La causa de la inseguridad

Por Mario E. Fumero

Se ha tenido la idea de que el factor detonante de la inseguridad en Honduras radica en la contaminación de las fuerzas de seguridad del Estado, por lo cual, se inició una depuración de la Policía Nacional, sin embargo, esta depuración no tendrá efectos positivos debido a que no hemos enfrentado el problema desde la raíz, sino tan solo hemos depurado las ramas, porque de nada vale depurar el sistema de seguridad, si no funciona correctamente el sistema judicial.

El punto de partida para que en esta nación reine tanta inseguridad, violencia y narcotráfico, no radica solamente en las fuerzas del orden, sino que su punto clave radica en que el sistema de justicia imperante en la nación, debería funcionar correctamente, apegado a derecho. Cuando la justicia falla, se vende, o se contamina, toda la estructura de la seguridad del Estado se derrumba, porque los miembros de la policía y de investigación, al no ver que la justicia funcione, y se vende, optan por caer dentro de la contaminación del sistema, ya que el agente no va a arriesgar su vida, para capturar al delincuente, a sabiendas que si tiene poder económico, podrá comprar su libertad, y salir libre en menos de 72 horas. De manera que antes de depurar las fuerzas del orden, es imprescindible depurar el sistema judicial y el Ministerio Público, porque ellos son la clave para que reine una verdadera seguridad.

¿Cuál es el factor que determina que las fuerzas del orden no puedan detener la inseguridad social? Hay dos elementos claves para poder estabilizar la seguridad nacional; el primero consiste en detener la impunidad frente al delito, algo que tristemente es el factor dominante dentro del sistema judicial. El segundo elemento es el temor a violar las leyes establecidas, porque si estas funcionan justamente, y no se venden a los corruptos o delincuentes, estos lo piensan dos veces, porque donde no hay temor, no hay freno, y donde no existe freno, la sociedad se estrella frente a la inseguridad. Bien dice Proverbio 1:7 que “el principio de la sabiduría es el temor a Jehová”.

Cuando el derecho se tuerce y la justicia se vende, todo los esfuerzos que hagan las fuerzas del orden serán nulos, porque solo se detendrá la violencia cuando la justicia actué correctamente, porque el que va cometer un delito, sabrá que el sistema judicial funciona, y que toda acción produce una reacción, y traerá consecuencias.

Aparentemente se ha depurado la policía, y se espera que mejore, pues no podemos negar que las fuerzas del orden estuvieron coludidas con la delincuencia por muchos años, pero yo pregunto: ¿Cuándo van a depurar el sistema judicial? Se han puesto a pensar que cuando un agente del orden captura a un delincuente, y el sistema judicial lo libera, porque el mismo tiene poderes económicos, ¿no se siente el agente frustrado y temeroso de las consecuencias que ese sujeto puede hacer hacia él? Si el sistema judicial se vende, entonces los agentes del orden se corrompen, porque todos sabemos, tristemente, que en nuestros países, el poder del dinero de las mafias existentes tiene la facultad de comprar, no solo a los agentes del orden, sino a los abogados, jueces, políticos y autoridades, para que viendo, no vean, y oyendo, no escuchen.

Si no detenemos la impunidad y no infundimos temor, de nada vale todas las fuerzas de seguridad que el Estado cree, porque al no funcionar las partes superiores del sistema, como es la justicia, el esfuerzo en la seguridad no podrá traer tranquilidad, ya que al no haber justicia recta, los antisociales controlarán el sistema. Si la corrupción es un mal endémico, y la misma se ha enquistado en el sistema judicial, las esperanzas de una sociedad justa se vuelven una utopía, y tendremos que vivir en una sociedad donde reine el anarquismo, porque las leyes tristemente son papel mojado.

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