Vida nocturna de Belén vuelve a su apogeo

MC
/
26 de febrero de 2018
/
05:21 am
Síguenos

La proliferación de night clubs en diversas zonas de Comayagüela, también han revivido el apogeo de la vida nocturna en el barrio Belén. Esta pequeña curva hacia el bulevar del Norte, va recobrando el antiguo ambiente lleno de luces, mujeres, música y clientes.

Desde las 6:00 de la tarde, todos los días, en este lugar comienzan abrir las puertas de al menos cuatro locales, que durante el día parecen casas normales, pero a medida se acerca la noche, ya se observan grupos de muchachas con ropa ajustada, sus rostro bien maquillado y listas para atender a su clientela.

El pasado fin de semana, a esa hora se aparcó un vehículo frente a las chicas, donde se bajaron dos hombres. Unas seis muchachas muy amables los pasaron adelante para ponerse a sus órdenes. Sin perder mucho tiempo, los hombres preguntaron cuanto costaba la sesión de compañía y al decirles 200 lempiras, dijeron con su gesto “trato hecho”.

Diez minutos después, aparecieron otros dos varones que llegaron caminando por la acera. Al parecer ya eran clientes y las damas muy sonrientes les dieron la bienvenida para prestarles sus servicios sexuales.

En tanto, en otro de los locales, salieron dos señores después de ser atendidos por hermosas chicas, quienes les dijeron “que les vaya bien, los esperamos muy pronto”. Alrededor de las 9:00 de la noche, llegaron más chicas a uno de los negocios, al tiempo que se iban sumando otros clientes, que llegaban caminando o en su propio vehículo.

Los prostíbulos en la zona de Belén están reactivando la vida nocturna.

Una de las chicas, quien se identificó como “La Flaca” (21), comentó que los días que más aprovechan son los fines de semana. “Ya desde el jueves se va poniendo bueno, porque vienen entre 20 a 30 clientes y los sábados se llena, allí nos va mejor”.

La joven comentó que es originaria del sur del país, es madre de dos niños y es el único empleo que ha tenido. Sin embargo, de esa fuente de ingreso, paga sus estudios en un colegio capitalino y le ajusta para ayudar económicamente a su madre, quien vive en su lugar de origen.

“Me vine del sur a buscar trabajo porque soy madre soltera y necesitaba mantener a mis dos niños, pero anduve mucho tiempo para arriba y para abajo buscando trabajo y me cansé y después regresé a mi pueblo”, relató “La Flaca”.

Agregó que una amiga le dijo que trabajaba en ese lugar y se vino con ella. Ya tiene más de un año de ejercer ese oficio. “Con lo que aquí gano, mantengo a mis hijos, le mandó billete a mi mamá, que me cuida los niños y me ajusta para estudiar”.

Desde tempranas horas comienza el ambiente en la zona de Belén.

Resaltó que ya está en primero de carrera y cuando se gradúe va ir a la universidad, porque quiere ser abogada.

La joven sureña dijo que la mayoría de compañeras también estudian, unas van al colegio en la tarde y otras en la noche y cuando salen de clases se van para su trabajo.

Aclaró que nadie las obligó a trabajar en la prestación de servicios sexuales, ella lo tomó como una oportunidad de empleo, “ya que en este país es difícil encontrar un trabajo”. Sus clientes, son hombres solteros y casados, la mayoría son policías y militares, aunque llegan de todo tipo de profesiones, abogados, periodistas, maestros y comerciantes.

Al consultarse si su familia sabe de su dedicación, respondió que “si yo le dije a mi mamá, a ella no le gusta mucho que trabaje en esto, pero me dice que me cuide porque en la calle anda mucha gente peligrosa”.

Es de recordar que en 1998, cuando el entonces alcalde municipal del Distritito Central, César Castellanos, decidió cerrar los prostíbulos que operaban en el barrio Belén. Sin embargo, la prostitución continuó de manera clandestina.

Las muchachas prestan su servicio, aunque el lugar no sea declarado como tal.

En aquella oportunidad, se le aplaudió a Castellanos, porque cerraba un “lunar negro” de la capital y fomentaba el estudio y las carreras técnicas entre las féminas, para que no continuarán con esa vida nocturna.

Pero muchas, por la edad, no encajaron en los sistemas que les proporcionó la alcaldía y como única forma de trabajo, continuaron sus labores pero de forma clandestina.

Luego en el 2015, las autoridades del Régimen Departamental de la Secretaría de Derechos Humanos, Justicia, Gobernación y Descentralización, plantearon que podrían reabrir los prostíbulos de Belén, aunque la actividad nocturna allí ha estado de forma permanente.

Comerciantes piden mayor actividad comercial en la zona

La reactivación de los lupanares en el barrio Belén, tiene sin cuidado a los vecinos del sector, pues consideran que necesitan levantar la actividad comercial de la zona aunque son conscientes que también tiene su parte negativa.

Así lo manifestó un vecino y comerciante del sector quien manifestó que “esta es una zona comercial que necesita mayor empuje económico porque desde hace unos 20 años que cerraron los negocios nocturnos que habían aquí nada funciona, la economía se ha venido abajo”.

Describió que esa calle ha puesto venta de comidas, clínicas médicas, venta de repuestos, talleres mecánicos, llanteras, talleres de mueble y la mayoría han cerrado porque no fueron rentables.

“No es por nada, pero aquí lo que sí funciona son los negocios nocturnos. Allí está ese billar y pasa lleno de gente, ahora funcionan uno que otro sitio de mujeres y pasa lleno de gente, pero si solo vendieran baleadas, casi nadie llega”, aseveró el entrevistado que prefirió no ser identificado.

Añadió que la mayor parte de Comayagüela está llena de night clubs, billares y otros sitios de diversión y se ve ambiente en las noches. “Solo se requiere mayor seguridad de la Policía, como ocurre en los demás países donde hay vida nocturna que allí están los policías cuidando a los turistas y la gente que llega a buscar diversión en la noche”. En el caso de Belén tiene su estación policial y no habría problemas. No obstante, la prostitución no es bien vista en ningún lado, pero la falta de empleo obliga a muchas mujeres dedicarse clandestinamente a esa actividad para obtener ingresos.

Consultado si solo él opina así, dijo que “mucha gente piensa igual que yo, porque esta no es una zona residencial, es de negocios, como la mayor parte del centro de Comayagüela y lo que necesitamos es que se mueva el comercio, claro con la debida seguridad si para eso pagamos impuestos”.

Más de Lo Más Visto
Lo Más Visto