La Gran Mancha Roja de Júpiter podría desaparecer en apenas 20 años

La Gran Mancha Roja de Júpiter es la característica que, visualmente, más llama la atención del gigante gaseoso, pero no durará para siempre. De hecho, desaparecerá mucho antes de lo que habríamos imaginado, según uno de los encargados de la misión Juno de la NASA.
Este gigantesco remolino que gira en sentido antihorario, con vientos que viajan a entre 435 y 685 Km/h, es tan grande que supera el diámetro de la Tierra; también es lo primero en lo que muchos piensan al imaginar Júpiter, equivalente a los anillos de Saturno como su característica principal. Se estima que la tormenta ha existido durante unos 400 años gracias a observaciones realizadas durante la época, aunque la primera vez que fue visto y registrado fue en 1830.
Lamentablemente, en apenas pocas décadas desaparecerá, según aseguró Glenn Orton, uno de los investigadores principales de la sonda Juno y científico planetario de los laboratorios de propulsión a chorro de la NASA (JPL), en una entrevista con Business Insider. El experto asegura que en realidad la tormenta lleva mucho tiempo disminuyendo su tamaño, por lo que estima que en unos 20 años pasará de ser “la gran mancha roja” a “el pequeño círculo rojo”.
Según declaraciones de Orton, “la Gran Mancha Roja lleva mucho tiempo encogiéndose. Nada dura para siempre. En máximo dos décadas la Gran Mancha Roja se convertirá en el Gran Círculo Rojo, y después de eso, poco tiempo después, en el Gran Recuerdo Rojo.”
El experto asegura que en el siglo XIX, para el momento en el que fue vista por primera vez, su tamaño era aproximadamente el de cuatro veces el de la Tierra. “Hoy en día tiene apenas un tamaño de 1,3 veces el de la Tierra”, explica Orton, destacando lo rápido con lo que ha ido desapareciendo la tormenta.
Recientemente Juno también descubrió que la Gran Mancha Roja no solo tiene un diámetro enorme, sino que es mucho más profunda de lo que se pensaba. La sonda determinó que su profundidad es de unos 320 kilómetros, o entre 10 a 100 veces más gruesa que la corteza terrestre. Sin embargo, en cuestión de décadas esto también cambiará drásticamente, hasta que desaparezca la característica principal de nuestro gigantesco vecino gaseoso