El resentimiento, la violencia en nombre de la paz

Por Hildemaro Infante
Consultor gerencial, docente y escritor

El resentimiento es un sentimiento de hostilidad que siente una persona contra todo lo que considera que le ha causado daño. Es algo que vive dentro del resentido y lo empuja a ser agresivo con los que considera responsables de su desgracia. Cuando vemos la capacidad de hacer daño de muchos de los recientes gobernantes de Latinoamérica y analizamos sus orígenes, nos damos cuenta que han utilizado el poder para vengar sus propios resentimientos por las heridas que les ocasionaron sus padres, familiares o personas significativas en su vida.

Nada es más peligroso para un país o una empresa que darle poder a una persona resentida. Esto se pone en evidencia cuando observamos los cambios que experimentan muchos seres humanos cuando alcanzan posiciones de poder. Sus heridas escondidas e infectadas, alteradas por el estatus, se hacen evidentes e inician un proceso de daño, afectando lo que hacen y generando sufrimiento a todos los que tienen cerca. Utilizan el amor como motivo para justificar su comportamiento violento que solo busca satisfacer sus intereses. Viven en un completo fraccionamiento de pensamiento y actuación, proclaman paz y actúan de forma agresiva, luchando en una guerra continua que solo ellos identifican.
El resentimiento puede sanar, para ello es necesario:

*Perdonarse y perdonar: En oportunidades la molestia es con uno mismo. Tenemos que aceptarnos y aceptar que del pasado solo queda el aprendizaje, no lo podemos cambiar.

*Elevar la autoestima: Pensar que podemos retarnos y si en el pasado no pudimos alcanzar un objetivo, podemos reformularlo e intentarlo de nuevo.
*Mantenernos activos: Enfocarnos en hacer y no en criticar.

*Poner en práctica la humildad: Ser consciente de las virtudes y defectos y obrar de acuerdo a esto. Ser lo opuesto a la soberbia y la arrogancia. Aporta un valor fundamental para convivir armoniosamente en sociedad.

En esta época tan llena de contradicciones y doble moral, es el momento de revisar cuál es el país, la empresa y la familia que queremos, dejando atrás las huellas del pasado y sustentando las actuaciones en valores como la humildad, la solidaridad y el respeto.

La felicidad es una decisión individual, nadie puede pretender, por más poder o bienes materiales que ostente, decidir lo que hace felices a otros. Es un reto individual que se acerca cuando se aceptan las diferencias y puntos de encuentro, entendiendo que sentir resentimiento inmoviliza y no permite crecer ni avanzar.

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