De cómo los miskitos conmemoran a sus muertos

Rubén Darío Paz*

La Mosquitia es un nombre genérico, que abarca un área de más de 84.000 km2, y que se extiende entre los territorios de Honduras y Nicaragua. En lo que atañe a Nicaragua, esta área, comprende 67,000 km2 y políticamente se le ha designado desde 1987, como Región Autónoma del Atlántico Norte (RAAN) y Región Autónoma del Atlántico Sur (RAAS).1

En el caso de La Mosquita hondureña se extiende sobre casi, 17,000 Km2, políticamente pertenece al departamento de Gracias a Dios.2 En su superficie exhibe una fascinante biodiversidad de singular belleza, que le ha convertido en Patrimonio Cultural de la Humanidad, y a ello se suma una amplia variedad étnica cultural, que se manifiesta desde el momento en que cohabitan cinco grupos culturalmente diferenciados (Miskitos, Tawhakas, Pech, Garífunas y Ladinos)3, reconocidos como parte de las etnias existentes en Honduras.

Desde los discursos del hondureño no bien informado, mencionar La Mosquitia, es sinónimo de abandono, brujería, prostitución, extrema pobreza y en el peor de los casos narcotráfico. Pues si bien es cierto, no se desconoce que haya actividades ilícitas similares al resto del territorio hondureño, tampoco es cierto que los miskitos en su totalidad se dediquen a las actividades mencionadas. No debemos olvidar que la mayoría de expresiones que se registran a lo largo de la historia hondureña respecto a los miskitos están cargadas de elementos despreciativos al referirse a dicha región como “tierra inhóspita”, e incluso a sostener desde el discurso oficial que sus habitantes viven fuera de la civilización…

Sin embargo, en la actualidad muchos investigadores y de distintas disciplinas asumen que La Mosquitia, posee un singular legado antropológico, y un impresionante almacén de biodiversidad, digno conservar para el mundo.

El Sihkru-como expresión mágico-religiosa

Aunque los distintos especialistas aún no llegan a conclusiones sobre el significado palabra Sihkru, se sabe que es un término miskito, y es probable que se haya formado del nombre de dos plantas-tipo palmeras, que crecen en las proximidades de las lagunas (Sih) y el (Kru). No se cuentan con estudios lingüísticos, pero algunos entrevistados y fuentes escritas consultadas coinciden en que el Sihkru era la fiesta grande (tara) del año, y que se celebraba con mayor entusiasmo y participación antes de que llegaran los primeros misioneros moravos al cabo de Gracias a Dios, a finales del siglo XIX, específicamente el año de 1890.

Se tienen referencia que el año de 1916, una pareja de misioneros moravos de apellido Heath procedentes de Nicaragua, intentaron penetrar algunas aldeas misquitas a lo largo de la desembocadura del río Patuca, sin embargo, el proyecto no surtió efecto y fue abandonado por varios inconvenientes.

El inició oficial de la obra morava en Honduras se situó en el año de 1930 con la llegada de nuevo al país de George y Margarita Heath4, se sabe además que la primera iglesia Morava, se construyó en Kaukira,5 una comunidad situada a inmediaciones de la barra del mismo nombre a un costado de la extensa laguna de Caratasca. Después de sortear algunos inconvenientes los moravos se establecieron en la región, tenían la ventaja de la experiencia acumulada en sus actividades doctrineras en Nicaragua, y por otro lado la no presencia de instituciones del Estado hondureño. La nueva doctrina religiosa basada en preceptos protestantes, pronto empezó a fortalecer las carencias de insalubridad y educación en dichas poblaciones, y luego sobre la marcha se empeño en prohibir todas las manifestaciones animistas locales, por considerarlas paganas, y esta constante se sigue repitiendo.

