¿Y ahora qué?

Se llevó a cabo el pasado 27 de enero la histórica toma de posesión para un nuevo período presidencial, que fue muy concurrida por el público que saludó a la pareja presidencial reelecta con mucho entusiasmo y algarabía. Quedó demostrado que el Partido Nacional a la hora de ser convocado por sus máximas autoridades asiste a la cita puntual, disciplinadamente y sin duda es un partido fuerte que merece ser respetado como instituto político de tradición.
Mi pronóstico que fue publicado el 3 de febrero del 2010 en un artículo titulado “Partido Nacional el más popular del siglo XXI”, en el sentido que gobernaría por tres períodos consecutivos se cumplió a cabalidad, pues matemáticamente luego de su primer triunfo en este siglo (con Maduro y del fraude del que fue objeto por Manuel Zelaya en 2005) se volvió inalcanzable electoralmente hablando, pues su voto duro supera con facilidad a sus adversarios, tradicionales y nuevos.
Sin embargo, debo reconocer que dudé que acertara ante el panorama político que se presentó el año pasado con la relección (tema impopular) y la incursión de Luis Zelaya, quien bien pudo (si los liberales fueran leales) haber dado la sorpresa, pues era la oportunidad para no votar ni por la izquierda, ni por la derecha que se sabía generarían controversia y división postelectoral.
La pregunta es ¿y ahora qué? Después de la toma de posesión presidencial lo correcto es apoyar el diálogo, la gestión del presidente de todos los hondureños y evitar continuar en situaciones que alteran la paz y tranquilidad en la que queremos vivir la mayoría de los ciudadanos. Ese es el compromiso con Honduras.
Dennis Espinal
Tegucigalpa, M.D.C.