Comenzando enero buscan rebajar las “gorduras”

En dos años más de 5,000 hondureños han mostrado interés en bajar de sobrepeso u obesidad en la Clínica Actívate y cada mes de enero y junio son más de 100 personas las que se abocan al recinto, ya sea por decisión personal o como última alternativa médica para combatir o controlar enfermedades como la obesidad, diabetes, hipertensión e insuficiencia renal, entre otras.
El 16 de febrero del 2016 fue inaugurada la primera Clínica Actívate en el Hospital de Especialidades San Felipe, en Tegucigalpa, como una opción para quienes decidieran no solo decirle “no” al sobrepeso, sino cambiar los hábitos y estilos de vida perjudiciales para su organismo, por prácticas saludables que evitan unas 35 enfermedades, sin contar la obesidad.
La Clínica en el Hospital San Felipe, tuvo mucha fama por los resultados obtenidos en poco tiempo por los más de 10 mil testimonios de pacientes, gracias al doctor, José Ramón Solórzano (QDDG), “el gurú” hondureño de la pérdida de peso con su famosa receta FEVA, que significa: Frutas, Ejercicios, Vegetales y Agua, quien solía decir a que el método no era para cobardes y faltos de fe en Dios por considerar el cambio de vida como un proyecto de vida saludable.
Hoy, el legado del doctor Solórzano es una realidad irrefutable, por lo que ya son tres clínicas las instaladas, la del San Felipe y dos en los centros de Ciudad Mujer de Tegucigalpa y Choloma, Cortés.
Primero se les toma la presión arterial, después tallas y peso, cada médico elabora un expediente para darle seguimiento al estado de salud física y mental, posteriormente reciben la charla de orientación y cada dos semanas se atienden hasta 108 personas en horarios de 7:00 de la mañana hasta las 3:00 de la tarde.

Los médicos Actívate, advierten que la obesidad atrae unas 35 enfermedades más y si el afectado no tiene conciencia, tampoco es apto para iniciar el proceso.

“NO ES UNA DIETA”

“Siempre les recordamos que no es una dieta, el doctor (José Ramón Solórzano)  siempre lo decía: esto no es dieta, sino es un cambio a un estilo de vida saludable, él decía que las excusas son las primeras que se ponen de frente y que si no se ponía como un proyecto en las manos de Dios, no se lograría nada tampoco”, recordó la doctora Diana Chang, coordinadora del proyecto en el Hospital San Felipe y encargada con 12 personas más entre personal médico y administrativo de seguir con el trabajo instalado que dejó el recordado galeno.
“Enero y julio son los meses en que más personas vienen, en enero creemos que se debe a un propósito o promesa propia que se hacen los pacientes luego de las festividades de Navidad, Año Nuevo y como antesala a recuperar su figura, bajando unas libritas o quilos de más para poder veranear en la temporada de vacaciones o Semana Santa (finales de marzo y abril)”, señaló.
Para quienes deciden hacerlo a medio año, el estímulo radica en fechas venideras de graduaciones, bodas y otros festejos. En muchos casos se trata de una salida a varios padecimientos en la salud y hasta se ha notado que familiares y amigos de quienes se gradúan en el programa en junio, deciden llegar motivados en julio, agregó.

Hasta charlas espirituales todos los martes a las 6:20 de la mañana y recientemente, iniciaron contra la ansiedad.

PUEDEN REGRESAR

Muchas personas deciden abocarse al programa, pero varios ya en febrero o trascurridos los meses de sus propósitos lo terminan abandonando y por eso para tener éxito debe haber conciencia y perseverancia.
La inscripción al Programa de Vida Saludable es sencillo, invitó, algunos vienen remitidos por sus médicos en el Hospital, otros por cuenta propia, pero a todos el primer paso es hacer una evaluación médica básica en la cual se les comunica el peso y medida actual, cuanto tiene de grasa, de músculo, cuántas calorías necesita para poder vivir y perder peso, entre otros, es decir un análisis de composición corporal y toma de presión arterial.
“El proceso de ingreso es fácil, lo difícil es ser constante hasta obtener disciplina en la forma de alimentarse, no significando esto mantener una dieta, sino que todo se trata de comer lo necesario, saludable y balanceado, según cada organismo y su salud le indican”, precisó la doctora Diana Chang.
No solo se trata de bajar tallas y peso, sino de una salud física y mental, por lo que dentro del programa se realizan charlas para orientación de cocina de acuerdo con los estados de salud conocidos y seguimiento psicológico que permite no solo afianzar la seguridad en cada paciente, sino conocer aspectos de su salud mental en todos los sentidos.

El legado del doctor José Ramón Solórzano (QDDG), sigue dando qué hablar y “cero excusas” solía decir, de forma que ahora el equipo médico continúa trabajando con decenas de pacientes.

UNA ENFERMEDAD

Para las personas quienes ya se habían abocado al programa, pero no volvieron a acudir a las clínicas o actividades programadas; Chang informó que pueden regresar exponiendo el por qué del retiro, pero comenzarían de cero, aun con el expediente abierto ya que se trataría de observar los cambios y asegurar el actual estado de salud.
“La clave para empezar es que toda persona tiene que tener claro que la obesidad es una enfermedad, que si alguien está en sobrepeso tiene que hacer un cambio en su vida y no solo físico, sino mental. No se trata de comenzar una dieta únicamente, sino un nuevo estilo de vida, los malos hábitos desecharlos porque se adquieren por excesos, no se trata de ser muy delgado, ni estar en sobrepeso porque estas condiciones atraen más enfermedades”, detalló.
“Lo ideal es que no abandonen el programa a medias, refirió la galena, porque no tiene sentido el haber comenzado y es como una carrera, incluso hay graduaciones porque representan logros, trabajamos todos por esos logros, nosotros ponemos la asistencia física, psicológica y hasta tenemos charlas espirituales y recientemente creamos el taller de ansiedad”.
“La mayoría de las personas que vienen con obesidad manifiestan que constantemente les provoca ansiedad y por ello buscan comer más, representa para ellos como un refugio, por lo que en el taller de ansiedad se habla de la enfermedad y se les da consejos o tips para tratar esa ansiedad”, concluyó la facultativa. (SA)

Cada día son tres hondureños quienes deciden cambiar hábitos alimenticios y estilos de vida sedentarios.