Las políticas estatales

Por Noé Pineda Portillo
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Casi todos los países del mundo, por no decir todos, cuando inicia un nuevo año del calendario normal, dan a conocer sus prioridades de acción dentro de sus planes de trabajo, pensando en el desarrollo de sus respectivos países. Esas inquietudes, se centran por lo general, en los proyectos de producción interna, en las exportaciones, en las inversiones, en los problemas de salud, educación y bienestar general de la población. Otras, en lo relativo a las relaciones internacionales, tanto en el plano diplomático como comercial y cultural.
Un caso muy especial en estas lides es lo que plantea el joven país de Taiwán, de suyo bastante interesante, según nuestra perspectiva de vida diferente. El primer ministro de Taiwán LaiChing-te, ofreció una conferencia de prensa de fin de año el 27 de diciembre, expresando su compromiso de realizar los esfuerzos necesarios para aumentar la tasa de natalidad en su país, entre otras prioridades que su administración tiene previstas para 2018.
Resulta interesante esta iniciativa para nosotros en Honduras, donde el crecimiento de la población ha sido uno de los más altos de América Latina, cuando en realidad las fuentes de trabajo escasean y se produce tanta desocupación cada año dentro de la población económicamente activa, provocando a su vez, esos flujos de migración hacia países donde somos discriminados cruelmente, donde los derechos humanos son letra muerta, cuando tales derechos de emigrar son válidos como derecho humano internacionalmente.
Pero sigamos el pensamiento y acción del ministro taiwanés: declaró que sus políticas están orientadas hacia el desarrollo de la economía, la promoción de las fuentes de energía renovable, la tecnología, la justicia social, la seguridad y la cultura, haciendo hincapié en que en el 2018 dará prioridad a la política para fomentar la natalidad, la prevención de las drogas y los delitos, así como alcanzar un equilibrio entre el desarrollo urbano y rural en la nación. El Ministro apuntó sobre la natalidad que las políticas buscan aumentar el número promedio de hijos por mujer, de 1.17 a 1.4 para el año 2030, añadiendo que si continúa la tendencia actual la población de Taiwán podría disminuir a menos de 20 millones para 2056 (actualmente son 23 millones).
Otros aspectos importantes son las relaciones a través del Estrecho de Taiwán, o sea, con China Continental, considerándolo como un asunto que va más allá de Taiwán y China Continental y que involucra a la comunidad internacional. Todo se basa en los principios establecidos por la presidenta TsaiIng-wen, de que “nuestra buena voluntad no cambiará, nuestros compromisos no cambiarán, no volveremos al antiguo camino de la confrontación y no nos doblegaremos a la presión”.
Como vemos, estas son lecciones para aprender con positivismo, sacar lo bueno de lo que otros países hacen, para el beneficio común de los ciudadanos. Ojalá nosotros mantengamos esas buenas relaciones con todos, para beneficio de la comunidad nacional e internacional.