El antropólogo hondureño Rony Velásquez, visitó las comunidades misquitas a principios de los años setentas y por la riqueza descriptiva y analítica del texto he decidido incluirlo en este breve ensayo “(…) antiguamente a uno o a dos años de la muerte de un miembro de una familia importante, se realizaba en su honor la festividad denominada Sihkru. Esta celebración se halla en la actualidad en desuso y solo la recogimos de la memoria de los ancianos.(…) A cargo de esta festividad se encontraba el okulì, líder espiritual que era escogido por la familia del difunto para asumir esa responsabilidad,(…) El okulì6 a su vez, designaba otro especialista, quien en días previos a la festividad se encargaba de tallar en una madera de árbol de sukun-(considerado como la casa donde moran las almas) una máscara representando la cabeza y el tórax del difunto en tamaño natural.

La figura tenía que denotar la identidad del difunto. Esta máscara recibía el nombre de yapti tara o pura yapti. Ninguna persona podía ver ni sabía quién era el creador del yapti tara, excepto el okulì, que lo había elegido; la alimentación le era llevada por un niño a un lugar convenido, donde él la recogía y esa comida debía ser preparada por una niña que aún no hubiese llegado a la menarquía.

En la aldea y lugares vecinos los preparativos para la fiesta implicaban otra vez reunir alimentos, seleccionar las vacas que serian sacrificadas, preparar varias canoas de chicha, recolectar leña para la preparación de alimentos y para mantener encendidas las hogueras durante todo el Sihkru. También se construía una choza circular con poste central cerca del lugar donde descansaban los restos del muerto y, alrededor de dicho poste colocaban todas sus pertenencias.

(…) El okulì nombraba a algunos hombres y mujeres encargados de mantener el orden, quienes portaban un bastón, como símbolo de autoridad en ellos delegada. Asimismo el okulì ordenaba que se tuviese preparadas todas las escopetas disponibles en el pueblo, iba oculto bajo la máscara del muerto y su cuerpo cubierto con un vestido hecho de corteza del mismo árbol (sukun) y hojas de coco o palmera silvestre, de manera que no pudiese ser reconocido.

En cuanto se le veía aparecer en el camino principal del caserío, el okulì ordenaba que se disparasen todas las escopetas e inmediatamente la multitud se inclinaba, curvándose cara al suelo para saludar a la figura que venía danzando y evitar verle la cara (…) seguidamente toda la comunidad-tanto hombres como mujeres irrumpían a danzar, cantando y ejecutando los instrumentos musicales.

(…) El pura yapti, siempre danzando, entraba en la casa que fuera su hogar y visitaba también a familiares y amigos. Después de un largo recorrido llegaba a la choza circular construida especialmente para la ocasión y se ubicaba junto al poste central, en medio de sus partencias.

Tal era la chicha que se injería que muchos caían al suelo debido a la embriaguez. Las mujeres se amarraban sogas al cuello y se introducían al río o la laguna, canal o mar (dependiendo de la región en que viviesen) haciendo como si se ahogasen jalándose con una mano de la cuerda que llevaban atada; simulaban así un suicidio que representaba su voluntad de irse con el muerto. Estos hechos se repetían durante los tres días en que el Sihkru tenía lugar.

Finalmente, al cabo de tres días, el okulì anunciaba la terminación de la gran ceremonia y el yapti era llevado a su lugar de origen; el árbol del sukun, de donde se había extraído la madera para tallarlo.7

Desde el imaginario colectivo miskito son abundantes las descripciones en torno a las festividades, aunque algunos ancianos incluso no logran discernir entre el Tambako8 y el Sihkru, igual desconocen o no logran precisar en el tiempo, cuando el Tambako sustituyó al Sihkru, tampoco existen coincidencias sobre los roles de los personajes participantes en cada uno de los eventos realizados. Pero todos coinciden en que el siskru era el gran evento para honrar a sus muertos, y que fue prácticamente suprimido y por los pastores moravos. Igual suerte corrieron otras manifestaciones culturales-comidas, bebidas, danzas, tótem e instrumentos autóctonos que estaban asociados a alguna celebración, y que ahora exclusivamente pueden ser recreadas en función de escuetas descripciones de viajeros e indudablemente desde la tradición oral.

