Tácticas de la izquierda: ¡al poder con delincuentes pagados!

Por Boris Zelaya Rubí

“Viejos zorros de la política de izquierda (socialismo del siglo XX1) en diabólica táctica han resuelto lanzar a las calles, a jóvenes delincuentes pertenecientes a “maras y pandillas”, para provocar la intervención de la fuerza pública y gritar a todo el mundo que en Honduras se les coarta el derecho a manifestarse pacíficamente”.

Por un momento nos dejamos llevar por la imparcialidad y disciplina que debería prevalecer en un órgano colegiado como es el Tribunal Supremo Electoral, olvidando que el izquierdista miembro suplente de esa institución, usaría las tácticas aprendidas en las “cartillas” de instrucción, que memorizan y ponen en práctica con la creencia o mentalidad enferma, de que el camino a la libertad está lleno de cadáveres ¡de los demás!

El héroe de los bochincheros, ha logrado pasar a la historia como el mentiroso más grande, al estilo del flautista mágico llevó con sus palabras a varios de sus idiotizados camaradas, a ser gaseados o a perder la vida, publicando antes de la declaratoria oficial del Tribunal Supremo Electoral, resultados parciales aludiendo con maña que el triunfo de la Alianza de oposición era irreversible, con apenas diez mil actas escrutadas.

Se nos hace difícil pensar en la existencia de personas que con ideología izquierdosa pongan en peligro la vida de inocentes, aprovechándose de muchos que se prestan a ello, por un puñado de dinero controlado y registrado en “libretas” y originario de los países “amigos” integrantes de “la internacional socialista”. Como dice “El títere bailarín”: Las protestas van a durar dos años, hasta que se acabe el país, o sea conquistado por otro país.
Nosotros advertimos a los que violentan la paz, que se restablecerá el orden a ¡bayoneta calada! Los que están fomentando el caos obligando a que las fuerzas del orden cumplan con su deber de proteger la ciudadanía, y que demos la impresión a nivel internacional que somos un pueblo al borde de una revolución, tienen que alistar las pijamas y los camisones rosados para salir del país, a los que como el “tal Mel” siguen pensando que “el poder político es el éxtasis supremo de la vida”.

Algunos enemigos de nuestro sistema, que por cierto vienen del exterior, deben aprenderse el refrán popular de que ¡la mala hierba de raíz se arranca! De nuestra parte jamás le desearemos la muerte a ningún semejante aunque sea el más insigne de los perfumados, pero si se deben enviar a contaminar con su veneno a otras tierras ¡eso sí! La última mentira según sus alegatos es que sus marchas han sido pacíficas pero se contradicen con sus acciones cuando han querido irrumpir en oficinas del Estado, ¿entonces? Sus seguidores están conformados por “ñangaritas” de cafetín dirigiendo “mareros” y ladrones, encapuchados pagados (posibles extranjeros especialistas en esas lides) considerados la escoria de Centroamérica.

¡Los vándalos a las rejas! obligando a los instigadores a pagar los daños causados a la propiedad privada y pública en efectivo o con la cárcel. ¡Basta! Cualquier situación que ocasione el descontento, debe ser tratada mediante el diálogo a través de los “padres de la patria” que para eso el pueblo los eligió. De lo contrario seguiremos insistiendo, en que los irredentos mutantes de ciudadanos comunes a políticos amantes de las revoluciones, se vayan a pasar sus últimos días a los países donde permanentemente reina el caos. Ahí estarán en su estercolero.

Al saltimbanqui de la política, una vez que la parca en su viaje hacia el infierno de Dante lo llame a rendir cuentas, no le saldrán mariposas de sus mandíbulas descarnadas como las del poema “La calavera del loco” del poeta Juan Ramón Molina, sino que el viento hará un eco que se convertirá en tres palabras ¡soy el presidente!

Nos hubiera gustado que al ser declarado nuestro candidato de nuevo Presidente de la República, haber tenido como segunda fuerza política a los rivales de siempre, pero “el sin nombre” no cuajó, este “desangelado” corrió a saludar y felicitar al candidato de la facción que dividió su partido.
¡Viva Honduras! ¡Viva Honduras! ¡Viva Honduras!

De rodillas solo para orar a Dios.