El origen del nombre
El nombre actual del número es el mismo que el de la letra griega ‘π’, inicial de las palabras ‘periferia’ y ‘perímetro’, y fue usado inicialmente por William Oughtred (1574-1660), aunque lo popularizó Leonhard Euler (1707-1783), ambos matemáticos europeos. Antes, el número pi había sido conocido como ‘constante de Ludolph’ (en honor al matemático Ludolph Van Ceulen) o como ‘constante de Arquímedes’, pues fue este último el primero en encontrar su valor.
El hallazgo de Arquemedes
Fue en el siglo III antes de Cristo, cuando el físico griego logró determinar el valor de pi, utilizando polígonos para afinar el cálculo. Su aproximación tuvo un error de solo el 0.024% y el 0.040% sobre el valor real.
Pero si bien fue Arquímedes el primero en proponer un valor, a través de los años diversos matemáticos y científicos siguieron en la búsqueda del valor exacto de pi.
Así, Claudio Ptolomeo (en el siglo II) mejoró la aproximación de Arquímedes, y estableció el valor de 3,14166 para pi, empleando un polígono de 120 lados. A finales del siglo V, el matemático y astrónomo chino Zu Chongzhi dio un paso más, atribuyéndole un valor de 3,1415927, resultado que no fue mejorado hasta el siglo XV.
Tras siglos de cálculos, la llegada de la informática y las computadoras cambiaron los parámetros: el cálculo se disparó y se han ido añadiendo decimales que, hasta la fecha, ya suman hasta los 12,1 billones.]]>