En fechas recientes don Willi Paisano, un anciano conocedor de las tradiciones miskitas y vecino de Barra Patuca,9 nos cuenta el siguiente relato, y por su importancia he querido trascribirlo tal como él lo cuenta:

“Cuando mi abuelito y mi abuela, hicieron una fiesta que hizo como hablaba mi cuñado, hizo por una fiesta, como se murió el hijo, como parece que era tercero hijo, ya era un hombre que vive con mujer, y se murió el hombre y de ahí se murió la señora, entonces ya días, antes de eso, se murió un primo de mi abuelita (…) Bueno, es a todos que hizo como tres, tres hizo, hizo en forma de persona igual a cuando se mira… haya viene, al momento yo mire a mi abuelito ahí estaba rodeando y cayendo y llorando, halla… otros primos de muertos ahí viene llorando, y parece que anda como loco… parece que anda como loco, pero ahí estaban la gente esperando que, como estas horas traía de tal hora que tenían en escondidos que hizo la forma, pero cuando hizo sin verlo… nadie mira, solo los hombres viejos, pero los cipotes no miran solo las gentes…

Cuando se traje escondido, allí mira…, pero los cipotes no mira, solo la gente, cuando se venía, se bailaban él, aquí está bailando, pero ahí vienen, traen como cuatro, y allí estaba, uno esta adelante es un hombre como cualquiera, como un hombre conocido, jugando, bailando, el está cantando, el está empezando, hoy Ura Yapti, (kaisa baika…) bueno vengan dice… por haya… vamos ir a bailar, alegres, entonces ahí estaba haciendo, ahora allí vienen tres, el hijo de la señora, el hermano, pero uno ahí esta adelante esta bailando, pero eso usted mira que es una persona bien catrín, venia con un sombrero cuando se mira eso..

¡Usted también va a decir que es gente!, ahí venían unos que usan vicios de pipa, ahí estaban en las mujeres venían con waina (boina) aretas (colgantes), hombre… se mira alguien usted va a decir que son pura gente y el hombre venia con corbata, viene con un sombrero como Stetson,10 ahí estaban y quien va a decir que es un palo…ahí viene bailando…

Los hacían, allá en Barra Patuca,11 y allí venían los tíos, y los hermanos y los demás cayendo y llorando, en ese momento ahí traían un tambor, el tamboreros venia con el que venía bailando, allí estaba, dos tamboreros, y ahí estaba cuando se mira gente, está dando alegre a los demás… los vecinos que vienen a ver, barbaridad de gente, ahí estaba bien a maceta…12, puro con chicha, hay uno que está cantando, por eso que ahí dicen vamos a bailar …!Kaisa baika pura yapti!13

Por su parte don Duath Wood, un personaje de más de cien años que vivió en Twitanta 14por muchos años, asistió a dos eventos, uno en Ahuas, y el otro en Brus Laguna, y me comento, que el Sihkru que más le gusto fue el de Brus Laguna, en el año de 1934, porque llegó mucha gente de la Costa, y de río arriba. (…) Apareció una gente pero de palo (guano), se bailaba con tambor, y luego la familia fue a encontrarlo llorando…nadie sabía quién hacia los bustos, era muy secreto, y aparecía por la tarde…

Para la celebración del Sihkru, la gente se preparaba dos años antes, sembraban yuca, caña, plátano y mataban de cuatro a cinco vacas, había veinte drones15 de chicha…yo conseguí mi comida, yo no tomo…la celebración empezó como a las dos de la tarde y siguió al día siguiente, paso ese día y luego hasta el amanecer. En el Sihkru de Ahuas, se hizo antes, yo estaba muy joven. Había mucha comida y bebida, pero menos gente.16

Lo más destacado de la festividad además de la convivencia entre diferentes comunidades, era sin duda la procesión que paseaba por la calles de la comunidad, mostrando los bustos en madera (hechos con Guano17 y que representaban a los parientes muertos, estos a su vez habían sido tallados con antelación, y tenían la particularidad de parecerse a los familiares fallecidos, ya que se procuraba darle las características correspondientes)… si usaba bigote, se le hacían con bellos de maíz, si se dedicaba a la agricultura, se le colocaba sombrero, si era cazador se colocaba una escopeta de palo, si era músico un instrumento, si era mujer se le hacia un niño en la espalda.

