Whitney Houston, la voz prodigiosa sobrepasada por la fama

El de Whitney Houston fue un fenómeno sin precedentes, una artista con una voz prodigiosa capaz de superar el récord de The Beatles y Bee Gees en Estados Unidos y lograr que siete singles alcanzaran el número 1 de las listas de forma consecutiva, de alcanzar ventas millonarias y de ser la cantante más premiada de la historia, según acreditó el Libro Guinness de los Récords.
Whitney era, también, la única que podía acabar con ello. “Whitney era absolutamente brillante. Fue creada por Dios. Su don vino de él. La única que podía estropearlo era ella”, asegura una de las vocalistas que la acompañó en su carrera, Sharlotte Gibson, en el documental ‘Whitney: Can I be me?’, estrenado el pasado mes de junio en Reino Unido.
“Disfruto haciendo lo que hago, cantando para el público, pero hay mucho del negocio que no es divertido, es algo a lo que estás sometido y no es justo”, aseguraba la cantante, que con el tiempo concedió entrevistas en las que habló sin tapujos de su adicción a las drogas o de su relación con Bobby Brown y que hundieron su imagen de diva perfecta del pop.
Cuando en 2002 Diane Sawyer le preguntó por su mayor demonio, Whitney no dudó en su respuesta: “Soy yo”, dijo la cantante, que en 2009 confesó a Oprah Winfrey que Bobby Brown había sido su “droga”, y calificó su relación como “emocionalmente abusiva”. Dos años antes se habían separado, después de episodios violentos en los que Brown agredió a Houston.
Con toda su familia trabajando para ella, sin permitir que frenara el ritmo de una carrera apoteósica que le estaba pasando factura, Whitney Houston “sólo quería ser normal”.
“El éxito no te cambia, pero la fama sí”, decía en una entrevista en 1996. “Tienes que saber quién eres antes de entrar en este negocio, porque si no lo sabes acabarás siendo otra persona que posiblemente no te guste”.
Houston fue la cantante más famosa y admirada del mundo, y acabó siendo, quizá, la más vilipendiada. “La gente dice que Whitney murió de sobredosis. Yo sé que murió porque tenía el corazón roto”, dice en el documental la cantante de góspel Pattie Howard, colaboradora y  amiga de Houston.

ESTRELLA DE LA MÚSICA QUE PROCEDÍA DEL GUETO

“La voz de Whitney rompió barreras. No tendríamos Beyoncés o cualquier otra artista afroamericana que ahora pueda llegar a lo más alto de las listas del pop, eso no habría pasado sin Whitney Houston. De hecho, no había pasado antes. Cambió la historia para nosotras, y pagó un precio por ello”, afirma Pattie Howard.
Whitney Elizabeth Houston nació el 9 de agosto de 1963 en Newark, New Jersey, hija de John Russell Houston y la cantante góspel Cissy Houston, que guió paso a paso la carrera de Whitney. Con ella comenzó a cantar, en la iglesia New Hope Baptist de Newark.  “Yo enseñé a Whitney lo que sabía, nadie más le enseñó a cantar desde el corazón. Aprendió la forma correcta de cantar”, aseguró Cissy.
Prima también de la cantante Dionne Warwick, pronto Whitney fue descubierta por el productor Clive Davis, que la reclutó para el sello Arista Records, e hizo de ella la estrella pop que no pudo moldear como Aretha Franklin o la propia Dionne Warwick, un icono de la música aceptado por un público masivo, adorado por “la América blanca”.
Obviaron sus orígenes, aunque ‘Nippy’, como la llamaban en su entorno, nunca olvido de dónde venía, del gueto de Newark, donde en 1967 se produjo uno de los disturbios raciales más graves del país, que acabó con 26 muertos y 1.500 heridos.
“Sé lo que es ser negra. Sé lo que es ver a mi comunidad negra no recibir la oportunidad que se les da a otros”, decía Whitney, que siempre tuvo sus tiempos cantando góspel en la iglesia como el recuerdo que más apreciaba.
Sus dos primeros discos, ‘Whitney Houston’ (1985) y ‘Whitney’ (1987) fueron un éxito rotundo: su debut superó los 25 millones de copias vendidas en todo el mundo, y el segundo álbum fue el primero de una mujer en estrenarse directamente en el número 1. Siete sencillos de aquellos álbumes alcanzaron lo más alto de las listas de forma consecutiva.
Whitney era la gran estrella del momento, estaba en todas partes, y sin embargo todas aquellas canciones no tenían el sello r&b que su comunidad le exigía, eran éxitos pop “para el público blanco”, y la sensación de que Whitney Houston se había vendido se concretó en el abucheo que recibió en la entrega de los Soul Train Music Awards en 1989.
El percance en la ceremonia de los premios de la cultura afroamericana estadounidense fue devastador para la cantante. “No es agradable”, reconoció. “A veces resulta que no eres lo suficientemente negra para ellos, lo bastante r&b. Eres muy pop, la audiencia blanca te ha apartado de ellos”, comentaba encontes.
Tras aquel episodio, la cantante se plantó ante Arista Records y, con su tercer álbum, ‘I’m Your Baby Tonight’ (1990), decidió hacer música a su manera, volviendo al estilo que le era propio. Pasaron ocho años hasta que Houston publicó su cuarto álbum, ‘My love is your love’ (1998).

