El mundo de los privilegiados

Por Miguel Osmundo Mejía Erazo

Profesor y periodista
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El mundo de los privilegiados es de aquellos que temporalmente y en apariencia son felices. Es un mundo un tanto pequeño, pero cada día tiende a aumentar, después de finalizado un gobierno se suman nuevos privilegiados y otros continúan en iguales o mejores condiciones, todo por el poder y porque todos quieren continuar en las posiciones de privilegio, muy pocos son los que aceptan regresar a sus raíces donde vivían en pobreza, eso está bien siempre que se conviertan en acaudalados por el esfuerzo de su trabajo, pero la gran mayoría no quieren ser parte del montón, los exdirigentes no aceptan estar en las bancas, siempre quieren estar en la mesa principal mirando hacia abajo, nuestra admiración para aquellos hombres y mujeres que no se marean en las alturas. El artículo 60 de la Constitución reza: “Todos los hondureños son iguales ante la ley. Se declara punible toda discriminación por motivo de sexo, raza, clase y cualquier otra lesiva a la dignidad humana”.
Nuestra Constitución es clara cuando leemos todo lo referente a los derechos y garantías individuales, nos sentimos orgullosos de contar con tan buena legislación sobre todo porque está acorde a los tratados internacionales y a los tiempos modernos, como en aquellos lugares donde impera la democracia y el respeto a las leyes como derecho de las grandes mayorías. No obstante, el asunto no está en escribir y aprobar tantas leyes, lo esencial es practicar ese principio de igualdad entre los hombres, igual que el conocimiento de la Biblia, no se necesita memorizarla desde Génesis hasta Apocalipsis, basta con amar a Dios sobre todas las cosas y amar al prójimo y estaremos en camino de rectitud. Existen países como Gran Bretaña que no invocan una ley escrita, pero son muy respetuosos y apegados a las buenas costumbres y tradiciones, allí las leyes están sobre todo, mientras aquí en nuestro medio los hombres están sobre las leyes y cada día, cada minuto, en cualquier parte de Honduras se viola una ley, sea esta una ley primaria o leyes secundarias.
Expresar que en nuestro país no hay clases privilegiadas como en la edad media, es un absurdo, se necesita estar ciego o sordo para no ver y escuchar tanta injusticia. En todos los lugares del mundo hay clases privilegiadas aún en los países socialistas de ayer y de hoy, también allí los que están en el poder gozan de muchas prebendas derivadas del poder mismo, por supuesto que en el sistema neoliberal las diferencias son mucho más visibles, vivimos en un mundo donde muchos tienen poco y son pocos los que tienen mucho y cada día aumentan los pobres, pero también aparecen muchos ricos producto de dinero mal habido.
No deberíamos vivir en un mundo de privilegiados, si alguien logra escalar posiciones que sea por la meritocracia y no por influencias políticas o compadrazgos, como los que llegan a altos cargos de la administración pública, y que no sigan enriqueciéndose aquellos que en nombre de los pobres almacenan fortunas que más temprano que tarde darán cuentas. Existen privilegiados que de un ministerio pasan a otro, otros que son como los gatos, siempre caen bien parados, llegan en el momento preciso cuando se está repartiendo el pastel, da vergüenza ver cómo políticos llamados de la oposición negocian cargos públicos en forma descarada, mientras el pueblo cada día sigue engañado y pasa de la pobreza a la miseria sin esperanza alguna, solamente ver de lejos el mundo de los privilegiados. Mi respeto y admiración para todo profesional digno y personas que trabajando de sol a sol logran superarse económicamente en la empresa privada o en su pequeña empresa y sacan adelante a sus hijos, los que se ganan la vida honradamente y no viven de privilegios pasajeros que proporcionan los altos cargos públicos.