Viuda de Felipe Varela: “Siempre serás mi héroe” (Video)

El sargento primero Felipe Santiago Varela se levantaba todos los días antes de las 4:00 de la mañana, para poder salir desde San Matías, a las 5:30 y llegar puntual o antes de las 8:00 am a la estación del Cuerpo de Bomberos de Honduras a inmediaciones del estadio Nacional de Comayagüela, la misma disciplina la tuvo durante casi trece años, hasta que murió en cumplimiento de su deber y por ello fue ascendido al grado póstumo de subteniente.

Un joven de 34 años de edad, a quien su don de servicio y afecto al prójimo lo impulsó a ser parte del Cuerpo de Bomberos de Honduras, su fallecimiento junto al de su compañero Josué Vargas (43), mantiene de luto a la sociedad hondureña por la tragedia que provocó la defensa del bosque.

Felipe Santiago murió el miércoles cumpliendo su misión de apagar un enorme incendio que sobrepasa el daño de 298 hectáreas, pero lo que pocos saben es que este hondureño hacía su labor combatiendo también con honor y dedicación el propio temor que le generaba morir algún día de la forma en que el destino lo dispuso.

Así lo reveló a LA TRIBUNA, su esposa Kenia Barrientos, quien en medio del dolor de la tragedia de haber perdido a su “amado héroe”, trataba de encontrar la calma emocional y mental, ante lo sucedido, encontrando consuelo en las palabras expresadas durante la misa y el culto cristiano en memoria de Felipe Santiago, en donde mencionaron que para quienes creen, el morir en Cristo, es vivir, es ganancia.

“Lo que más le traumó a él fue cuando se quemaron los presos en Comayagua (14 de febrero, 2012), varias veces no podía ni dormir, por eso del impacto que él tuvo y decía que era una de las muertes más feas, sin saber que él también iba a quedar así, no podía dormir, no comía y pasaba mal, pero él siempre disfrutaba ponerse su uniforme de bombero, eso es lo que más le gustaba”, expresó habiendo contenido el llanto y mostrando fortaleza.

Le gustaba ir al gimnasio, correr por las calles de San Matías, estar en familia y salir entre amigos con quienes solo pasaba bromeando, recordó su esposa.

“Pero siempre serás mi héroe, porque fuiste un excelente esposo”, dijo al arrecostarse sobre el féretro.

La ceremonia de cuerpo presente, previo al sepelio de quien ahora se recordará como un héroe nacional, Felipe Santiago Varela, se llevó a cabo en la comunidad de Santa Cruz, en la aldea de San Matías, municipio del Distrito Central, en el departamento de Francisco Morazán, en la casa de sus padres, don Felipe y doña Sara Varela.

La muerte de Felipe Santiago, la de sus compañeros y los demás bomberos que están con quemaduras no se puede calificar de otra forma más que un homicidio y un intento, porque quienes propiciaron esto fueron personas que dañaron a estas familias y destruyen el bosque afectando otros con la respiración de aire tóxico, no tenemos conciencia todavía, bendecimos la vida de los bomberos, fue el mensaje mancomunado de las iglesias Católica y Evangélica cuyos representantes de la palabra de Dios se mostraron también indignados por la tragedia.

BUEN TRABAJO

La sencilla vivienda de madera y adobe con piso de cemento no tenía espacio suficiente ante la llegada de decenas de personas entre familiares, amigos, compañeros, vecinos de la comunidad y extraños que quisieron solidarizarse con la humilde familia, quienes en todo momento mostraban respeto y amabilidad a todo aquel que se les acercaba, y es que así era Felipe Santiago, decían.

En el ambiente no cabía tampoco la duda, de que sus padres también habían cumplido con su deber de buena crianza, Felipe Santiago era no solo el ejemplo de la familia; sino de la comunidad, según varios relatos durante el velatorio de su cuerpo.

“Era bien atento mi muchacho, bien cumplido en su trabajo, se sentía bien alegre, la última vez me dijo que iría a una misión y que confiaba en Dios que le iría bien y que pronto tendría otro cargo (rango), para mí fue un excelente hijo, era educado en todos los aspectos”, recordó su mamá mientras permanecía sentada en una silla de metal contemplando el féretro del hijo que velaba por ellos, sus padres.

Doña Sara, madre de Felipe Santiago, carga las flores que colocaría a su hijo durante el sepelio.

Don Felipe expresó que además del cariño que le tenía, le admiraba porque su hijo era muy alegre y luchador, él le celebraba junto a su hermana y esposa su cumpleaños, mismo que extrañará porque será el próximo martes y él ya no estará ahí, pero su recuerdo les acompañará.

Ambos padres, uno más fuerte que el otro en su andar, cuando dio la 1:30 de la tarde, don Felipe se colocó su sombrero blanco, se arregló su pantalón “jean” color verde, mientras doña Sara se quitó su pañuelo rosado de la cabeza, se amarró con fuerza su delantal blanco con encaje y comenzaron a cargar las flores que rodeaban el ataúd de su hijo.

Abrazando cada uno las flores, salieron de la casa pintada en su interior de color verde y el exterior de amarillo, que según la psicología de colores el primero tiene entre sus significados la naturaleza, serenidad, armonía, vida, y el segundo simboliza felicidad, alegría y optimismo, coincidente con la vida y personalidad de su vástago. Emprendieron el camino hacia la última morada de Felipe Santiago Varela, en el cementerio Perpetuo Socorro en la comunidad que le vio nacer.

