Nacionalistas, opositores y cambio del modelo económico

Por Marcio Enrique Sierra Mejía

Tengo la impresión de que cuando hablan de un cambio de modelo económico en Honduras se refieren al proceso para organizar la actividad económica, aunque sabemos que puede tener otras acepciones. Supongo que el interés de la sociedad civil, al demandar el cambio de la actual estructura y funcionamiento del mismo, apuntala a la administración de los bienes y servicios, de cómo se consumen y se distribuyen.
Si es así, al referirse al cambio del modelo económico se pueden considerar dos principales aplicaciones. Una es desde el ángulo de la economía política, entiéndase que se refieren al proceso orquestado por el gobierno para organizar la actividad económica y que está vinculado armónicamente con las empresas y el resto de los actores sociales. Y el otro ángulo, es el de la economía matemática que muestra, en teoría, cuál es el funcionamiento que se pretende de los distintos procedimientos económicos. En este sentido, el modelo económico, apela a diversas variables y a las relaciones lógicas que se establecen entre ellas para desarrollar una representación simple que contribuye al entendimiento de modos más complejos de la operación del modelo.
Al respecto, se puede decir que los nacionalistas son los únicos que han logrado plantear una clara perspectiva del cambio de modelo económico que quieren realizar, tanto desde el ángulo de la economía política, como desde el matemático. Obviamente, porque siguen con sensatez las recomendaciones de organismos como el FMI u otros de tal envergadura. Lo cual, no significa adoptar una postura maligna pero sí que es a favor de un cambio, en el marco de una estrategia de fortalecimiento del desarrollo capitalista concentrador de la riqueza, que es cuestionado por sectores mayoritarios de la oposición. Y es en esto donde “la burra botó a Genaro”.
Vemos que el diálogo nacional que ha propuesto el Presidente electo probablemente enfatizará principalmente en dos dimensiones cruciales: en la dimensión política que va a implicar dialogar y tomar acuerdos asociados con reformas en la Ley Electoral y todo lo relativo a los procesos que involucra, desde la reglamentación de la reelección hasta cambios constitucionales para garantizar elecciones transparentes, hasta otros aspectos que, se asocian al estado de derecho y el perfeccionamiento de la democracia que tenemos. Por otra parte, tenemos la dimensión económica en la que creo van a enfatizar en aspectos de la política macroeconómica y microeconómica, y en la que van a visibilizar, los asunto propiamente relativos a la política social vinculada al desarrollo económico.
Los opositores anti nacionalistas, van a demandar cambios partiendo de una base de intereses heterogénea porque constituyen una masa política irregular; es decir, representan intereses propios de una izquierda radical que pápula la centralización y la abolición de la propiedad privada y dejar que sea el gobierno el centro que decide qué producir, a quién distribuir, cuánto asignar a cada persona y cómo organizar la fuerza de trabajo para colocar a cada individuo en un punto de la maquinaria estatal de producción, a una izquierda moderada que reconoce el papel de ciertos sectores de la empresa privada, a una derecha radical que aboga por la descentralización, a una derecha progresista que prefiere un modelo mixto, y hasta posturas, propiamente anarquistas que no saben que quieren.
Los opositores antinacionalistas, evidencian una debilidad al no contar con una postura coherente y bien definida del modelo económico alternativo que quieren desarrollar en Honduras, ni desde el ángulo de la economía política, menos aún del matemático.
El modelo económico de los nacionalistas es mixto y descentralizado. En la propuesta que presentaron durante la campaña fue clara su postura.
Proponen la economía de mercado, pero apoyan procesos propios de la economía planificada, ya que su objetivo principal, está enfocado en el carácter social que debe tener la dinámica capitalista. Establecen como modelo macroeconómico para lograrlo una política que, contribuya a mejorar las relaciones entre los consumidores y los productores, a fin de lograr el crecimiento de la producción. Por otra parte, dan énfasis en políticas económicas dirigidas a mejorar las unidades básicas de operación en la economía. El Estado sigue jugando un papel decisivo para lograr la igualdad y el bienestar social pero limitado en su accionar.
Se percibe que el Presidente electo JOH no es muy amigable con el modelo económico centralizado y prefiere enrumbar la economía nacional hacia un sistema descentralizado. Cree en establecer políticas públicas que faciliten a los individuos ser los protagonistas fundamentales de la economía. O sea que cada individuo elija la actividad que quiera ya sea en la producción o en la distribución. Impulsa normas de funcionamiento que contribuyen al respeto de la propiedad de los demás individuos, así como el respeto a la libre competencia.