Ambos comentarios, describen las principales actividades que se llevaban a cabo en el sihkro de Brus Laguna, además de que ambos personajes entrevistados participaron en la celebración de los eventos, de las fuentes descritas podemos derivar que:

La mayoría de ancianos y conocedores de la cultura misquita, coinciden en que el Sihkru o gran evento era la festividad más trascendente de sus ancestros y además que era;

Mandado a celebrar por una o más familias que en los últimos años habían perdido seres queridos.

Que su planificación era con dos o tres años de antelación, pues las familias responsables se preparaban con suficiente comida, y para ello se sembraban granos básicos o se criaban animales.

El evento se celebraba a finales del año, coincidiendo con la despedida del año viejo y la llegada del año nuevo a lo que ellos le denominan mani raya. Los encargados del evento invitaban personalmente a amigos y parientes de todas las aldeas posibles y les indicaban el lugar de reunión. La actividad duraba tres días, había bebida, comida y danzas mientras duraba el evento.

La principal atracción era el aparecimiento del (ura yapti), o el busto que a través de una talla en madera de (Guano o Sukun) representaba a los difuntos.
Se entonaba una danza-aún conocida como urale que la bailaban hombres y mujeres envueltos en kualuntra18 y palhpura 19 en trajes de tunu. La celebración del Sihkru, según describen algunos informantes se hacía acompañar con una serie de instrumentos, algunos de viento y otros de percusión. La mayoría de ellos han desaparecido, aunque algunos informantes conocen procedimientos específicos para elaborarlos, pero por razones de espacio serán motivo de otro artículo.

Todas las fuentes consultadas coinciden que, con la llegada de los pastores Moravos, se prohibieron las festividades del Sihkru, y con ello uno de los eventos de mayor arraigo en la cultura miskita. Igual algunos entrevistados comprenden como la Iglesia de manera sutil, fue consolidando otras prácticas como los Tambakos-pulankas, con el ánimo de extinguir las prácticas animistas evidentes en el sihkru. Sin embargo en los últimos diez años, y gracias a importantes movimientos de valoración cultural al interior de las comunidades miskitas, se han realizado algunos intentos para recrear lo más aproximado posible la celebración del Sihkru.

Memorias del sihkro en la costa Atlántica nicaragüense.
La mayoría de especialistas sobre La Mosquitia nicaragüense, coinciden en describir el sihkru como el máximo evento de la cultura miskita, y con algunas características similares en relación con el que se hace en la Mosquitia hondureña. Es importante tomar en consideración que en el caso nicaragüense, la costa atlántica quizás por su extensión ha estado más expuesta al contacto con grupos de extranjeros, y ladinos, por lo que en alguna medida las prácticas culturales se han transformado en el mejor de los casos.

Así lo describe el investigador Avelino Cox Molina, en su libro Cosmovisión de los pueblos Indígenas Tulu, y apunta “el Sihkru Tara, es un evento de gran significación para el pueblo miskito desde nuestros antepasados, cuando entonces no existían límites territoriales entre Honduras y Nicaragua…en aquellos tiempos, las comunidades miskitas se aglomeraban en una sola comunidad cada cinco años para celebrar esta gran fiesta, donde resaltaban las danzas y música miskitas, y hacían sus rituales con sus kungbi, sus arpas artesanales y sus tambores de lata.

El “Sihkru Tara”, cuyo significado es la alegría comunal donde el único motivo es la forma de comunicarse con sus antepasados y mantener viva su memoria, hasta cierto punto era una festividad religiosa donde los protagonistas eran los sukias, (curanderos), wihtas y almuk nani (síndicos, jueces y ancianos), de las comunidades miskitas”.

En los últimos diez años, y con el propósito de buscar acercamiento oficial entre las comunidades miskitas de Nicaragua y Honduras, se han realizado intentos organizativos con el propósito de revitalizar el Sihkru como máximo evento, que refleja en parte la riqueza de la cultura miskita. Es importante señalar además que estos festejos-celebraciones, que últimamente han tomado preponderancia, han servido para fortalecer la identidad miskita, de igual forma para denunciar, el papel irresponsable que ha jugado el Estado en relación a los pueblos culturalmente diferenciados.