(Por Saraí Alvarado/ Fotos Edwin Saldaña)

Un buen muchacho y excelente hijo
Felipe Varela (padre): “Me siento honrado por quien fue su hijo para con él, su familia y ahora como un héroe”.

Mientras recibía los acuerdos de duelo de diferentes oficinas estatales, del Cuerpo de Bomberos, del Instituto de Conservación Forestal (ICF) y Fuerzas Armadas de Honduras, agradecía los gestos de pesar y solidaridad; además recordó lo cariñoso que era, incluso durante las celebraciones de su cumpleaños, que esta vez será sin su presencia el próximo martes. “Era un buen muchacho, un excelente hijo y estoy orgulloso, es doloroso perderlo, lo vamos a extrañar”.

Perdemos los bosques,ahora valiosas vidas
Carlos Cordero (comandante Cuerpo Bomberos): “Duele ver cómo la vida de dos bomberos que le dieron su amor a la institución y sirviendo a las comunidades, todo a causa de esas personas que siguen propiciando los incendios, es triste”.

Sobre la forma en cómo califican esta desgracia, manifestó que, “el crimen se da cuando empiezan los incendios. Es un crimen contra la naturaleza, estamos perdiendo toda biodiversidad, estamos perdiendo el agua, todo el bosque y valiosas vidas, accidente es cuando algo ocurre inesperado, pero ellos estaban trabajando, eran técnicos especialistas con buena condición física, da coraje ver cómo murieron en estas condiciones, la familia bomberil también está de luto y enviamos nuestras muestras de pésame a su familia directa”.

Mencionó que desde el pasado gobierno se incorporó a los miembros del Cuerpo de Bomberos al sistema de riesgos especiales del Instituto de Previsión Militar (IPM), es decir que todos estos compañeros tienen asistencia sus familias, pero no solo los que fallecieron; sino que las personas que han resultado heridas y a sus familiares.

Lo recordaré como héroe y un excelente esposo
Kenia Barrientos (esposa y amiga desde la infancia): Lo recordaré como un héroe, un excelente y súper esposo, todos los días que pasé con él fueron especiales, no tengo un recuerdo especial porque todos lo fueron. Desde que estábamos en cuarto grado nos conocimos como amigos, él tuvo sus novias, yo los míos, hasta que nos hicimos novios y estábamos a pocos días de cumplir nueve años.

Agradezco a la población que ha expresado sus muestras de pesar, pero pido que tomemos conciencia de los malos actos que afectan a nuestro país, por eso murió él, por los demás. Mencionó que el miércoles antes de irse al trabajo, a eso de las 5:15 de la mañana, le daba un beso antes de salir y “desde la puerta me tiraba otro”.

Recordó que siendo un hombre temeroso de Dios, creyente y apartado del mal, siempre le decía que ella era su proyecto de vida, hicieron planes familiares, “él siempre me decía que yo era su proyecto de vida, quería que estuviera bien en todos los aspectos y lo logró porque me hizo ser una mejor persona, igual a él, alguien más sensible”.

Siempre pensaba en bienestar de los demás
Nataly Alejandra Jiménez (amiga): “Era un amigo que pensaba en el bienestar de los demás”, así lo calificó una de las amigas de Felipe Varela que por más de doce años compartían una bonita amistad junto a la compañera de hogar del subteniente Varela, de quien mencionó también que tenían planes de viajar en compañía de sus parejas de hogar, tener hijos a futuro, hasta me dijo un día antes de su muerte “que le cuidara a su ‘gorda’ que le cuidara a su esposa”.

“Siempre disfrutábamos de su compañía porque era molestón, juguetón, sencillo, sensible, todas las palabras que pueda mencionar de él como ser humano, quedan cortas. Él siempre apostaba por los demás, lo hacía sentirse realizado, no dudo que él haya podido salir de ese lugar (incendio), quizás no lo hizo por no dejar solos a sus compañeros”.

Siempre fue protector de toda la familia
Cristina Varela (hermana menor): Evidentemente triste, la hermana menor de Felipe, Cristina Varela, quien solo por segundos podía contener el llanto, recordó a su hermano como el protector de la familia e incluso era como un padre para sus hijos, “era un excelente ser humano, no le importaba arriesgar la vida por los demás”, decía mientras trataba de contener las lágrimas y el desconsuelo.

Recordó uno de varios momentos en donde le tocó auxiliar y rescatar a personas extrañas, “hace casi nueve años cuando él se iba a casar, había una gasolinera allá abajo y una cisterna iba a agarrar fuego, él venía con sus zapatos (nuevos) pero a él no le importó ni eso ni arriesgar su vida y evitó (el incendio), todos los días nos daba lecciones, éramos cinco, pero uno se fue a México y no sabemos nada de él, pero Felipe siempre nos decía que teníamos que estar unidos y buscáramos de Dios, nunca tuvo el don de ser padre, pero era como uno con mis hijos, mi hermano era especial, alegre, me decía tostada vení para animarme y al final nos abrazábamos”.

Estamos enlutados, no nos van a doblegar
Manuell Zelaya (subcomandante general de bomberos): Con evidente molestia y dolor por la pérdida de un compañero, expresó que en la familia bomberil repudian a los pirómanos, a quienes les decimos “que no nos van a doblegar en nuestra misión”.

“Si bien estamos enlutados, no significa que cesaremos, estos héroes de la montaña Guachipilín, entre el Uyuca, Canta Gallo y San Juan del Rancho, han sido ascendidos al grado póstumo como subtenientes de bomberos, ofrendaron su vida y en esa medida rendiremos los tributos para estos héroes nacionales, es irreparable la pérdida, esperamos que los culpables sean enjuiciados”.