíos, primos, cónyuges, abuelos y amistades, entre otros. Los beneficiarios usaron las remesas para cubrir necesidades básicas o de consumo corriente, como ser: manutención, medicinas y servicios médicos, educación, negocios propios y otros no explícitos. El restante empleó dicho dinero para invertirlo en la compra o mejora de un activo fijo de su propiedad o de sus familiares.

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