Encantadores de serpientes

Por José María Leiva Leiva

Tenemos el mismo mal, solo cambia la latitud, los rostros y los nombres, pero el mismo denominador común: el nefasto politiquero, pareciera una maldición. Germán Torres Rey un abogado conciliador colombiano, presenta en la web un extraordinario video en clave de poema, con el título “Muero de viejo y no aprendo”, donde, harto como muchísimos de nosotros, desnuda las fechorías y andanzas de esa nauseabunda plaga de bandidos y vividores. Sus notas punzantes rezan así: “Hoy me pregunto señores, ¿por qué he sido tan pendejo? En asuntos de política muero de viejo y no aprendo. Falsas promesas me aguanto, vuelvo y me como sus cuentos”.
“Y aún presintiendo el engaño, otra vez voto por ellos. Cada cuatro años lo mismo, se aparecen por el pueblo, vienen y me hablan bonito, me echan el brazo al pescuezo, me invitan a comilonas, a bazares y festejos y hasta el cielo me prometen para que vote por ellos. Tantos años aguantándolos y creyéndome sus cuentos. Que nos suben los salarios, que bajan los impuestos. Que habrá más educación y más salud para el pueblo, sabiendo que son mentiras para otra vez convencernos”.
“Pero si me hablan bonito yo de incauto otra vez creo, no importa si fue ese mismo que me jodió con impuestos, que me negó la salud con cien leyes y decretos y reparte entre los ricos el dinero que es del pueblo… los que la pensión me niegan vulnerando mis derechos y con torcidos contratos tienen sus bolsillos llenos. No se cómo es que aguantamos tanto corrupto viviendo del dolor y las lágrimas del trabajador honesto. No me explico lo que hicieron para convencernos de nuevo y que por años nos tengan comiendo lo que sabemos”.
“Ya mi país tocó fondo con tanto politiquero. Los que con enormes sueldos van a dormir al Congreso, los que acomodan las leyes a conveniencia y provecho y nos llevan a las urnas como res al matadero, los que con un gran cinismo nos enfrentan, nos dividen y logran que nos peleemos. Me agarro con el vecino y me peleo con mis hermanos defendiendo a un deshonesto, para que después, se junten a repartirse los puestos y a reírse de nosotros por ignorantes e ingenuos”.
“Pero ya estoy despertando, me cansé de desafueros, me cansé de ver a mis hijos sin salud y en la miseria, mientras ellos viven bien paseando en el extranjero robándose el presupuesto y recortando mis derechos. Ya se me llenó la copa porque esta vez se excedieron, se pasaron de corruptos, de incapaces y embusteros. Me cansé de las falacias que difunden en los medios, logrando que entre nosotros haya odios sin conocernos. Me cansé que olvidemos tantos años de dolor y sufrimiento y que esas penas pasadas no hayan servido de ejemplo. Ya me cansé de los mismos que han traicionado a mi pueblo”.
“Me cansé de las izquierdas, las derechas y los centros y de las mismas familias que junto a sus testaferros desde hace ya muchos años se apropiaron del gobierno. Me harté de todo el apoyo que di solo en su provecho y que crean que aún así aquí siguen sus borregos. No puedo caer tan bajo volviendo a votar por ellos. Castigo, castigo es lo que merecen por todos sus atropellos”.
Por su parte, su compatriota, Marze Rodríguez nos deja ver su protesta en las letras de la melodía “pueblo guevón” al son del género urbano folklórico, acompañado con elementos rítmicos latinos; “una canción –como la definen los críticos- que nos hace despertar del sueño que tenemos, nos transporta a pensar en un mundo mejor, y nos invita a tomar la decisión de cambio al interior de cada uno”. Su lírica se escribe así: “Cómo puede mi pueblo tener tanto aguante. Todo el mundo lo roba y él sigue feliz… elegimos a un grupo de gente que promete el cambio pa’ nuestra nación, pero mientras hacen la ley se reparten campantes los contratos esperando su comisión”.
“Roba el blanco, roba el verde, roba el rojo y el azul… de dónde sacan los fondos pa’ ganarse esa curul. Con razón no pasa nada, no prestamos atención si el escándalo del siglo y hasta el muerto más sentido lo olvidamos con un gol que la selección de fútbol al mundial clasificó. Esta es mi tierra linda, mi patria boba… es mi nación, parece de mentiras pueblo guevón. Y después monumentos le hacemos a aquellos que se llevan la plata para otros países, y en la tele nos dicen, que somos de este mundo el lugar más feliz.
Cuando pueden nos suben los impuestos y los niños muriéndose de hambre y de sed, pero pa’ la salud no alcanzó el presupuesto y después el culpable sigue siendo usted… yo no quiero más silencio si soy parte de esta historia, no perdamos la memoria que es el único remedio, pa’ luchar hay que acordarnos que está viva la nación y nos toca estar unidos pa’ acabar la corrupción”. Como conclusión esta cita: “Y entonces Pilatos preguntó a la multitud: ¿A quién suelto? El pueblo clamaba: ¡A Barrabás, el ladrón! Y tras más de 2000 años, el pueblo sigue eligiendo a los ladrones”. (Anónimo).