Tal día como hoy…

Por Rolando Kattán

Breve historia de la humanidad en un día cualquiera de la Wikipedia; la fama ha caído en desgracia: en los últimos cincuenta años no se registran natalicios de científicos o escritores; el mundo ha sido conquistado por el falso mármol de los deportistas o por los actores del Twentieth Century Fox (por nombrar un estudio).
Puede ser cualquier día, pero hoy 21 de febrero, los natalicios que se registran comienzan en orden descendente con la actriz Sophie Turner en 1996 y así contamos, 6 actores más, 7 músicos y 17 deportistas. No es sino hasta 1964 que se registra el nacimiento de Mark E. Kelly, astronauta estadounidense y en 1962 el célebre escritor David Foster Wallace.
Lo interesante es que Wikipedia es alimentada por los usuarios de internet y en esa democracia digital podemos estudiar lo que de verdad importa.
Guy Debord lo describió en su obra «La Société du Spectacle» ahí el espectáculo se presenta como una enorme positividad indiscutible e inaccesible.
No dice más que “lo que aparece es bueno, lo que es bueno aparece”:
El espectáculo, comprendido en su totalidad, es a la vez el resultado y el proyecto del modo de producción existente. No es un suplemento al mundo real, su decoración añadida. Es el corazón del irrealismo de la sociedad real. Bajo todas sus formas particulares, información o propaganda, publicidad o consumo directo de diversiones, el espectáculo constituye el modelo presente de la vida socialmente dominante. Es la afirmación omnipresente de la elección ya hecha en la producción y su consumo corolario. Forma y contenido del espectáculo son de modo idéntico la justificación total de las condiciones y de los fines del sistema existente. El espectáculo es también la presencia permanente de esta justificación, como ocupación de la parte principal del tiempo vivido fuera de la producción moderna.
Ha caído la moneda del destino, pues, en lado anverso, véase en detalle el paisaje. Ese corazón de la irrealidad bombea hologramas, el Río Grande de Juan Ramón Molina ahora es un holograma; la montaña nevada que inspiró la blancura del haiku es un holograma; la casa desde donde Emily Dickinson escribió cartas al mundo también es un holograma; las cabañas de Quevedo, el París de Verlaine, son hoy un holograma. La realidad es un espacio que comparten Netflix y algunos estadios futbolísticos del mundo.
La alienación del espectador en beneficio del objeto contemplado (que es el resultado de su propia actividad inconsciente) se expresa así: cuanto más contempla menos vive; cuanto más acepta reconocerse en las imágenes dominantes de la necesidad menos comprende su propia existencia y su propio deseo. La exterioridad del espectáculo respecto del hombre activo se manifiesta en que sus propios gestos ya no son suyos, sino de otro que lo representa. Por eso el espectador no encuentra su lugar en ninguna parte, porque el espectáculo está en todas.
Así producida la realidad, resultan irreales las efemérides como la que hoy debemos celebrar, el Día Internacional del Idioma Materno, que fue proclamado por la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura el 17 de noviembre de 1999.
Según el Atlas de UNESCO, de las lenguas del mundo en peligro, en Honduras se hablan 7 lenguas (considerando que el lenca ya es lengua muerta): tres en situación crítica, criollo de las Islas de la Bahía, tol y chortí; dos en peligro, el pechí y el tawahka; y dos vulnerables, el garífuna y misquito.
Tal es este día en la Wikipedia, que invita a ver si no es tiempo más bien de alejarse río arriba con los viejos del báculo de caña, si bien para reflexionar sobre las trampas que la contemporaneidad nos lanza,o reencontrar la realidad perdida.