Mirada kattantológica a un literato

Sus argumentos que son un portento literario involucran implícitamente un Katta-lizador, que emerge de su interior como un amable reto a los que husmeamos en las letras y nos invita a elucubrar y libar tratando de emular su altura de aeda y su don poseído de musas inspiradores virtuales. Que, aunque no nos permita, transmiten libertad generadora que obliga expresarse.

Realiza con facilidad su kattálisis racional, desmenuzando sus temas, para luego formular con docilidad y sapiencia el cuerpo que su idea reactiva procura, con capacidad de devorar en círculos concéntricos un cuadrado y reducirlo a reducciones extraordinarias y en disminuciones geométricas en su espiral y en esencia formar la figura rodeada por su retórica magistral.

Ejerce kattanlanismo criollo defensor de los valores históricos y culturales con la patria por raíz en su estima y su expresión ligada en prosa profunda o verso singular y caracterizado.

Debe, con seguridad entender y aceptar su rasgo cataléptico, por ser superior en su ámbito, coordina reconociendo sus fallas humanas que lo desliga de la idea que sacude a los mortales, en relación a sus vuelos y ansiedades filológicas que le perfilan con mirada razonablemente humana y vista atroz al submundo y con solvencia a la esperanza de uno mejor.

Kattanlejo por contar con el instrumento dialéctico que le habilita para fantasear, introducirse en los esquemas mentales y si lo desea difundir el concepto que de tiempos arcanos colige con la modernidad y que intuye la percepción superior e imperiosa que a ciegas ansía nuestra sociedad.

Se difumina la nitidez en su espontaneidad, desmarcándose en dimensiones diferentes a su cuerpo y mente terrena y contrae su kattalepsia como un estado superable por su elocuencia y no común forma de estructurar el pensamiento y sus églogas actuales, en donde pretende dirigir con sus producciones la inteligencia y por ende los hombres.

Posees Rolando, capacidad distinguida de Katt-ar licores y vinos selectos que por su exquisitez obsequia el aroma desequilibrando el sabor que tonifica el paladar, con la suavidad característica del néctar de los semidioses, en ese difícil arte de deducir cuerpo y descifrar color y tratar de extraer para sí, el espíritu.

Te retuerces en provocaciones ignotas o de extracciones extrafronterizas que trascienden al profano y aquellos incipientes, en la interpretación idiomática soñada, sólida, sobria, exquisita y conceptual, que de haber descuido en el lector lo autodescribe en un estado Kattatónico.

Bien, amigo Rolando Kattan, no devalúes la distorsión de tu apellido, pero es la simpática formula de la cual hago uso para certificar, alagar y premiar tu actitud en pro del desarrollo de un pueblo culturalmente en pañales, en virtud de que aflora por ahí mucha basura merecedora de limpiar o palmear nalgas y muchos blasfemos y malcriados para quienes serán necesarias contribuciones saturando su boca y al fin Katta-loguen en forma respetuosa y se apeguen al arte en su pureza.

Esta difusa mini antología en pronunciamientos elaborados con el ánimo de enaltecer, nunca hasta hoy utilizados desea sus términos también sumar a dos inmortales comayagüenses, me refiero al excelso escritor, poeta y orador Heriberto Cardona Bulnes y a mi particular y respetado amigo, Antonio José Rivas, glorias de este apaleado suelo y de quien humildemente adquirí mi pasión por las letras, la poesía y la lectura.

Feliz Navidad, pueblo de Honduras.

José David Madrid Ponce
Comayagua, Comayagua