Efectos microeconómicos del lavado de activos

Por: Dr. Horacio Ulises Barrios Solano
Premio Nacional de Ciencia «José Cecilio del Valle»

Este es el último de 5 artículos sobre mi tesis doctoral sustentada en octubre del 2008, “El lavado de activos, un delito transnacional. Sus orígenes. Las consecuencias microeconómicas y macroeconómicas”, misma que transformé en un libro de texto para todos los operadores de justicia, estudiantes de todo nivel o cualquier persona natural que estuviese interesada en conocer los intríngulis de este flagelo mundial, el libro está inédito y fue prologado por el connotado miembro del foro hondureño, Rigoberto Espinal Irías, quien mora en el aprisco celestial; pero “honrar honra” y la Dirección de Cultura y Arte, licenciada Fidelia Molina Flores me ofreció en legal y debida forma financiar la publicación de mi libro en el 50% y que el otro 50% obtuviese yo patrocinio, lo cual fue imposible, obviamente se le rindieron las gracias por dicho ofrecimiento, sin embargo, en mi calidad de exfundador de la OABI y primer subdirector de la misma me apersoné al otrora fiscal general adjunto del Ministerio Público, abogado Roy David Urtecho, con la idea de que el MP me publicara el libro turnándolo para su lectura y opinión al abogado José Mario Salgado, llamándose a silencio hasta el día de hoy.

Hoy abordamos sucintamente algunos efectos microeconómicos del “lavado de activos” y pondremos en autos a nuestros lectores: “La microeconomía” estudia el comportamiento económico de los individuos, familias, empresas y los mercados” en los cuales ellos operan, porque es que estudia la asignación de los recursos escasos entre finalidades alternativas, obviamente estudia el “comportamiento de los consumidores y productores”, asociándola con “la teoría de precios y sus derivaciones”. Adam Smith es el fundador de la “microeconomía”, ya que fue quien consideró en su libro La Riqueza de las Naciones, cómo se fijan los precios, estudió la determinación de los precios de la tierra, del trabajo y del capital e investigó las cualidades y defectos del mecanismo del mercado.

El “lavado de activos”  es tan pernicioso que el Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció el día de ayer 9-IV-18 la confiscación del sitio web Backpage.com, catalogándolo como el principal foro de anuncios de prostitución en Internet. Como consecuencia de esta acción judicial, siete personas fueron acusadas de 93 cargos, donde destaca la conspiración para facilitar la prostitución y el lavado de dinero a nivel internacional. El fiscal general de la nación, Jeff Sessions, afirmó con motivo del anuncio: Según el documento de la acusación formal, los anuncios de prostitución han permitido a los operadores del sitio web ganar hasta US$ 500 millones desde que fuese creado en 2014, y donde cada centavo obtenido fue el producto de actividades ilícitas. De hecho, luego de que las compañías de tarjetas de crédito dejaron de procesar pagos para Backpage, la empresa utilizó varios métodos como el lavado de dinero. Según la acusación, los operadores del sitio web convirtieron las ganancias del negocio en criptomonedas, lo que podría reforzar el argumento de algunas agencias federales de EEUU, como el ISR (Servicio de Impuestos Internos), también participante de las investigaciones, de que el Bitcoin y otras criptomonedas deben ser regulados debido a su uso para fines ilícitos. (Fuente: https://www.coincrispy.com/2018/04/10/backpage-lavado-dinero-bitcoin/).

¿Por qué insistimos que este ilícito es transnacional? Porque trastoca “las economías estatales” (variables macroeconómicas) y “las economías familiares, empresariales, mercados, precios, etc.” (variables microeconómicas) y porque la justicia mundial lo persigue el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), ente intergubernamental creado exprofeso para combatir el lavado de dinero del cual Honduras es miembro y en Ediciones El País de México, el 7 de enero,  2018 Ignacio Fariza resume su crítica a la lucha contra este delito de la siguiente manera: “El lavado de activos no es investigado ni perseguido penalmente de manera proactiva y sistemática, sino de manera reactiva, caso por caso, sin perjuicio del hecho de que recientemente se han realizado algunas investigaciones de alto perfil”. En ese mismo pensamiento pero “retrospectivamente” hace algunos años la periodista Thelma Mejía publicó el artículo “Honduras y su relación inconclusa con el narcotráfico”  el 1 de noviembre de 1997, del cual tomo algunos segmentos: “En 1978, con el asesinato de los esposos Mario y Mary Ferrari, el país ya era mencionado como punto de escala en el tráfico de drogas del sur al norte de América, al tiempo que se conocían los nombres de militares vinculados al ilícito negocio. Según los registros periodísticos de esa época, pareciera que el narcotráfico surgió en el país vinculado con los señores de uniforme, que en ese momento ejercían el poder de facto en la nación. Los esposos Ferrari fueron encontrados muertos en un pozo de malacate (artesiano) el 15 de junio de 1978, en la finca San Jorge, en lo que es hoy día la populosa colonia capitalina Cerro Grande. De acuerdo con la información de la policía, los Ferrari eran traficantes de droga, sobre todo cocaína, además de tener vínculos con el tráfico de armas y esmeraldas, junto al capo hondureño Ramón Matta Ballesteros. En una declaración de prensa, el padre de Mario Ferrari, Luis Ferrari, dijo sin tapujos que contar la historia de su hijo era darlo por muerto…”.

El componente exponencial que alimenta el “lavado de activos” es el desarrollo del “narcotráfico” por dos factores: a) por el desarrollo económico occidental, con el consiguiente aumento del nivel de vida, que ha propiciado un amplio mercado de potenciales consumidores (especialmente entre la juventud, que ha contado con los recursos económicos suficientes); y b) el proceso de globalización de la economía, materializado en el fuerte crecimiento de los intercambios comerciales, el desarrollo de los transportes internacionales de mercancías, la liberalización del comercio internacional con una reducción de las barreras arancelarias, una reducción igual de las restricciones cuantitativas y una creciente simplificación de las formalidades, los controles aduaneros y la propia internacionalización del sistema financiero.