25 AÑOS DE ‘THE BODYGUARD’

En aquel tiempo se había casado con Bobby Brown, al que había conocido la misma noche que fue abucheada, había sido madre de Bobbi Kristina Brown (1993), había conseguido un nuevo hito al cantar el himno estadounidense en la Super Bowl y convertirlo en single superventas y, sobre todo, había conseguido su éxito definitivo con ‘The Bodyguard’ (1992), su debut en el cine, junto a Kevin Costner.
‘I will always love you’, canción grabada originalmente por Dolly Parton en 1974, se convirtió en el tema más emblemático de Whitney Houston, la banda sonora de la película sigue siendo la más vendida de la historia y dos de las canciones del disco, ‘I have nothing’ y ‘Run to you’ fueron nominadas al Óscar a la mejor canción.
Entre otros reconocimientos, la canción principal de la película recibió el Grammy a la Grabación del año y se convirtió en el sencillo grabado por una mujer más vendido de la historia, mientras que la banda sonora de la película se llevó el Grammy al Álbum del año. Whitney ganó también el Grammy a la mejor cantante pop femenina, premio que ya había recibido con sus dos primeros trabajos.
En el año 2000 recibió el sexto Grammy de su carrera por la canción ‘It’s not right, but it’s OK’, de su cuarto disco. Le siguieron ‘Just Whitney…’ (2002), el disco navideño ‘One Wish: The holiday album’ (2003) y ‘I look to you’ (2009), su último trabajo.
Tras el éxito de ‘The Bodyguard’, Whitney Houston regresó a la gran pantalla con ‘Waiting to Exhale’ (1995) y ‘The Preacher’s Wife’ (1996), cuya banda sonora se situó como el álbum góspel más vendido.
Coincidiendo con el 25 aniversario de su primera película, se ha publicado ‘I wish you love: More from The Bodyguard’, edición conmemorativa de la banda sonora que incluye una mezcla alternativa del éxito ‘I will always love you’, una versión a capela de ‘Jesus loves me’ y una grabación de ‘Run to you’ de la gira ‘The Bodyguard’, que se desarrolló entre 1993 y 1995.
El éxito de ‘The Bodyguard’ disparó la popularidad de Whitney Houston y, sobrepasada por la fama, agravó su problema con las drogas, que de ser una diversión que comenzó con sus hermanos en Newark, pasaron a ser una necesidad. Su guardaespaldas revela en el documental ‘Whitney: Can I be me?’ que intentó remediar la situación alertando a la familia de la cantante, quienes decidieron prescindir de sus servicios.
El 11 de febrero de 2012, un día antes de la entrega de los premios Grammy, Whitney Houston falleció en el hotel Beverly Hilton de Los Ángeles.  El informe policial reveló, dos meses después, que Houston sufrió un fallo cardiaco y “posiblemente fue víctima de la sobredosis de una sustancia narcótica, medicamentos recetados, una mezcla de otros fármacos y alcohol”.

Por Miriam Soto.
EFE/REPORTAJES