El siskru ha servido entonces, para denunciar los atropellos de los terratenientes ladinos, que buscando expandir sus hatos de ganados, transforman bosques en pastizales, utilizando sus influencias y artimañas políticas, han despoblado grandes extensiones de tierra, y estas son más evidentes en las márgenes superiores del caudaloso y no menos enigmático río Patuca. Ya es tiempo para esclarecer que en la Mosquitia hondureña, conviven en armonía hombre-naturaleza, y es justo desinstalar del imaginario hondureño, que las prácticas ilícitas llevadas a cabo en esos vastos territorios, no son exclusivos de La Mosquitia. Es necesario dignificar a los habitantes miskitos, abandonados desde siempre, excluidos, con inhóspitas condiciones, y con todo eso se muestran orgullosos de su cultura.

Vale destacar además el papel que han desempeñado las diferentes organizaciones indígenas, que a su vez se han amparado en los convenios internacionales de los cuales el Estado de Honduras es firmante, y por eso no es de extrañar que el Sihkru Tara, se esté realizando cada dos años en ciudades y países alternos, coincidiendo cada 8 de agosto, en el marco del “Día Internacional de los Pueblos Indígenas”.

*Historiador por la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, con especialidad en Antropología Cultural, en la Universidad de Salamanca, España. Se desempeña como director de Gestión Cultural en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. Curoc, y docente-investigador en la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán. (Sede Santa Rosa de Copán). Como actividad complementaria ha fotografiado todos los municipios de Honduras. Ha publicado varios artículos y suplementos, en la prensa hondureña, autor y coautor de algunos libros.

1 Las regiones autónomas en el caso de Nicaragua, alcanzaron dicha condición a través de un decreto del gobierno que presidio el Frente Sandinista de Liberación Nacional, que era presidido por Ortega Saavedra en 1987. Autonomía que significa el derecho a determinar, dentro de su territorio tradicional, su desarrollo político, económico, social, cultural, educacional, religioso y legal, de acuerdo con sus valores históricos y étnicos, así como con sus tradiciones sin ninguna interferencia exterior, dentro de la estructura del Estado de Nicaragua.

2 El departamento de Gracias a Dios, se localiza en dirección nor-oriente de la República de Honduras. Como departamento fue creado el año de 1957, ante las pretensiones de Nicaragua, de querer adueñarse de sus dominios. Está formado por seis municipios, Puerto Lempira, Ahuas, Brus Laguna, Wampusirpe, Juan Francisco Bulnes y Villeda Morales (Raya).

3 Con este nombre, los miskitos designan a personas que han llegado a establecerse a sus dominios, aprenden su cultura, forman familias casi siempre con vínculos miskitos.

4 Mario René López “Contexto histórico y antecedentes del Protestantismo en Honduras”, en Roberto Sosa (Comp.) Documentos para la historia de Honduras, t.III, Honduras, Imagen y Palabra, Tegucigalpa, 2004, p.431

Kaukira-Algunas personas consideran que la palabra de deriva de la palabra Krau-que significa lugar lleno de bambú. A un que ahora el paisaje se ha modificado, al menos desde la tradición oral se mantiene.

6 Okulì, es un personaje que formaba parte del Sihkru, en lengua misquita equivale a “hacedor del tiempo y el viento”, para que esta persona se convierta en Okulì-profeta, es necesario que haya sido golpeado por un rayo cósmico y sobrevivir al acto. Su misión es evitar los malos espíritus en las comunidades, plagas en las plantaciones, los cultivos y limpiar los caminos de espíritus negativos.

7 Rony Velásquez, 207, 208 y 2009.(Parte de los relatos del antropólogo en mención fueron recogidos en Cauquira, que en los últimos años ha experimentado cambios sustantivos al convertirse en un plaza comercial importante, y con ello la llegada de muchos ladinos, nada interesados en preservar las prácticas culturales aún existentes.)

