Los engañabobos

Por Boris Zelaya Rubí

La ignorancia es la fuente de abastecimiento de los corruptos. Un pueblo analfabeto no puede, de ninguna manera disfrutar de un nivel de vida digno, pues no tiene la capacidad para elegir un gobierno que lo represente adecuadamente.
La ambición de los políticos por el poder tiene mil caretas, los habilidosos manejadores de la retórica socialista y los defensores del “capitalismo salvaje”, son capaces de cualquier cosa induciendo a los que por su ignorancia caen en sus trampas y sueñan con un mundo mejor o la permanencia en él, del cual se creen dueños. En política, el apasionamiento no tiene límites. Se convierten en expertos en los tejemanejes de la intriga.
Las recientes manifestaciones violentas y callejeras de la Alianza Opositora, están resultando infructuosas, ya que se realizan con el único propósito de “no defraudar” a sus seguidores, y que sus líderes continúan con ambiciones de poder. El ego no les permite vivir en el anonimato, sin importarles sacrificar vidas y darle material a los malvivientes, culpan muy habilidosamente a los políticos de infiltrar los “tirapiedras y quema llantas”. Los líderes junto a los “ñangaritas de cafetín”, han demostrado que no les importa dañar la economía y correr la inversión que genere empleo para beneficio de los que menos tienen, su intención ha sido justificar las ayudas del exterior, porque de su propio peculio, ellos no son capaces de gastar ni cinco centavos.
A través de una emisora, un periodista manifestó que existe la doble moral entre los adversarios del Partido Nacional y específicamente entre los miembros de la Alianza y algunos liberales, ya que existen pruebas de haber montado un fraude, utilizando para ello a miembros de pandillas o maras, encontrando urnas en las que el candidato nacionalista Juan Orlando, no sacó ni un voto ¡ni si quiera el de sus representantes en las mesas! ¿Por qué no ha protestado el Partido Nacional? ¿Será que son cuentos del comunicador para ganar audiencia?
Algunos sectores del llamado grupo socialmente poderoso en cuanto a capital se trata, le dieron la espalda al mandatario reelecto, dejándose llevar por su insaciable camino de amasar fortuna, con el canto de una sirena que les ofrecía rebajarle los impuestos, siendo capaces de financiar a los que, de prosperar con sus intenciones de cambiar el sistema, los harían salir corriendo de Honduras, expropiándolos de sus herencias y empresas que de alguna manera no muy clara han sido exitosas. Afortunadamente para ellos siempre tienen reservas en los bancos del exterior ¡pobres millonarios!
Como en todas las elecciones los pobres son víctimas de los ambiciosos “engañabobos”, que se aprovechan de esa condición en la que viven millones, que logran comprarles sus votos por unas cuantas monedas y a veces por un poco de comida. ¿Qué sucedería si a las personas de 18 a 50 años se les exigiera saber leer y escribir para poder ejercer el sufragio? Todos los aspirantes a cargos de elección popular, se volverían grandes alfabetizadores o contrarían a miles de maestros. Aunque tal acción los podría sacar de su ignorancia, y poco a poco de su pobreza, mejorando sus vidas y analizando a los políticos desde otra perspectiva. ¡Soñar no cuesta nada!
De rodillas solo para orar a Dios.