LA CEIBA. El color y la magia de la celebración del desfile de carrozas y comparsas se hicieron cargo de una calurosa tarde en La Ceiba, pero la temperatura fue lo de menos, los millares de personas que se avocaron a la avenida San Isidro no salieron defraudadas.
Todos querían ser parte de la fiesta y las horas de desvelo y de esfuerzo por parte de los patrocinadores y algunos organizadores se vieron muy bien recompensados, ya que contagiaron con su espíritu a las personas que desafiaban las inclemencias de un sol que abrazó como muy suya a la ciudad.
Desde los desfiles de caballos hasta la última comparsa que desfiló cuando era de noche se llevaron al menos un aplauso de los asistentes. Los corceles se impusieron con su cadencioso paso y se levantaron como conquistadores cuando sus hábiles jinetes les ordenaban lucirse ante los espectadores, unos que los admiran y otros que les temen por su imponente fuerza mientras sus herraduras sonaban con fuerza en el caliente pavimento.
No podían faltar los tambores garífunas y el baile de las damas que lucen esos atuendos floridos mientras baten sus caderas de forma acelerada y los ritmos punta y yancunú emanaban de esos aparatos de percusión que han sido utilizados por sus ancestros desde tiempos inmemoriales.
Los diferentes centros educativos de segunda enseñanza también se dejaron querer. Ensayaron para este día y se desinhibieron al ritmo de la música moderna que contagia y suenan en las diversas emisoras.
Uno de los enigmas antes de cada desfile de carrozas es como vendrá disfrazado el diseñador internacional Eduardo Zablah y en esta ocasión representó a Neptuno, el Dios del Mar, según la mitología griega, mientras su entorno se distinguía por sirenas y caballos de mar, además de tridentes y arrecifes de coral, todo un espectáculo.
Hasta los recién coronados campeones de Reservas de la Liga Nacional, los jugadores del Vida, entraron en el conocido “Trencito de la alegría”, dedicando su título de campeones y luciendo sus medallas para ofrendarlo a una ciudad que también alardeó la noche del viernes anterior el campeonato que le arrebataron al Olimpia en Tegucigalpa.
(Fotos Esaú Ocampo)
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