El Tambako (juegos-festividad-baile), es la celebración que actualmente aglutina mayor participación y algarabía en las comunidades misquitas. Las fechas en que se llevan a cabos los distintos Tambako, coinciden con el cese de las lluvias de noviembre, y las proximidades con las fiestas de fin de año.

Según algunos estudiosos las celebraciones “tambakaleras”, son producto de la llegada de la iglesia morava a las comunidades miskitas, y además era necesario buscar estrategias compensatorias y evitar resentimientos, ante la negativa de las iglesias moravas a reconocer las celebraciones del Sihkru. Por lo que no es de extrañar que hubiera una imposición desde la iglesia, al incorporar prácticas bailables más o menos paganas y bullangueras pero controladas.

Al referirse a los inicios del Tambako, según el investigador Elmor Wood, sostiene que “anteriormente se hacían rondas nocturnas familiares, y se hacían para contar cuentos, esa era nuestra escuela a través de la historia oral, pero eso […] ya no se practica, alrededor de una fogata, yo me acuerdo… […] nos encantaba, mi abuelita lo hacía, se hacía religiosamente todas las noches, veinte y cinco años atrás, las practicas se han ido transformando, los bailes del final del año se iniciaban a partir del 6 de noviembre, anteriormente se les llamaban pulanka, que significa literalmente juegos, y luego se transformó a Tambako, las diferentes iglesias, han jugado un papel fuerte, muchas prácticas culturales y religiosas han desaparecido.

9 Esta es una comunidad al margen derecho de la desembocadura del extenso río Patuca, anteriormente se conoció como Butuca, a nivel poblacional tienen componentes de suma importancia. Los patuqueños, son miskitos que ostentan apellidos de negros descendientes de ingleses, su apariencia física es similar al prototipo negro jamaiquino, pero culturalmente son miskitos, sin dejar de mencionar que los ritmos caribes se bailan con mucha naturalidad.

10 Se refiere al famoso sombrero creado en 1830, sinónimo de calidad y elegancia. Es frecuente el uso de este término en la costa Caribe hondureña, sobre todo por los nexos comerciales con los Estados Unidos y Belice.
11
12     Es un término de uso mestizo, utilizado para indicar que una persona esta o anda bajo los efectos del alcohol. Ver; Juan Ramón Saravia. Te conozco Mosco. (Diccionario del Pensamiento popular).2006.

13     Entrevista con Arnold Zelaya (Frijolito) y don Willi Paisano, Brus Laguna, Diciembre, 2009.
14     Twitanta, (Zacate bajo) es uno de los barrios originarios que forman parte del casco urbano de Brus Laguna.
15     Drones-del inglés
16
Entrevista con don Dwaight Wood, nacido el 15 de septiembre del año de 1907, testigo del acontecer de casi todo el siglo pasado, radicado en Brus Laguna. En su juventud participó en la explotación de maderas preciosas, trabajando como operario de varias compañías extranjeras, entre ellas, Tawa-Tawa, Sikre y la Tikes Company.
17
En idioma miskito el nombre de esta madera es (sukun), de textura blanda y de fácil manejo propio para elaborar tallas.
18
Era el nombre de las piezas que utilizaban las mujeres miskitas para cubrirse el cuerpo, eran de una sola pieza elaborada con la corteza del árbol de tunu. Algunos Kualuntra eran estampados con figuras de animales. Otras utilizaban una pieza llamada lal wila, que era un pedazo de tela que empleaban algunas mujeres para cubrirse la cabeza, por lo general cuando salían de sus casas se cubrían la frente, haciendo un amarre por detrás de la cabeza. Es importante señalar que esta práctica aún puede observarse en algunas comunidades, sobre todo en las diferentes comunidades que corresponden a la zona recuperada.

19     Es una pieza de vestir que usaban los hombres, más conocida como taparrabo, era una sola pieza confeccionada con tunu. El informante ladino Rafael Gutiérrez radicado en Brus Laguna desde mediados de los años 60s, sostiene haber visto a varios miskitos con taparrabos. Es importante mencionar, que la corteza del tunu tiene varios usos, pero más es utilizado como materia prima en la elaboración de artesanías, sobre todo en el sector de Wampusirpe.