La Patria derruida

Honduras es nuestro hogar nacional. Está en escombros.

Hordas de malhechores azuzados por líderes políticos han destruido el patrimonio de muchos compatriotas; han dañado la infraestructura de nuestras ciudades y han puesto en riesgo el sustento de tantos coterráneos.

Todavía el mandatario no se atreve a dar la orden definitiva a sus jefes militares para que anulen discretamente a estos engendros, a fin de que los buenos ciudadanos no continúen sometidos al comportamiento delictivo de estos individuos.

¿Cuál es el deber del ministro de Seguridad? ¿Merecen los maleantes el privilegio de vivir?

“Si un gobierno permite que los bandidos erijan un imperio de maldad contra la sociedad, yo tengo el derecho cívico de decir que ese gobierno es indigno de serlo”.

F. Caro
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Tegucigalpa, M.D.C.