El gobierno trabaja y la oposición destruye

Por Boris Zelaya Rubí

“La oposición es uno de los grandes signos de madurez política de la democracia. Mientras más garantías tenga la oposición, mayores posibilidades de acertar tiene el sistema, porque en lugar de un criterio solitario, se pueden sopesar varias posiciones antes de llegar a una conclusión más elaborada”.
Estamos iniciando otro período de gobierno democrático, aunque los perdedores como en cualquier país, buscan apoyar su impopularidad en la palabra fraude. Son dignos de felicitación, el Presidente electo y el presidente del Congreso de la República, cuya tolerancia ha sido increíble, demuestran que son verdaderos políticos y no han caído en las provocaciones de los adversarios, que creen que hacer oposición al gobierno, es destruir los bienes públicos y privados, actuando como salvajes, en lugar de estarse preparando, para exigir durante los próximos cuatro años como lo debe hacer un verdadero ciudadano amante de su patria, que las actuaciones del Estado sean en beneficio de todos los hondureños.
Existe la oposición de aquellos que los mueve solamente su propio interés o porque ya probaron las mieles del poder y por ego adoptan poses de grandes conductores de masas ¡y los asusta hasta el zumbido de un mosquito! Tienen que actuar civilizadamente, demostrando que son capaces de iniciar un diálogo donde se planteen proyectos factibles en beneficio de los que menos tienen, sin quitarle las facultades a ninguno de los poderes del Estado y mucho menos permitir que nos usen de “conejillos de indias”. Aquellos que su misión es ayudar ¡bienvenidos! Sin menoscabar nuestra dignidad como país libre y soberano e independiente.
Ningún presidente escoge las personas que integrarán su gabinete, concediéndoles carta blanca para el uso de los fondos estatales, sino para que sean genuinos servidores del pueblo. Quienes transgreden los principios de honradez y hacen mal uso de los recursos del pueblo tienen que ser cancelados y encarcelados, tal y como lo ha dicho el mandatario: ¡Caiga quien caiga! Las denuncias con pruebas no deben pasar desapercibidas ni tomadas como calumnias, es imperativo judicializar cualquier desaguisado con intención de hacer dinero fácil. De lo contrario, los opositores “como buitres”, protestarán aduciendo que existen grandes nexos con personajes del bajo mundo, nacionales o extranjeros. No hay que alimentar el odio de los perdedores.
Se inicia con optimismo un nuevo mandato, con el principal propósito de seguir desarrollando el país. Para lograr buenos resultados en la política y en la gestión pública se requiere contar con funcionarios que además de capacidad profesional, posean una conducta íntegra, pues estos son servidores públicos que marcarán las directrices y operarán las instituciones estatales, por lo que es importante, la selección de las personas del gabinete que acompañará al mandatario. Sin duda dejará los buenos y agradecerá a los que no rindieron como se esperaba. Sin caer en el error de ¡rotarlos! Sería como pensar que en Honduras no existen más hombres preparados.
No podemos seguir permitiendo que diez cabezas calientes, nos quiten la tranquilidad en la que deseamos vivir. ¡Felicidades a nuestro partido! Ahora a trabajar con un gobierno integrado con los mejores hombres, que no tengan un pasado turbulento (delincuencial por supuesto) ni que sus negocios personales sean afines a sus labores, para no convertir los bienes estatales en materia prima para sus actividades personales ni las de algunos padrinos políticos o mejor dicho ¡no poner el queso frente al ratón!
De rodillas solo para orar a Dios.